El “Momento Maquiavélico” no existe
El “Momento Maquiavélico” no existió ni el 4F de 1992 ni el 30A de 2019. Sólo existieron manifestaciones visibles de un proceso de cambios de paradigmas en los sistemas políticos venezolanos
En un interesantísimo curso dictado por el profesor Omar Noria hace un par de años como parte de los créditos académicos del Doctorado en Ciencias Políticas de la UCV, analizamos el libro del neozelandés John Pocock publicado en el año 1975 con el nombre de “Momento Maquiavélico”. La obra es un punto de referencia en los estudios de Teoría Política alrededor del mundo, porque reconstruye la tradición del republicanismo cívico desde la antigua Grecia hasta Estados Unidos.
En nuestras discusiones universitarias acariciamos la idea de que “Momento Maquiavélico” no existe realmente, porque las cosas no surgen de la nada. Más bien encontramos el tiempo “maquiavelano de la mutación”, en el cual el lenguaje político se sirve de las palabras “virtud” como forma del buen gobernar en contraposición a “corrupción” como la anomalía más perversa del poder, y “suerte” como el inexplicable mecanismo por la cual un gobierno se sostiene a pesar de sus fracasos y rechazos. El momento maquiavélico no parece un instante, sino un proceso de transformación y metamorfosis del sistema político establecido. Vista desde ese ángulo la frase define el problema en sí mismo, como admite el autor en su introducción del libro. El “Momento Maquiavélico” denota la “conceptualización de un momento en el cual la república se confronta con su finalización en el tiempo, mientras intenta mantenerse moral y políticamente estable en medio de unos acontecimientos irracionales, concebidos para destruir todos los sistemas de estabilidad secular”. ¿Les recuerdan esas reflexiones a lo que está pasando en la Venezuela durante estas últimas semanas?
El pasado 30 de abril pareció un “Momento Maquiavélico” para la mayoría de los ciudadanos, porque en la madrugada aparecieron videos en las redes sociales con líderes de la oposición declarando y rodeados por algunos efectivos armados en el fondo. Desde ese punto de vista el 4 de febrero de 1992 también pareció un “Momento Maquiavélico”, cuando Chávez se dio a conocer a través de todos los televisores de Venezuela con su célebre “por ahora”. Si bien ambos acontecimientos eran muy diferentes, se parecen mucho en que conceptualizaron una mutación del sistema político, tratando de destruir los sistemas de estabilidad gubernamentales. La diferencia es que el movimiento del 4 de febrero de 1992 fue un Golpe de Estado llevado a cabo por militares, como todos los golpes de estado, y apoyado por algunos grupos civiles que forzosamente acompañan cualquier insurreción para provocar la caída de un gobierno. En cambio los eventos del pasado 30 de abril aparecen liderados por civiles, que en algún momento tuvieron apoyos de algunos militares. Dependiendo de cada rumor que uno escuche el apoyo militar se produjo en los más altos rangos, o en unos más bajos. Cronológicamente resultó que ese apoyo castrense como que se diluyó, o fue engañoso.
Lo cierto es que bajo este análisis el “Momento Maquiavélico” no existió ni el 4 de febrero de 1992 ni el 30 de abril de 2019. Sólo existieron manifestaciones visibles de un proceso de cambios de paradigmas en los sistemas políticos venezolanos. La procesión en ambos casos siguió por dentro, pese a que parecía haberse apagado. El resultado final del primero fue la ascención de Chávez al poder por medio de elecciones seis años después. ¿El resultado final del último? Imposible saberlo hoy y a esta hora, pero es muy fácil deducir que ya nada será como antes. Venezuela está cambiando minuto a minuto, cada día y cada noche. Esperemos que aprendamos mucho de esos cambios, sobre todo nuestros líderes políticos, y que ellos sean para lograr el país al que todos aspiramos.
alvaromont@gmail.com
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