5 de julio de 1999
¿Qué más se puede decir para sacudir a los venezolanos que me escuchan y sacarlos de su apatía, de su conformismo, de su cobardía cívica?
Pocas ocasiones tiene en la vida un hombre resuelto, de entrar con honor en la Historia y no salir de ella jamás. Una de esas sin igual, tuvo ese ilustre venezolano que fue el doctor Jorge Olavarría. Distinguido como orador de Orden en la sesión solemne del Congreso Nacional del 5 de julio de 1999, asumió con el coraje que lo caracterizaba, lo que nadie en ese entonces se atrevía: la voz democrática de la nación. Sin ambages, desnudó en público de sus despóticos planes al dictador y su tolda que allí presentes hubieron de permanecer sentados oyéndolo los más, retirándose unos cuantos descubiertos, entre ellos el alto mando militar.
Así de principio a fin, Olavarria dictó cátedra de libertad y democracia. Su relectura 20 años después, ofrece luces al por qué de lo que aquí hoy pasa o no pasa. “Esta solemne celebración, la última del siglo, coincide con una hora menguada de la patria. Es una hora triste, tensa y bochornosa. Preñada de peligros y de amenazas para los que queremos vivir en libertad y democracia, bajo el imperio de la ley. No es hora de historias pasadas. La historia se está haciendo aquí y ahora. Es la circunstancia, la que nos exige seguir el ejemplo de los próceres que firmaron la Declaración de la Independencia. De los que fundaron las bases y sentaron los principios de un Estado Constitucional en el cual la ley respetase la virtud y el honor” (...)
“Si los venezolanos nos dejamos alucinar por un demagogo dotado del talento de despertar odios y atizar atavismos de violencias, con un discurso embriagador de denuncia de corruptelas presentes y heroicidades pasadas, el año entrante Venezuela no entrará en el siglo XXI. Se quedará rezagada en lo peor del siglo XX. O retornará a lo peor del siglo XIX” (...)
“Mucho medité acerca de lo que en esta hora y desde esta tribuna debía decir. Un viejo y sabio amigo me había aconsejado: “Deja hablar al venezolano angustiado que tienes dentro”... Eso es lo que he hecho. No se si he acertado con lo que se debe decir en este momento. Sólo se que he hablado como mi conciencia me lo manda. Eso me basta. ¿Qué más se puede decir para sacudir a los venezolanos que me escuchan y sacarlos de su apatía, de su conformismo, de su cobardía cívica? ¿Para alertarlos de lo que puede suceder y va a suceder si se deja pasar lo que se está diciendo y haciendo?
ppinate@gmail.com
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones