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Las opciones están sobre el súper mesón

Los únicos que pueden dar un golpe son los de verde. Si se molestan demasiado, sacan al chavismo y se cambian la cachucha. Pero no será para entregarle el poder a Guaidó o a Leopoldo López

  • ELIDES J. ROJAS L.

19/06/2019 05:00 am

La mesa de restaurante más larga del mundo mide casi 1,2 kilómetros y fue instalada hace años en una arteria comercial de Viena. Sobre 600 mesas con manteles situados encima, 30 especialistas de la cultura de la mesa habían instalado 1.800 cubiertos y decoración, con un peso total de cinco toneladas. Superan el antiguo récord del Libro Guinness establecido en la localidad austríaca de Schaerding en 2006, con una mesa de 1,036 kilómetros.

No es, ciertamente, la mesa donde están colocadas las opciones que maneja Estados Unidos, la comunidad internacional, los rusos, los chinos, los cubanos, el chavismo y hasta la oposición venezolana tendrá algo qué decir sobre cómo salir y superar la quiebra general de Venezuela que logró el chavismo en apenas 20 años. No obstante, debemos admitir que el mesón se parece bastante en tamaño, diseño y capacidad. Arriba de ese gigantesco tablón están las famosas opciones. Vamos a tratar de identificarlas y describirlas. Veamos.

Estados Unidos al ataque. El imperio, asumiendo su antiguo papel de gran custodio del mundo y de su patio trasero, toma finalmente la decisión de invadir militarmente el territorio venezolano, invadido previamente y por muchos años por Cuba y Rusia. Para eso activan 2.000 drones armados con harina pan y huevos. Se propaga tal desorden de gente persiguiendo la comida voladora que el chavismo debe salir rumbo a París a disfrutar el exilio dorado ofrecido por la Unión Europea para facilitar la salida.

Fuerza internacional saca los machetes. Este ataque multilateral contra el chavismo termina en una guerra gigantesca. Por un lado; Estados Unidos, el Grupo de Lima, algunos países europeos, radicales de Miami y perros de la guerra respaldan a la oposición. Por el otro; Rusia, China, casi todo el Medio Oriente, Isis, Hezbolá, Al Qaeda, Bielorrusia, Turquía, Cuba, Bolivia, Nicaragua, el ELN, las Farc, paramilitares de izquierda, colectivos nacionales e internacionales, sicarios del mundo y los mismos perros de la guerra; respaldan al chavismo con todo. En 2028 se espera que se alcance un acuerdo de paz. Se prevé que ya no habrá venezolanos en tierra venezolana.

El chavismo sigue igualito. Como ha ocurrido durante los 20 años y muy especialmente en los últimos meses, no importa cuántos intentos de golpe lance la oposición, que el chavismo seguirá ganando como lo ha hecho hasta ahora. O el chavismo es muy bueno o la oposición es realmente mediocre. Esta opción sobre la mesa está vigente. Vive y vive.

No importa nada. Calidad de vida perdida, escape general del país, no hay gasolina, no hay luz, no hay comida, no hay medicinas, atracos en cada esquina, la policía es de temer, reino de malandros, incapacidad, ruina general, hiperinflación. Un desastre chavista de carácter mundial. Ni más ni menos. Pero no pasa ni pasará nada. Chavismo para rato. Como ahora mismo.

Golpe de Estado militar. Los únicos que pueden dar un golpe son los de verde. Si se molestan demasiado, sacan al chavismo y se cambian la cachucha. Pero no será para entregarle el poder a Guaidó o a Leopoldo López. Esa es otra historia. Tal vez en unos cinco años y con un acuerdo que les asegure sus vacas sagradas sin problemas. Y apartamentos en Serrano, Madrid, sin persecuciones injustas.

El mantra, el mantra. Fin de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres. Hasta Trump arrugó. De esto queda, si acaso, elecciones en un par de años. Y cuidado si más. Pero esta opción sobre el súper mesón tiene derivadas, varias derivadas. Al menos dos derivadas. La primera, si el cambio del CNE es total y justo, si el cambio del Poder Electoral es completo y profundo, si hay supervisión de organismos internacionales y con países diferentes a la cuerdita de vividores del Foro de Sao Paulo, si hay equilibrio en el proceso y transparencia en el conteo, si no hay baranda con militares cambiando resultados o impidiendo el voto; entonces la mayoría votará y el chavismo disfrutará su acuerdo de impunidad poselectoral, pues sin ese detallazo no hay elecciones. Los rojos serán derrotados y necesitan saber que no serán colgados en la Avenida Bolívar.

La segunda, nada de eso ocurre y el chavismo llama a elecciones tipo 20 de mayo del 2018; es decir un proceso electoral onanista y autocomplaciente. Entonces ganará lo que quiera. La oposición, si queda alguien en el país todavía, no votará. Y el cuento del gallo pelón se extenderá mientras la inflación llega a 100 mil mensual y hay que cocinar con leña.

Chavismo instalado y de cadena en cadena. Huida despavoridos. Trump sale despedido por el Congreso, gana Cristina en Argentina, Bolsonaro le baja dos, Guaidó de gira por Cumaná y la selva amazónica, Leopoldo López ya en Madrid con sus nietos, Henry Ramos repite en que seis meses saca a Maduro, la UE preocupada, el Grupo de Lima más preocupado todavía. Del lado rojo, Maduro sigue con sus cadenas de pajística repetida todos los días después de las seis de la tarde, Cabello mantiene su lanzallamas de los miércoles en la noche y los demás segundones siguen en sus programitas de televisión y radio, de la misma manera que los opinadores y escribidores de oposición. Los rusos tienen un gobernador directo en Miranda y tres ministerios y los chinos controlan Pdvsa y el Banco Central. Cuba, como no sabe hacer nada más sino golpear, torturar y chulear, pues sigue en lo mismo sin más problemas que mantener el bajo perfil. Para este momento solo quedan criollos en Cocorote y un pequeño grupo en Motatán. Así que el país es del chavismo y sus protectores. Ya no hay pasaportes. A los venezolanos los reciben en todas partes sin documentos, basta la declaración jurada y hasta el carnet de la patria para los arrepentidos. Los militares siguen jugando pelota en Fuerte Tiuna, engordando como ganado de ceba y cuidando las cuentas, pues “esas sanciones nos tienen locos”.

Como se puede ver, el mesón gigante de las opciones todavía tiene espacio. Están abiertas las inscripciones para otras opciones sin orden ni prelación.

Venceremos, dijo el muerto. Y es lo único que cumplen.

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