Uno de los principales desafíos del liderazgo es mantenerlo una vez se alcanza. ¡Vaya tema! Hay quien está dispuesto a hacer lo que sea para lograrlo, para aferrarse a él, sin darse cuenta de que justo esas medidas lo alejan mucho más de su objetivo. Es que son cosas distintas, liderazgo y poder pueden ser amigos y enemigos cercanos a la vez.
Así, un líder puede alcanzar el poder con más facilidad con la que alguien poderoso puede convertirse en líder. Y ese líder puede perder ese poder, y aún así mantener su influencia. ¿Confuso? Así es para muchos. Especialmente para quienes llegan a posiciones claves, empresariales o gubernamentales, gracias a competencias técnicas o a circunstancias externas, y no por competencias de liderazgo en sus equipos de trabajo.
De allí que pueda decirles a los líderes sin poder que: muy probablemente un día lo alcanzarán, que es cuestión de desarrollar un plan que lo haga posible; es decir que finalmente dependerá de su disciplina y de sus decisiones.
A los poderosos sin liderazgo: que tienen la extraordinaria oportunidad de aprovechar la plataforma lograda para servir, pues es esa la más poderosa y eficiente vía para construir su influencia.
Y a ambos: que estén muy alertas, que cuando se está en la práctica, los riesgos de confundir la teoría son muy altos; pues también los he visto perderse en ambas direcciones.
Por un lado líderes que pierden su influencia porque enfocan su lucha, sus recursos y sus talentos en alcanzar el poder, y olvidan el propósito superior que les mueve. Y por otro, autoridades que pierden la oportunidad de liderar, pues sus inversiones materiales y energéticas están concentradas en el mantenimiento o en el aumento de esa cuota de poder que se les confió.
Como también debo decir: los he visto convertidos en autoridades morales de referencia incluso después de haber dejado el cargo... Se trata de quienes comprendieron que, en un mundo cambiante y de realidades materiales transitorias el verdadero poder va más allá del ego, los recursos y las firmas autorizadas. Son los que no se dejan engañar o entretener con la popularidad o la riqueza, y dedican sus vidas a servir. ¡Ellos sí que alcanzan poder! Tanto, que permanece; incluso, cuando ya no están.
argenisangulo@gmail.com
@argenisangulo
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones