La pasada semana tuve la oportunidad de participar en un webinar realizado desde Ciudad de México donde Gerardo Corona compartió conocimientos y puntos de vista sobre la protección ejecutiva en América Latina. Corona es un venezolano radicado en el país azteca, el cual se ha especializado en el transcurso de varios años en temas técnicos relacionados con la seguridad. Entre los aspectos abordados, destacó lo referente a las tendencias en diversos países para la selección, el uso y el mantenimiento de vehículos para la protección de personas. Comparto lo que considero fueron los aspectos más relevantes y algunas consideraciones de mi parte.

Pueden encontrarse países con legislaciones que van desde muy detalladas y amplias, hasta generales y hasta un poco flexibles. Va a depender de la realidad que vive cada país, sus recursos, cultura, antecedentes y características de los delitos entre otros factores. En especial para aquellos que por diversas razones deben viajar a varios países, es conveniente informarse de los requisitos legales que deben cumplir para evitar complicaciones o sanciones.

Cuando se trata de vehículos blindados, la actitud y hábitos que caracterizan al pasajero son clave. No sólo se trata de las consideraciones operativas clásicas en cuanto a horario y rutas, sino del nivel de cumplimiento de quien hace las veces de cliente. Cuando las normas no se cumplen por parte de todos y de acuerdo con cada caso, la exposición se incrementa y con ello la probabilidad que los riesgos se materialicen. El pasajero es cliente, pero también parte del equipo que puede agregar o disminuir valor a la gestión de protección.

Quienes mantienen exitosamente servicios de protección ejecutiva, bien sea con la incorporación de recurso humano o el uso de vehículos blindados, mantienen la prudencia como una de sus aliadas. Publicarlo en redes sociales, incorporarlo como un elemento de ostentación o no calificarlo como información restringida, facilita las actividades para el delincuente.

Condiciones de contratación

Las empresas que prestan los servicios de protección en cada país deben cumplir una serie de requisitos particulares para mantenerse en el marco legal. Cuando por ligereza o “ahorrar costos” se omiten estos aspectos, se corre el riesgo de ser cómplice en el incumplimiento de la ley. Por otra parte, cada cliente tiene requerimientos que deben ser determinados por un especialista en seguridad. Cuando esto se deja en manos de quien va a prestar el servicio, se corre el riesgo de que se sobredimensionen las condiciones, con el interés de abultar la facturación. De allí la conveniencia que el análisis de los riesgos lo realice un tercero debidamente calificado que descarta cualquier “copia y pega” que siempre tiene nocivas consecuencias. La potencial empresa contratista debe ser objeto de una verificación previa exhaustiva con sus clientes. Recuerde que una página web atractiva puede ser un “gancho publicitario” que enmascare una pobre gestión. Se trata de la integridad de personas y esto hace inadmisible la improvisación.

Conocimientos y destrezas

En general la protección ejecutiva requiere de un perfil profesional muy específico, tanto para los aspectos estratégicos y de planificación, como para los tácticos, operativos y del día a día. En aquellos países donde se permite el porte y uso de armas de fuego, haber tenido alguna experiencia previa en las mismas no es suficiente. La conducción durante años de vehículos convencionales no es para nada garantía del manejo adecuado de un vehículo blindado. El conocimiento policial y militar suma considerablemente, pero está muy lejos de ser todo. Existen a nivel internacional organizaciones reconocidas que ofrecen programas no sólo de inducción o perfeccionamiento en las diversas facetas de la protección ejecutiva, sino opciones de entrenamiento frecuente que incluye situaciones de emergencia y crisis que hipotéticamente podrían presentarse. La protección especial de personas desde hace años ha ido escalando posiciones exigiendo cada vez más conocimiento y actitudes muy concretas.

Tipo de vehículo

El tipo de vehículo y su nivel de protección no va necesariamente de la mano de la expresión “más es mejor”. En la mayoría de los casos se trata de una inversión de recursos importante que se debe manejar bajo estándares técnicos para lograr la mayor eficiencia. De allí que nuevamente se deba considerar la participación de un profesional con reconocidos conocimientos y que para dar sus recomendaciones considera aspectos tales como: hábitos, clima, rutas, tipo de tráfico, niveles de exposición, características de los pasajeros y riesgos a los que están expuestos, entre otros.

La industria de la seguridad de América Latina ha reconocido en la protección ejecutiva un valioso aliado el cual no debe ser subestimado cuando se trata de resguardar al activo más importante, el recurso humano.

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