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Cuando el santo pierde la aureola

El Dr. Juan Pablo Rojas Paúl no quiso, o no pudo aprovecharse de aquella súbita transformación política que le libertaba de una dominación avasalladora

  • JIMENO JOSÉ HERNÁNDEZ DROULERS

24/04/2019 05:00 am

En una obra titulada “El libro de mi padre”, publicada en Buenos Aires en 1938, el escritor venezolano Pedro César Dominici dedica interesantes páginas a la figura del Dr. Raimundo Andueza Palacio.

Según me comentó una vez el historiador Ramón J. Velásquez, los capítulos dedicados por Dominici a la personalidad e historia de Andueza: -constituyen una magnifica pintura de la época y destacan rasgos personales de tan discutido personaje del liberalismo amarillo, quien desde su juventud había alcanzado categoría de presidencial, por el brillo retorico de sus discursos.-

El Dr. Juan Pablo Rojas Paúl no quiso, o no pudo aprovecharse de aquella súbita transformación política que le libertaba de una dominación avasalladora; y al terminar su periodo entregó el gobierno al nuevo presidente electo por el Congreso Nacional, el Dr. Raimundo Andueza Palacio.

-Andueza Palacio había ocupado años atrás posición preponderante en el gobierno del general Francisco Linares Alcántara, amigo a quien dejó Guzmán Blanco y que evolucionó contra él, quedando por consiguiente apartado de la política al regresar el Regenerador a Venezuela. Con la caída de Guzmán Blanco surgió inmediatamente la figura de Andueza Palacio, llegando a ocupar un lugar importante en el ánimo del Presidente. Por uno de esos extraños misterios de dos seres completamente distintos, no sólo físicamente, pues Rojas Paúl era extremadamente flaco y Andueza Palacio extremadamente obeso, sino diferentes en carácter y espíritu. Gran orador tribunicio, audaz, de voz fuerte y ademán enérgico era Andueza Palacio, grato a las multitudes; callado prudente, de voz apagada era Rojas Paúl, casi tímido.-

Continúa Dominici diciendo: -En pocos meses aquel hombre gordo a quien en el año anterior se le solía ver solitario en algún bar, o en los estrados de algún tribunal orden, surgió de repente para, en menos de un año, dirigir la política desde el Ministerio del Interior, guiar los debates en la Presidencia de la Cámara de Diputados y elevarse al curul presidencial. Su elección fue recibida con entusiasmo en toda la República. Andueza Palacio había conquistado el corazón del pueblo con media docena de discursos; y el que pronunció en el Congreso el día de ser elegido, produjo indescriptible entusiasmo en las masas populares.-

Sobre el gobierno del portugueseño comenta: -El periodo de Raimundo Andueza Palacio fue de fiestas, holganzas y holguras oficiales; había dinero en las arcas gracias al orden administrativo de su predecesor, y el Presidente lo regala generosamente a sus amigos, engendrando intenso ambiente de alegría que hacía de Caracas una ciudad contenta. El Presidente Andueza, gozaba además de frecuentes veladas con sus amigos más íntimos donde se discutía y se charlaba de cosas agradables y en las que corría el champán y el cognac abundantemente. No había persecuciones ni presos políticos, y en la prensa abundaban las caricaturas de dibujantes de talento aludiendo con cierta fuerza cómica al estado de las altas esferas oficiales, que el Presidente era el primero en celebrar y comentar; no desdeñando él mismo bajo seudónimo escribir versos y coplas en los diarios, alusivos a la crítica del día de su gobierno y de su persona. Fue aquella una época regocijante de nuestra República, brillante para el comercio, para los placeres sensuales y lo que en torno a esta vasta región se difunde y vence los instintos dominantes del hombre.-

“El libro de mi padre” relata como no tardó en desaparecer la aureola de santo que adornaba la cabeza del nuevo magistrado.

-Pero el tiempo avanzaba velozmente; los periodos presidenciales de dos años instituidos por Guzmán Blanco, cuando el gozo del poder se trataba; y cuando Andueza Palacio rememoró el calendario, lod tañidos de la campana de la Constitución oíanse broncos y austeros de uno al otro extremo de la República. Caracas no era Venezuela; el eco de los Estados Federales repercutía hostil en el ambiente de las esferas oficiales. El Dr. Andueza aspiraba ser reelegido; más aún, decidió ser reelegido. Y en una carta escrita en tono festivo con seudónimo, sostuvo que “se quedaba porque le daba la gana”.-

Según Dominici, el debate en el Legislativo sobre la reforma constitucional para estirar el periodo presidencial a cuatro años y permitirle al Presidente la reelección se tornó agria.

-Desde las primeras sesiones del Congreso Nacional tuvo el Presidente la sorpresa de saber que las cosas habían cambiado. Una atmosfera de hostilidad a propósitos presidenciales vibró en el recinto, abarcando en las sesiones sucesivas caracteres violentos. Oradores de fuste criticaron acerbamente la política imperante, y el publico que llenaba las tribunas populares recibía los discursos entre ovaciones.-

Luego de eso, Andueza Palacio desenmascaró sus intenciones autocráticas.

-Comenzaron las persecuciones políticas, mientras que en un cofín de la Nación apareció en armas el general Joaquín Crespo como caudillo de la “Revolución Legalista” contra el continuismo. De victoria en victoria la revolución avanzaba a la capital, arrolladora. Como con Crespo venían muchos jefes del antiguo partido conservador, Andueza Palacio proclamó, como hábil maniobra, que era una contienda entre godos y liberales, llamaba al partido liberal a defenderse. Un grupo de viejos próceres del liberalismo trató de detener la ola invasora, ofreciendo el prestigio de sus nombres; pero impusieron la partida del Presidente que había cumplido su período. Y Andueza Palacio tuvo que inclinarse, embarcándose para Europa. Pero la causa estaba perdida.-

En cuanto al final de los días al poder de Andueza y lo sucedido después dice: -Sucediéronse dos gobiernos provisionales presididos por vicepresidentes que duraron días. Después de algunos combates sangrientos entró en Caracas la Revolución Legalista que duró nueve meses y fue recibida entre clamores y festejos en la capital abandonada.-

Jimenojose.hernandezd@gmail.com
@jjmhd
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