Mientras un importantísimo mensaje de los venezolanos a todas las naciones amigas del mundo libre, es que el tiempo apremia. La crisis humanitaria sigue más agravada al no permitirse la entrada de la ayuda internacional y por el mega apagón nacional y sus secuelas no resueltas desde el 7 de marzo. Tanto por las carencias y carestía de todo lo humanamente esencial, como por la desgobernabilidad y anarquía, al tiempo que la población es sujeta diaria de la más brutal represión. Los agentes del terror asesinan, hieren, detienen, secuestran o desaparecen a cualquiera por solo protestar. Ellos son policías, guardias, soldados, milicianos, esbirros tarifados ”colectivos”, agentes cubanos u otros extranjeros, hasta reos criminales sacados de las cárceles. Entre sus víctimas frecuentes se incluyen a los periodistas y personal de medios, nacionales o extranjeros. También apoyan o realizan asaltos a viviendas, saqueos de comercios e industrias, y el abigeato y la quema de fincas. 

Como sea que la Fuerza Armada Nacional en vez de proteger al pueblo, le siga dando la espalda apoyando al usurpador y su terror, no queda opción que requerir la intervención de una fuerza de paz internacional que posibilite la ayuda humanitaria, y desarme, rinda y neutralice a los agentes del terror y con ellos al régimen. Siendo reconocidos mundialmente por su honor, coraje y determinación, y ser como su historia e himno indica “primeros en pelear por el derecho y la libertad”, es altamente probable que Estados Unidos envíe al “siempre fiel” Cuerpo de U.S. Marines. (USMC).

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