En medio de la ola de proteccionismo que sacude a Estados Unidos y algunos países, la firma del Acuerdo de asociación económica, cooperación al desarrollo y diálogo político entre la Unión Europea (UE, 28 países) y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), es un hecho trascendente y refrescante para la paz del mundo, vistas las crecientes tensiones geopolíticas y geoeconómicas del planeta.
La UE es la segunda economía del mundo después de Estados Unidos (PIB 2018: US$ 18,8 billones; 510 millones de habitantes). Mercosur representa el 80% de la economía latinoamericana (PIB: $3.4 billones; 265 millones de personas). 775 millones de personas gozarán de una zona de libre comercio (cerca del 25% del PIB mundial).
Las exportaciones de bienes de Mercosur a la UE ascienden a 42.600 millones de euros (€) y las importaciones a €45.000 millones. La UE es el primer socio comercial y primer inversionista extranjero de Mercosur, con un acervo de inversiones fijas de €381.000 millones.
La UE ha hecho importantes concesiones, comenzando por la asimetría de los cronogramas de reducción arancelaria. El 99,4% de las exportaciones de Mercosur ingresará libre de arancel y de inmediato (81,7%) o con cuotas (17,7%). Mercosur liberalizará el 90% de las exportaciones de la UE; pero con un cronograma de desgravación de hasta 15 años.
El Acuerdo prevé reglas claras y transparentes para las disciplinas de inversión, servicios, ambiente, derechos laborales, propiedad intelectual, normas de origen y sanitarias, resolución de controversias, Pymes, etc. El comercio y la inversión entre las dos regiones se beneficiarán de una seguridad jurídica sin precedentes para la generación de riqueza y empleos sustentables.
En nuestro libro Nuevo Interregionalismo Trasatlántico –La Asociación Estratégica Unión Europea– América Latina (2005), con prólogo del eurodiputado español José Ignacio Salafranca, abogamos por la consecución final de los tratados de Asociación de IV Generación entre la UE y Latinoamérica; entonces sólo se habían suscrito los convenios con Chile y México. Una década después, se firmaron con Centroamérica y varios países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú). Confiemos en que más temprano que tarde firmará Venezuela.
@lxgrisanti
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