Espacio publicitario

El sol en Venezuela nace en el Esequibo

En el análisis de Andrés Guerrero quedó clarísimo que Venezuela no está suscrita a la Corte Internacional de Justicia y por tanto no está supeditada a sus decisiones

  • ÁLVARO MONTENEGRO FORTIQUE

27/05/2019 05:00 am

En estos días sostuvimos en Madrid una muy interesante reunión con el presidente de la Asociación de Juristas de Iberoamérica, el eminente abogado español graduado en la Universidad de Salamanca Andrés Guerrero, en la cual nos mostraba al embajador Julio César Pineda y a mí su mirada jurídica sobre el diferendo territorial entre Guyana y Venezuela. 

Durante la conversación apareció enseguida que el lema o saludo que se escucha en los cuarteles militares diciendo que el sol de Venezuela nace en el Esequibo. Coincidimos en que la frase refleja una verdad histórica irrefutable de una forma coloquial muy atractiva, y que ese grito tiene el valor de encontrar un punto común, quizás el único, que compartimos sin discusión todos los que amamos a este país. Al independizarse Venezuela de España en el año 1821 quedaron establecidos los mismos límites territoriales que tenía la Capitanía General desde el año 1777. Los holandeses invadieron la zona de Guayana en el año 1623, y en 1628 España por medio del tratado de Munster reconoce a los invasores los territorios al este del río Esequibo. Eso significa que la recién creada República de Venezuela nacía por el este en las riberas de ese río. No hubo guerra ni tratado que cambiara esa realidad hasta que en 1835 un explorador angloalemán muy intencionado llamado Robert Schomburgk levantó mapas de la zona, y trazó una línea limítrofe hacia el oeste del río que le adjudicaba a la Guayana Británica una buena parte del territorio venezolano. 

El gobierno nacional reclamó desde el primer instante la pretensión colonial, sin mucha capacidad de acción ante el gigante vecino colonial. 

En 1879 Venezuela rompe relaciones con la Gran Bretaña en señal de protesta a la pretensión expansionista inglesa. Ya para esa época Estados Unidos se perfilaba como una potencia mundial y propaga la tesis de que América es para los americanos. 

Ningún venezolano
En 1896 ellos obligan a Inglaterra a sentarse en la Comisión de Fronteras norteamericana para buscar una solución al problema limítrofe con Venezuela. Eso tuvo como consecuencia que en el año 1899 las potencias firmaron en París un acuerdo limítrofe tomando como referencia la línea Schombrurgk, sin que hubiera en esa negociación ningún venezolano defendiendo la integridad territorial. Venezuela por medio de su canciller Alejo Fortique protesta oficialmente y declara ese laudo nulo e írrito, aún sabiendo el poco efecto práctico que tendría esa protesta en el momento. 

La posición se mantuvo persistentemente y finalmente en el año 1966, justo antes de permitir la independencia de su colonia, la Gran Bretaña firma con Venezuela el Acuerdo de Ginebra en el cual reconoce el reclamo y decide aceptar buscar soluciones a la controversia. Un año después se firma el Protocolo de Puerto España que congela la situación, declarando las partes que la zona en reclamación no podrá ser explotada unilateralmente por ninguno de los países involucrados. 

Venezuela no está suscrita
El doctor Guerrero nos comentaba que el asunto está muy claro jurídicamente y que la asociación que él preside apoya en la organización regular de seminarios en los cuales los problemas de Venezuela aparecen como un tema siempre sensible. En el análisis quedó clarísimo que Venezuela no está suscrita a la Corte Internacional de Justicia y por tanto no está supeditada a sus decisiones. Unamos inteligencias de toda Iberoamérica como la del Doctor Guerrero, para encontrar una solución justa al diferendo. 

alvaromont@gmail.com
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario