Thanos se sienta
Que no es lo mismo llegar al final que al fin, debería ser evidente para la mayoría de nosotros
“Éste es un ejemplo muy popular y sencillo; mas define exactamente lo que quiero decir cuando afirmo que estas mociones dinámicas que negocian con la muerte son portadoras de las semillas de su propia muerte. Y cuando volvemos a los escritores más sutiles y sugerentes, como los mencionados, descubrimos que es ésta su condición. No están abriendo las puertas del Cielo ni las del Infierno; están en un callejón sin salida, al final del cual no hay ninguna puerta. Siempre están filosofando pero no tienen ninguna filosofía”. ( G.K. Chesterton)
Las dos últimas entregas de los Vengadores, han contado con un personaje singular que ejerce una atracción especial. Se trata de Thanos. Un “villano” que supera todas las expectativas respecto a capacidad de destrucción. Thanos posee una personalidad oscura pero simple. Un rasgo que llama la atención es su seriedad. Frente al continuo juego de palabras, bromas e ironías de los protagonistas. Thanos se mantiene serio. Tiene muy claro su cometido y va en busca de su presa hasta lograrla. Está concentrado en su empresa y no se considera satisfecho hasta que la consigue.
Comenzando por su nombre. Clara referencia a la muerte. Thanos va desarrollando una historia personal, dentro de la compleja saga de los Vengadores. Todo enmarcado en el universo Marvel. Nacido en Titán, el drama y la tragedia lo acompañan desde el primer momento. Hasta el punto de querer ser sacrificado por su madre, quien conoce su vocación aniquiladora. Su atracción por la señora muerte, hace que experimente y desee el poder derivado de las gemas del infinito. Gemas que se convertirán, en referencia permanente al principio y al fin.
En su historia sufre varias derrotas y hasta una muerte pasajera. Es capaz de resurgir de la piedra, para continuar en su voluntad de aniquilación. Este amor por la muerte le da un sentido de obligación. Lograr el equilibrio cósmico. Construyendo otra característica atrayente del personaje: su sentido del deber. Thanos no miente, es inevitable. Para él, su fin, su empresa y su destino, solo son posibles al lograr dar un “nueva oportunidad al universo”. Esa nueva oportunidad está relacionada a una concepción de equilibrio, que inevitablemente pasa por la muerte.
Que no es lo mismo llegar al final que al fin, debería ser evidente para la mayoría de nosotros. Que no todo se acaba al lograr el equilibrio, es algo que nos afecta a todos. Thanos no es solo un personaje, es un principio de influencia. De conformación, de pensamiento. Gane o pierda siempre se sienta a esperar. Principio predilecto de la cultura dominante. Aunque pierda, siempre deja su marca. Se puede luchar hasta la muerte. Se puede luchar con la muerte. Se puede morir de hambre y se puede morir con hambre.
Equilibrio al fin
Esa consideración de la muerte como inevitable. La muerte que supera la función de lugar común. Se convierte en camino predilecto, para el ansiado equilibrio. Generar un equilibrio según razón, es propio de la muerte. La vida es equilibrio según naturaleza. La preferencia por la muerte, podría ser uno de los rasgos que causa horror y desprecio. Disponer de la muerte, con todas sus circunstancias y consecuencias. Hace de sus ejecutores, verdaderos monstruos. Quién puede negar la existencia de estos especímenes durante el pasado siglo. Cómo no reconocer a los cultores de las ideologías dominantes. Muchos Thanos que persisten entre nosotros.
Un aspecto que el comic permite y la realidad atenta, es la sinceridad del personaje. El carácter de Thanos presenta pocos quiebres, respecto a sus intenciones y deseos. En todo momento, se dirige a lo que reconoce como su fin. Inclusive en momentos en los que debe hacer grandes sacrificios, como el de su hija. Thanos no esconde cuál será su línea de conducta. Por contraste, muchos de los personajes históricos, muestran momentos de confusión. De reconocimiento de los móviles de su conducta. Cuando externamente se revela, hasta la vida y la salud deben ser sacrificados en orden al ideal superior. Nada oculto bajo Asgard. Surge así la necesidad de volver al principio.
La ficción con dificultad supera a la realidad. Pero sin duda la puede ilustrar, de una manera fascinante. La inmolación por las ideas o los ídolos, supone una contradicción para la humanidad. En el centro de toda la lucha por la vida, los ideales o la verdad, nos encontramos con la realidad inevitable de la libertad. La vida humana con todo su potencial de reflexión y auto conciencia, representa siempre una prueba de lo más universal y grandioso. Los grandes principios de la verdad, el bien y la belleza, se muestran en muchas ocasiones como ambiguos. Solo la adhesión a la vida y sus posibilidades, acude en rescate de la contradicción. Aparece entonces la dignidad de los hijos, dentro del sacrificio. La libertad. Posibilidad de adherirse con todas las fuerzas a la vida. El inevitable triunfo de la verdad.
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