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Periodismo internacional: imágenes y palabras

El periodista internacional debe contemplar, conocer, manejar, estudiar, respetar, y considera todas las variables posibles en la escena nacional, regional y mundial

  • JULIO CÉSAR PINEDA

20/06/2019 05:00 am

El reciente conflicto entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán ha permitido el desarrollo de un nuevo periodismo internacional fundamentado en lo complejo y dinámico de la geopolítica mundial, y lo inestable de los escenarios globales, donde cada acontecimiento tiene su multidimensionalidad y el periodista debe estar preparado para abordar cada una de estas facetas para su efectiva y veraz información y comunicación. En este caso se trata de una confrontación entre dos de los más importantes actores del Medio Oriente como son el Reino de Arabia Saudita y la República Islámica de Irán en conflicto permanente por el control de la producción y comercialización del petróleo y el gas dentro de la tradicional hegemonía. Pero también es expresión de la histórica disputa religiosa entre quienes se consideran seguidores de la doctrina del profeta y quienes reclaman el poder hereditario por vía de sangre, por eso el grafismo del arco sunita liderado por Riad y el arco chiita liderado por Teherán.

Para el análisis y la transmisión de la información por las diversas plataformas de los medios de comunicación en constante evolución, el periodista debe actualizarse en las nuevas técnicas tanto tradicionales como las digitales. Entender el imperativo de la glocalización donde lo local se hace global y lo mundial es parte de lo nacional debe enmarcase en lo que Umberto Eco exigía el contexto para cada texto. Por eso, en la actual situación del Golfo Arábico Pérsico y la fragilidad generada con los continuados ataques en el mar de Omán contra tanqueros petroleros, puede significar que una quinta parte de los hidrocarburos del planeta se vean inhabilitados para su transporte a los grandes consumidores, por el cierre del Estrecho de Ormuz, situación que significaría la inminente subida de los precios del petróleo y una escalada en las tensiones en la región, con proyección global. Porque más allá de la decisión de Irán y Arabia Saudita está la actitud vigilante del resurgimiento de la bipolaridad entre Washington y Moscú, cada uno moviendo sus piezas en el tablero geopolítico internacional. De estallar el conflicto, donde cualquier variable es un posible detonante, el mundo petrolero y la paz en el Medio Oriente sufrirían más que lo vivido en la Guerra del Golfo entre 1980 y 1988. 

Irán y sus aliados Rusia y China culpan al gobierno de Trump de esta crisis, y hace un llamado a los europeos y a la comunidad internacional, para la vigencia del acuerdo 6x1, entre los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU y Alemania que levantó las sanciones económicas y financieras a Teherán a cambio de la promesa de frenar el desarrollo bélico nuclear del régimen de los Ayatolá. La Unión Europea no acompaña a Estados Unidos en esta materia y en la misma dirección parece apuntar Asia con la reciente visita del Primer Ministro de Japón a Teherán para mantener el Acuerdo Nuclear de julio de 2015, auspiciado e impulsado por la administración Obama y la figura de Hasan Rohani, siendo este último una cara del nuevo diálogo iraní. 

Irán ya anunció volver a su proyecto de enriquecer uranio al 20% contra el 3.67% de lo acordado en 2015, además de perfeccionar su sistema de misiles que son en definitiva los vectores de la bomba atómica. El presidente Trump insiste que no permitirá a Irán fabricar armamento nuclear y por su parte Teherán insiste en su derecho soberano a la seguridad y desarrollo nacional. Estos días todo se ha complicado con el despliegue de nuevos contingentes de militares estadounidenses en el Medio Oriente. 

El periodista internacional debe contemplar, conocer, manejar, estudiar, respetar, y considerar todas las variables posibles en la escena nacional, regional y mundial. Tomando en cuenta el fenómeno de la globalización y la fragmentación del mundo dentro de un periodismo transnacional, donde es fundamental la referencia ética y deontológica, tener la mayor distancia personal, evitar la influencia de las propias corrientes de pensamiento, en la difusión de la información. Como lo afirma Zygmunt Bauman, vivimos en una sociedad líquida, y en un mundo en crisis caracterizado por un desorden mundial. El periodista debe manejarse en aguas turbulentas y muchas veces peligrosas, por el inmenso poder y responsabilidad que su palabra y escritura poseen. Las grandes escuelas de periodismo, cuando forman en el campo de lo internacional, les exigen a los comunicadores un conocimiento de idiomas, fundamentos de geopolítica y geoestrategia, además de la historia y la geografía. Por supuesto que debemos tener una visión equidistante de la actualidad local y global. Acercarse a las grandes empresas y medios de comunicación además de evolucionar junto a los medios y formas de transmitir la información como la prensa escrita, la radio, la televisión, los portales web, las redes sociales y la multiplicidad de plataformas de vanguardia. Seguir a los grandes pilares de la comunicación mundial y sus reportajes especiales es fundamental. Finalmente, el periodismo internacional más allá de la escuela y una labor de formación autodidacta constante, con el choque de las imágenes y la fuerza de las palabras. 

Jcpineda01@gmail.com
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