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Venezuela. Necesariamente resiliente

En algunos países existe un considerable camino orientado al estudio y desarrollo académico de la resiliencia lo que ha permitido alcanzar mayores niveles de profundidad, detalle y beneficios

  • ALFREDO YUNCOZA

23/04/2019 05:00 am

Desde tiempos recientes el término resiliencia se ha vuelto frecuente en el lenguaje de los venezolanos, es especial cuando las crisis sociales, económicas y políticas, entre otras, han mostrado sus caras más oscuras.

Un término de origen atribuido a las ciencias exactas, ha sido adoptado para explicar conductas, actitudes y emociones, que al final se espera contribuyan con el bienestar y la seguridad general del ciudadano. Se identifica como sinónimo de recuperación ante eventos adversos.

Enfocado el concepto en las personas, para E. Chavez y E. Yturraide la resiliencia es “la capacidad que posee un individuo frente a las adversidades, para mantenerse en pie de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones que permiten avanzar en contra de la corriente y superarse”.

Cuando se trata de la resiliencia física, se le considera como la capacidad de un material, de volver a su condición original, o a recuperarse de una deformación cuando es objeto de una fuerza externa.

Con una visión aplicada a organizaciones, la norma ASIS SPC-1-2009 Organizational Resilience Security, Preparedness, and Continuity Management Systems, la define como “la capacidad de una organización para resistirse a verse afectada por un suceso o la capacidad de volver a un nivel aceptable de desempeño, en un período de tiempo aceptable después de verse afectada por un suceso”.

Bajo un enfoque sistémico “es la capacidad de un sistema de mantener sus funciones y estructura haciendo frente a cambios internos y externos, y de adaptarse de la mejor manera cuando tenga que hacerlo”.

En algunos países existe un considerable camino orientado al estudio y desarrollo académico de la resiliencia lo que ha permitido alcanzar mayores niveles de profundidad, detalle y beneficios. Por ejemplo, en el documento “Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América” en su edición 2010 se hace por primera vez mención al concepto, lo que ha elevado su discusión e investigación a nivel de comités, comisiones e incluso otras directivas presidenciales.

Desde hace ya varios años y por razones de diversa índole, las personas y las organizaciones de nuestro país se han visto afectadas por sucesos de diferente naturaleza y magnitud, que han puesto a prueba su capacidad de reacción para sobreponerse a las dificultades y continuar su actividad del día a día, en algunas oportunidades incluso con mayor éxito. Esto ha generado que progresivamente las acciones y actitudes resilientes estén en constante proceso de evolución, con resultados cada vez más satisfactorios.

Organizaciones profesionales están dedicando recursos importantes en el desarrollo de normas que sirvan de herramientas, para la aplicación efectiva de la resiliencia en diferentes ámbitos. ASIS International en el 2009 publica la norma “Resiliencia organizacional: sistemas de gestión de la seguridad, la preparación y la continuidad”, la cual fue traducida al español en el 2014 por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR). El Instituto Nacional de Normas y Tecnología de Estados Unidos (National Institute of Standards and Technology o NIST) ha desarrollado un proyecto conocido como “Resiliencia ante Desastres de la Comunidad”, que busca comprometer a las comunidades en el desarrollo de sus propios planes. En Diciembre 2014, la Fire Protection Research Foundation, (Fundación de Investigación de Protección contra Incendios o FPRF), publicó un informe bajo el título “Resiliencia antes Desastres y Códigos y Normas de NFPA”. La NFPA o National Fire Protection Association (Asociación Nacional de Protección contra el Fuego) es una de las organizaciones más reconocidas a nivel mundial en la materia. La resiliencia puede y debe ser el inicio de acciones positivas que mejoren las condiciones del entorno o medio ambiente para beneficio de los ciudadanos.

En Venezuela tenemos una oportunidad de oro para desarrollar instrumentos que nos permitan avanzar en el tratamiento eficiente de situaciones críticas o de desastres, de forma tal que se minimicen sus impactos negativos. Debemos agrupar profesionales, experiencias, comunidades, instituciones públicas y privadas, analizar nuestro entorno, considerar las mejores prácticas y producir soluciones adaptadas a nuestras realidades y necesidades.

¿Tenemos situaciones críticas? Sí, pero también el talento, el empuje y la creatividad que nos caracteriza como nación, para diseñar nuevos caminos y seguir adelante. Resiliencia es resistir y avanzar, resiliencia no es resignación. 

ayuncoza@gmail.com
Twitter: @alfredoyuncoza
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