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Hiperinflación y medidas destruyen la banca

De acuerdo a estadísticas de Felaban, el tamaño de la cartera de créditos es ínfimo frente a los números de la banca en Colombia, Brasil, Perú, Chile, Argentina y México

  • GUILLERMO GARCIA N.

07/04/2019 05:00 am

Así como la hiperinflación destruye la capacidad de compra del bolívar, pulveriza el salario de los venezolanos, deprime el consumo y la producción y eleva exponencialmente los costos de las empresas, la banca nacional no escapa al efecto de la hiperinflación. Al contrario de lo que la mayoría podría pensar, la banca es uno de los sectores de actividad económica más afectadas con la hiperinflación. Su mayor activo y patrimonio es dinero, en este caso mayoritariamente bolívares que se devalúan todos los días y en el caso venezolano con muy poca alternativa de cobertura o hedging de riesgo de devaluación del bolívar y pérdida patrimonial de los activos en bolívares. 

El patrimonio de la banca venezolana se redujo 74% durante el año 2017 en términos reales. Ajustado por inflación, el patrimonio de la banca nacional pasó de Bs 30.174 miles constantes en 2016 a Bs 8.009 miles constantes, la contracción más grande en los últimos 5 años. En los últimos tres años, tanto el patrimonio como el crédito del sistema financiero han perdido el 90% de su valor real. La hiperinflación que vive Venezuela devoró el patrimonio de la banca local hasta dejarla, en conjunto, del tamaño de un banco de la República Dominicana y sin capacidad para sacar de la recesión al país. Tras una década de tasas reguladas en un máximo de 28 por ciento para los créditos comerciales y de un máximo de 30 % para crédito al consumo, y con una inflación que registra ya cinco dígitos, los bancos del país no son en la actualidad rentables y tienen sus accionistas poco interés en inyectar capital a pérdida para ampliar los montos de los créditos y apalancar el consumo de empresas y personas. Los bancos venezolanos prestaban apenas un 28 por ciento del torrente de bolívares antes del aumento de los encajes legales de agosto, noviembre y febrero, lo que ha llevado a la desintermediación financiera de la banca y de su objetivo principal de negocios, distorsionando el esquema de negocios bancario y generando esquemas compensatorios en el otorgamiento de créditos y servicios de asesoría económica financiera que encarecen tremendamente el costo financiero de los adjudicatarios o receptores de créditos. El porcentaje de intermediación bancaria según cifras oficiales a enero, esta muy lejos del promedio de los sistemas bancarios en América Latina, que en 2018 mantenían volúmenes de crédito equiparables con los depósitos, según datos de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban). 

De acuerdo a estadísticas de Felaban, el tamaño de la cartera de créditos es ínfimo frente a los números de la banca en Colombia, Brasil, Perú, Chile, Argentina y México, el grupo de las principales economías de la región. En todos los casos prestan más de 2.000 dólares por persona. A las grandes y medianas empresas la banca privada local le presta no más del equivalente a 25.000 dólares y en casi todos los casos está exigiendo garantías en dólares. Como bien lo plantea el economista Leonardo Vera “Una economía sin crédito no crece, las empresas se quedan sin capital de trabajo para expandirse y el hogar tampoco puede aumentar el patrimonio” . 

Medidas de Sudeban La pérdida patrimonial de la banca es un elemento crítico a recuperar. La hiperinflación tiene como consecuencia que las empresas y las personas solicitan préstamos de mayor monto para financiar la poca producción que permanece activa o cubrir el aumento de los gastos con la tarjeta de crédito. Pero los bancos no pueden elevar el monto de los préstamos sin aumentar continuamente el patrimonio porque están obligados a mantener una relación mínima entre los fondos propios y los riesgos que asumen al prestar el dinero de los clientes. Si el patrimonio no crece al mismo ritmo de los créditos, los bancos no pueden continuar prestando porque incumplen con las regulaciones y al cierre de diciembre la banca prácticamente no tenía como continuar otorgando créditos, pero la Superintendencia de Bancos, en una medida que marcha en dirección contraria a la tendencia actual en Latinoamérica, rebajó hasta enero de 2019 el índice mínimo de patrimonio sobre activos desde 9% hasta 7%. 

Aunque, la Superintendencia permitió a los bancos ajustar su posición en dólares al tipo de cambio oficial (Dicom), lo que permite aumentar el patrimonio, no obstante, contrarresto esa medida subiendo hasta el 100% el encaje marginal. Aunque un gran número de bancos registran en su posición en moneda dura, bonos de la República y Pdvsa, estos han sufrido un descuento brutal de precios de mercado que podría afectar las posiciones si tuviesen que liquidarlos. 

La hiperinflación y devaluación de la moneda ha convertido al sistema financiero venezolano en un pequeñísimo sector dentro de la banca latinoamericana. Al tipo de cambio oficial, el total de los activos al cierre de 2018 tan solo representaba 5.700 millones de dólares, un tamaño muy pequeño en relación al resto de banca Latinoamérica, y que equivale a 15% del tamaño de la banca ecuatoriana.
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