Emprender, un término muy en boga en los últimos años. Desde hace tiempo son muchos los que han comenzado a trabajar para sí mismo. Reconocieron sus capacidades y experiencias, sus conocimientos y sus deseos de ser independientes y los organizaron para vivir de ellos.
No sólo la dinámica mundial lo ha permitido y motivado, sino que en el caso de nuestro país se ha convertido en una alternativa para superar la difícil situación económica, bien sea para los que aún persistimos en echar adelante en esta tierra o para aquellos que decidieron caminos fuera de nuestras fronteras. En ambos casos, vivir de lo que sabes y eres capaz de hacer bien, es sin dudas una decisión inteligente.
Pero cambiar la fórmula de vida, modificar los esquemas de valores y creencias, salir de la zona de confort y comenzar a hacer todo de manera diferente para obtener resultados diferentes termina siendo una tarea difícil que requiere dedicación y decisión. Muchos no alcanzan sus sueños y metas porque no entienden que deben cambiar su mapa de creencias y su forma de actuar. Hay quienes sí, pero desafortunadamente son pocos.
Para cambiar de actitud y aptitud debemos formarnos, estudiar, leer, aprehender, apropiarnos de nuevas herramientas que permitan dar el salto a la certeza de sí podemos, dejar el miedo de lado y comprometernos con lo que deseamos hacer de nuestras vidas.
No es cuestión de meditar y seguir recetas de cocina, hay que actuar, dar pasos para el avance, asesorarse y validar tus aptitudes. Modificar lo aprendido requiere esfuerzo, pasión, lucha y sobre todo muchas ganas.
Una vez lograda esta primera fase en la que se fortalece ese mundo energético y propio, donde se está claro que toda la responsabilidad está en cada uno de nosotros, cuando comenzamos a vivir una vida consciente y llena de propósitos, entonces, solo entonces, daremos 5 pasos que nos cambiarán por completo nuestro mundo.
Se debe tener claridad sobre lo que se quiere. Eso es revisar capacidades, aprendizaje, los elementos y las herramientas con las que se cuentan. Esa idea o sueño tiene unos requerimientos y por eso hay que hacer un inventario y saber si se está dispuesto a enfocarse y trabajar sin descanso para hacerlo bien.
Esto no es un asunto económico. Muchos emprendimientos nacen sin grandes sumas de dinero, algunos sin nada. Muchos salen de la pericia, capacidad y conocimiento como el más importante activo.
Hay que tener fe en sí mismo. Es fundamental creer en ti, contar contigo, apostar a los que sabes y puedes hacer bien. Hay que poner inventiva y darle la vuelta a los escollos sin miedo a nada. Cero excusas. Contra las excusas tú.
Solo tú conoces tus potencialidades y límites, confía en lo que sabes, mide tus mínimos y supéralos. La mayoría de las veces los obstáculos no son más que excusas y miedos que no se enfrentan por no tener la suficiente confianza.
Debes actuar siempre, estar involucrado a toda hora con lo que haces. No es medio tiempo ni en horario de oficina, es todos los días todo el día. Hay muchas cosas por hacer. Prepararse, estudiar, errar, corregir, volver a errar y trabajar demás. Los errores que sean rápidos y que cuesten poco. Para eso se debe trabajar mucho, revisar y corregir, estudiar y obtener conocimientos.
Muchos creen que lo que no saben lo buscan en internet y ya, listo. Pues no. En internet hay recetas de postres y mucha información aunque limitada. Lo que no sepas busca apoyo, asesórate, paga un curso que profundice en lo leído, pide consultorías y no te tranques.
Del aprendizaje lograras construir varias propuestas de tu productos, múltiples servicios, un número importante de ofertas que te permitirán vivir y tener sostenibilidad con un ingreso recurrente y en crecimiento.
Hay que mejorar el nivel técnico de lo que hacemos y de cada uno de nosotros si queremos salir adelante con el emprendimiento. Monetizar se logra si eres un referente válido, si ofreces un producto de calidad y si el público de tu nicho te tiene confianza. Todo eso lo da la preparación y el trabajo constante.
Con todos estos pasos andados tendrás un activo. Tú serás el activo más grande de tu empresa. Pero eso no significa que andes solo y todo lo hagas tú. Contrata asistencia, delega funciones, dedícate a crear nuevos productos y servicios, expandir el emprendimiento y dale calidad de vida a tus días.
Emprender es un camino que no es fácil, pero es el camino. Cuando crezca tu negocio y cuentes con personal que te ayude en las tareas, podrás pasar tiempo con tu familia, viajar, leer, crecer y generar nuevas y mejores ideas.
Al final del camino emprender de manera sostenible, con un crecimiento constante te da libertad. Libertad económica y libertad de acción. Para eso se emprende, para ser libre.
Comunicador Social UCV
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