Sonia y las historias de Toledo
Raquel se convierte en trasunto de otra mujer, venezolana de origen sefardí: Sonia Chocrón, quien, en su poemario Toledana plasma la experiencia del amor visto desde la juventud de una doncella
Asentada en una colina que desciende hasta el río Tajo, se encuentra Toledo, capital del Imperio Español hasta 1563. Allí, árabes, judíos y cristianos convivieron pacíficamente durante años, valiéndole al lugar ser conocido como la Ciudad de las Tres Culturas.
Esta convivencia ha alimentado infinidad de historias, muchas de las cuales giran en torno a amores imposibles surgidos entre personas de creencias y razas diferentes. Peregrinan, por ejemplo, los enamorados, hacia el que fuera conocido hasta 1093 como Pozo de Caxali, junto a la calle del Ave María, hoy denominado Pozo Amargo. Debe tal nombre al sabor de sus aguas, atribuido a las lágrimas de una joven judía, Raquel, quien, según la leyenda, lloraba en el brocal la pérdida de su amado Fernando, asesinado por desafiar las convenciones sociales al entablar relaciones con una mujer sefardita, siendo cristiano.
De estas historias, sin embargo, ninguna ha sido tan divulgada y versionada, quizá por el noble linaje de su protagonista, como la de otra Raquel, Rahel la Fermosa, como la denominara para la posteridad Sancho IV el Bravo, quien advertía ya en el siglo XIII sobre las funestas consecuencias que había reportado al rey Alfonso VIII su ilícita relación con la mencionada judía.
Al parecer Raquel no cometió otra falta que entregarse amorosa y cándidamente al soberano, con quien mantuvo una relación durante siete años. Era tal la afición del rey a la joven, que descuidaba incluso sus obligaciones de Estado, sustrayéndose de todo para disfrutar de su compañía. No tardaron en atribuirle esta obsesión a las malas artes de Raquel, acusándola, entre otras cosas, de hechicera -Calderón de la Barca la asimila a Circe y Medea- y explicando la derrota sufrida por Alfonso VIII en la batalla de Alarcos a un castigo divino por sus “pecados de fornicio”.
Esta Raquel se convierte en trasunto de otra mujer, venezolana de origen sefardí: Sonia Chocrón, quien, en su poemario Toledana plasma la experiencia del amor visto desde la juventud de una doncella.
Toledana, publicado por primera vez por Monteávila en 1992, le deparó gran notoriedad a su autora, ya reconocida como guionista por su desempeño junto al Premio Nobel Gabriel García Márquez, con quien había desarrollado diversos proyectos. Con una trayectoria consolidada, que incluye el guión de una película pre-nominada al Oscar, varias piezas de teatro y galardonadas novelas, Sonia retorna al amor con Bruxa, un poemario protagonizado por la misma mujer que Toledana, esta vez acrisolada en diversas experiencias: “una mujer impenitente y descreída, hechicera que conjura la pasión sin pudores ni velos, y desafía al mundo con la clarividencia de quien ha conocido al mal”.
Ambas obras se compendian en un libro reversible publicado por Kalathos en Madrid, que ostenta en cada una de sus portadas una de las ilustraciones realizadas ex professo para esta edición por el artista Pájaro. La obra, que se presentará en la capital española este próximo seis de junio, promete constituirse en una de las novedades que más atención recibirá en la Feria Internacional del Libro, que este 1 de junio abrió sus puertas en la capital española.
Junto a Sonia, asumirán la representación las letras venezolanas en el evento Carmelo Chillida, Eduardo Sánchez Rugeles y Ben Ami Fihman, también por Kalathos; Víctor Vegas con Huso; Juan Carlos Chirinos con La Huerta Grande, y autores venezolanos tan connotados como Juan Carlos Méndez Guédez, Edgar Borges, Karina Sainz Borgo, Mariela Michelena, Eloi Yagüe Jarque, Laura Cracco y Verónica Jaffé quienes nutrirán con sus obras el encuentro.
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