La costosa extravagancia histórica, por no usar otro término, que llevó a Chávez al poder con apoyo no sólo de parte del pueblo sino de algunos “intelectuales y empresarios”, gravitó en una fatalidad que se creía superada: “ofensiva contra cualquier tentativa de libertad individual o empresarial”. ¡Muera el puntofijismo capitalista que desnucaba al pueblo! Valiéndose de la euforia de sus electores, Chávez logró la aprobación de una Constituyente que ajustara las funciones del Estado con su anhelo autocrático. De esa manera todo saldo de golpistas confesos quedaría exento de obligaciones constitucionales venidas “de la IV”.
El pueblo dio “por bueno” cualquier arbitraje del nuevo redentor y desde entonces la estructura del Estado erigida durante décadas comenzó a desvanecerse. Ahora su sucesor, Maduro, aupado por Cuba, inventa otra Constituyente que además de vulnerar la constitución discurrida por su antecesor héroe, reprime, deroga leyes y asume funciones legislativas alegando “supra constitucionalidad”. Bajo este “formato” los futuros presidentes podrán dictar nuevas constituciones cada 6 años para adaptarla a “sus avideces”.
¿Quién era el paladín?
Un militar ávido de caudillaje que aprovechó el casual apoyo de votantes para destrozar la libertad individual y corporativa que formaban parte de la economía de mercado. Que en lo sucesivo toda correría financiera así como los Derecho individuales sería revisada para borrar los vestigios del capitalismo puntofijista. El precio del petróleo que hasta el 2014 superaba los 100 dólares por barril, encendió los ánimos populistas y una terrible corrupción que aún persiste no obstante el descenso del precio a 58 dólares y 740.000 barriles diarios (datos OPEP).
Cuál es el daño
Habiendo aceptado la fábula del Estado millonario, Chávez no usó la riqueza para producir bienes ni servicios y ahora el régimen no sabe qué hacer. El país en implícita bancarrota, con un sistema productivo mermado en más del 80%, Maduro reparte canonjías. Clap, Petro, Lingotico y/o cualquier chusca revolucionaria, acrecienta la pobreza mientras el orden educativo y social que existía ha sido desmantelado a ojos vista de los que pernoctan en el país y de 4 millones de migrados.
¿Y ahora?
Es esencial que a partir de hoy “se pise tierra” para entender cuál es el verdadero estatus del país más allá de abundantes escribidores que creen tener la “pócima mágica” para salir del caos instituido durante 20 años. En política no existen milagros; ésta se construye. Toda la nación sabe que la revolución no fue “equipada” para construir ni para penar imposturas de los nuevos millonarios; tampoco para erigir el bien común.
Guaidó
Las expectativas humanas del venezolano estaban “por el suelo” antes de la aparición de este joven político. La pasividad colectiva se había posesionado del espíritu vecinal. No es reprochable que por la mente de cada persona existan distintas imágenes de las realidades políticas, sociales y económicas del país. Sin embargo la arremetida destructiva de los genios de redes contra Guiadó no cesa. ¡Arregla ya lo que se destruyó a lo largo de 20 años; llama a Trump; no traiciones al pueblo; olvídate de elecciones; no te vendas; la Bachelet es un verdadero fraude! Zarpazos y más zarpazos sin una idea racional. Ese es el aporte “patriótico” de los genios de escritorios frente a sus computadoras.
Bajo de la invocación “de algunos” por desemparejar la violencia buena de la mala e insistir con una traza destructiva obviando los valores de la democracia, no quedará piedra sobre piedra. Esa ontología de “guerreros de escritorio” armoniza muy bien con la actitud anti ideológica que proyecta el régimen. Los genios de la informática están más pendientes de alimentar sus egos midiendo desdeñosamente cualquier micro conducta del incompleto Guaidó, que estructurar un efectivo aporte cívico materializado con esfuerzos preferiblemente desde la calle.
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
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