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11, 12, y 13 de abril de 2002

Hoy reproduciremos segmentos de la entrevista que también hiciera el periodista Carlos Croes, publicada en su libro Conversaciones, al Comandante del Ejército, Efraín Vásquez Velásquez

  • ELIDES J. ROJAS L.

24/04/2019 05:00 am

Mucho cuento ha rodado sobre esos días. Hace poco el chavismo estuvo de brinquito en otra celebración de esta fiesta patronal interminable en la que los militares tumbaron a Chávez, lo apresaron, lo llevaron a La Orchila y, ante el desorden de la oposición y la falta de acuerdo entre dejarlo ir a Cuba o juzgarlo aquí, los mimos golpistas decidieron devolverlo al poder para que continuara destruyendo el país en una obra que ni siquiera su muerte terminó. Peor, cuando decidió dejar a Maduro como sucesor, sencillamente estaba metiendo el acelerador del tractor que le estaba pasando a Venezuela.

El chavismo, ganador del momento, y como se sabe la historia la escriben los triunfadores, tiene un cuento que va variando con los años. Cada vez Chávez es más héroe y cada vez es más Napoleón. No obstante, sobran las imágenes de ese hombre en franela blanca con una cara de derrota monumental y además, el cuento recontraconocido de la lloradera del Aníbal del Observatorio, ante la sotana que lo protegía o ante el militar custodio que tuvo que huir del país. Hoy reproduciremos segmentos de la entrevista que también hiciera el periodista Carlos Croes, publicada en su libro Conversaciones, al Comandante del Ejército, Efraín Vásquez Velásquez, realizada el mismo 11 de abril. Veamos.

En la noche del 11 de abril. “En Fuerte Tiuna está completo. En estricto control se reportó Barquisimeto, Maturín, San Cristóbal, parte de la Guarnición de Maracay, Ciudad Bolívar. En fin, todos los comandos y escenarios del Ejército están con nosotros. Está La Carlota, el Comando del Ejército. Me dicen que la Disip llamó y que el ministro de Finanzas acaba de llamar para sumarse.”

“Invito al general Carneiro que venga con nosotros. Todos los batallones completos están fijando una posición institucional como Ejército y como Venezuela. Nos decidimos a dar este paso porque después de los muertos de hoy, iban a venir más violaciones a los Derechos Humanos. Considero que es mi responsabilidad histórica tomar esta decisión, llevada en provecho de la nación y dejar un camino a todos mis subalternos, a todos los oficiales que vienen detrás de mí a tener el Ejército que teníamos antes: apolítico, entrenado, siempre trabajando al lado de los venezolanos y no en contra.”

“Al ciudadano presidente de la República, al que le fui leal hasta hoy, cuando vi las muertes, ya invocando la Constitución Nacional, pues no veía ese poder legítimo que podía tener sobre el componente del Ejército, yo le planteé en una oportunidad que no era conveniente la política dentro de los cuarteles, esas manifestaciones de partidos políticos dentro de Fuerte Tiuna. Que no era conveniente que él, como jefe de Estado, apoyara a esos círculos bolivarianos, porque en Venezuela nadie sabe para qué son.”

“Vi a gente del partido V República haciendo un mitin en una oportunidad en Fuerte Tiuna y eso le pegó mucho a los oficiales, pero sobre todo a los subalternos. Hoy recibí la información de que esos círculos bolivarianos estaban armados custodiando La Casona y Miraflores. Aquí los únicos autorizados para proteger una institución son los órganos policiales, las fuerzas militares, pero no civiles armados metiendo miedo en las calles y que uno no sabe con qué fin.”

“En una oportunidad le comenté a Chávez, estando con el Alto Mando en Miraflores, sobre los círculos bolivarianos. El presidente dijo que era un error que se cometió y que no iba a pasar más. Sin embargo, son cuestiones que parecen tonterías. Nosotros no somos políticos. Nosotros tenemos que apoyar las instituciones básicas del Estado, al poder civil para que haga su trabajo y a los poderes legalmente constituidos en Venezuela.”

“Hasta última hora fuimos leales porque uno siempre se basa en la Constitución que tenemos. Esto no es un movimiento organizado, fue algo espontáneo. No crea que yo trabajé en esto para llegar a este fin. Hoy tomé la decisión de dar este paso apoyado por los generales.”

“Rosendo tuvo una actitud bien valiente. Renunció ante el Alto Mando Militar porque no se respetó la institucionalidad. El ha sido uno de los oficiales que le ha dicho las verdades a Chávez. En todo momento hemos sentido un gran apoyo del general Rosendo.”

“Me preocupaba cuando Chávez se uniformaba. Porque cuando uno se va de baja se fue. El uniforme es cuando uno está de actividad. No veo el motivo para hacer política con el uniforme puesto. Eso más bien perjudica a la institución militar.”

Son detalles que conducen a pensar que los militares, como siempre han dicho en el mundo político, respalda a un presidente y su grupo, hasta la víspera. Ha sido siempre así. Por cierto los militares que tumban a Chávez negaron que fuera un golpe de Estado. Siempre dijeron que fue una rebelión. Igual que Chávez en 1992.

En pocas palabras Chávez se quedó 10 años más en la silla, hasta que la muerte lo separó de ese matrimonio que iba a ser eterno, por este detallito. Ya tumbado, Chávez planteó renunciar e irse a Cuba con dinero y personas cercanas. Los militares y políticos más radicales dijeron: hay que juzgarlo y condenarlo aquí. De allí al despelote apenas un paso, a nada.

Y como dijo el otro filósofo: aquí estamos y aquí seguimos…

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