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Abrazar en crisis

Abrazar tiene un efecto positivo no solo en nuestro estado de ánimo y nuestra salud física, sino también en la de quienes reciben y sienten nuestros abrazos.

  • FERNANDO SANCHEZ-ARIAS

19/03/2019 05:00 am

Los venezolanos nos hemos caracterizado culturalmente por dos comportamientos que resaltan en nuestro actuar: abrazar expresivamente y pedir la bendición. El abrazo sentido está presente en nuestros saludos, donde quiera que estemos y a donde nos haya llevado esta tragedia que estamos sufriendo y que ha ocasionado tantas separaciones familiares y distanciamiento físico entre seres queridos. También está presente en los momentos más cruciales; tanto en las celebraciones para expresar alegría y éxito, como en los espacios de aflicción que acompañan a la tristeza o el duelo. 

Investigaciones recientes validan lo que todos de una u otra manera sabemos: los abrazos nutren y producen efectos positivos en nuestra salud psicológica y física. Un abrazo puede liberar grandes dosis de oxitocina, hormona que ayuda a la mujer en el parto y estimula la subida de la leche materna, además de ser la que permite la creación de relaciones sociales, confianza, apoyo, cercanía y generosidad entre personas. Científicos sociales como Turnbull et al. (1995), Ocklenburg et al. (2018) y Packheiser et al. (2018) revelan el importante nexo entre el cuerpo y la emoción a la hora de abrazar. Más relevante aún es la investigación de un equipo de científicos de Carnegie Mellon, citada por Kasley Killam, investigadora de postgrado en la Escuela de Medicina de Harvard, quien en un artículo publicado en la revista Scientific America, comenta los hallazgos sobre la influencia de sentirse conectado con otras personas, especialmente a través del contacto físico, en la protección ante enfermedades producidas por el estrés.

Abrazar conecta, y lograr conexión adquiere un sentido estratégico y filosófico en una época en la cual la escasez de recursos de primera necesidad, la falta de medicamentos, alimentos, energía eléctrica y agua potable se unen a la ausencia de contacto físico con nuestros seres queridos. Ausencia ocasionada porque muchos han tenido que emigrar e instalarse en otras naciones, en busca de un ingreso que les permita subsistir y ayudar a sus familiares en medio de una de las peores crisis de la historia en nuestro país.

Abrazar tiene un efecto positivo no solo en nuestro estado de ánimo y nuestra salud física, sino también en la de quienes reciben y sienten nuestros abrazos. Para que logre mejores y mayores efectos, el abrazo debe ser expresivo, sin pena, deliberado; dado con valentía y seguridad. A riesgo de parecer comeflores que recién terminamos de leer un libro de autoayuda, abrazar de manera espontánea y sentida a tantas personas como podamos será una contribución concreta en el manejo de emociones tóxicas como la ira, el miedo y la tristeza que muchos sentimos por las calamidades que diariamente se viven en Venezuela, así como un disparador de emociones nutritivas como la alegría, el amor y la paz que tanto merecemos recuperar. Abrazar en crisis… una bendición.

@leadingculture
fernando.sanchez@mejorar-se.com
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