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En verdad

El país está quebrado y el chavismo no tiene la posibilidad de revisar, ni su modo de relacionarse con los sectores populares pues va en eso su sostén, ni su relación con los sectores productivos

  • JOSÉ SANTIAGO NUÑEZ GÓMEZ

25/05/2019 05:00 am

Fueron los economistas alemanes que a finales de los años 1930 vinieron a Venezuela para asesorar el diseño de nuestro banco central (Peltzer, etc.) quienes primero señalaron que uno de los problemas graves era que convivían en el país dos economías: una, la petrolera, de alta productividad y rentabilidad, y las otras (todas las demás), de baja. Pasaba o pasó, también, que la renta petrolera drenó principalmente hacia la pequeña oligarquía nacional (banqueros, empresarios fabriles, etc.) y la clase media (comerciantes, profesionales universitarios, etc.), las cuales, naturalmente, estuvieron en mejores condiciones para beneficiarla. Puede, pues, admitirse que, así, esos sectores vivían por encima de su propia productividad. Finalmente debe recordarse que todo ello comenzó a mostrar su insostenibilidad social y política a comienzos de los años 1980, y que para finales de esa década se hablaba de los excluidos”, para referirse a un sector de la población, de significativo tamaño, que no sólo no accedía a aceptables modos de vida, sino para los cuales ello estaba radicalmente negado. 

La solución chavista para el problema de “los excluidos” fue montar un reparto de dinero; lo cual, junto al efecto inmediato – pero no duradero, ni encaminado a proveer una solución estructural– de mejorar la condición de los pobres por el lado del ingreso, ofrecía la oportunidad de la manipulación política de ese sector de la población. Al reparto de dinero el chavismo agregó el fomento de la ojeriza, cuando no el odio, de clases. Los sectores productivos del país reconocieron el mensaje, se acomodaron para el beneficio de la bonanza petrolera 2003-2014 (se aumentó la importación y se canceló la producción nacional) y cuando ésta terminó nutrieron la diáspora. Para colmo, por ineptitud y corrupción, el chavismo destruyó la infraestructura del país, incluyendo las empresas del Estado – notoriamente, Pdvsa. 

El país está quebrado y en ruinas y el chavismo no tiene la posibilidad de revisar, ni su modo de relacionarse con los sectores populares (seguir repartiendo), pues va en eso su sostén, ni su relación con los sectores productivos del país pues le recelan; esa es la tranca en la que estamos; y es ello lo que obliga a la integración de un nuevo gobierno –uno, como hemos postulado aquí, de “concentración nacional”. 

SANTINUNEZ@Yahoo.com
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