Espacio publicitario

El tercer discurso

Postulamos la formación de un gobierno de concentración nacional; solución no inédita en Venezuela... es la misma que permitió que entre 1960 y 1973 el país viviera un periodo luminoso

  • JOSÉ SANTIAGO NUÑEZ GÓMEZ

19/01/2019 05:00 am

Los discursos de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó reflejan percepciones distintas sobre a quién, o a quiénes, corresponde gobernar el país; el de Maduro, sin dejar de admitir fallas y corrupciones que –reconoce y promete– deben corregirse, identifica lo que él registra como logros en medio de limitaciones (las cuales, por cierto, exagera en sus efectos); se trata, pues, que sigan los que están, si bien con las correcciones y ajustes del caso; y el de Guaidó, más fiel y auténtico en la invocación de la realidad de desastre que nos agobia, plantea que la superación de ésta pasa por una sustitución total de quienes, desde el gobierno, dirigen la marcha del país. 

La verdad es que ha sido la práctica política del chavomadurismo la que nos traído a la calamitosa realidad de ruina de todo que vivimos; pero esa práctica, por una parte, hunde sus raíces en ideas que por más de 70 años se sembraron en la conciencia de la población (hay, incluso, quienes ubican el comienzo de esa siembra en el siglo XIX venezolano, o, más atrás, desde la Colonia), y, por la otra, incluye una burda manipulación de sectores de la población y de factores eficientes de poder, como el militar. Hay, pues, una realidad socio-política sobre la cual descansa el chavomadurismo y su pretensión de mantenerse en el gobierno. Por esto, un nuevo gobierno que excluya radicalmente al chavomadurismo quizás –no es seguro– se mantenga, pero no podrá adelantar las rectificaciones que se requieren, y ello no obstante que algunas de éstas hacen parte de la agenda actualizada del propio chavomadurismo, si bien con nombres y calificaciones que intentan camuflar que se trata de un viraje de 180 grados. 

Es por lo expuesto que postulamos la formación de un gobierno de concentración nacional; solución no inédita en Venezuela, pues, sin ir muy lejos, es la misma que permitió que entre 1960 y 1973 el país viviera un periodo luminoso, de progreso en todas las áreas y mejora para todos los sectores del colectivo nacional. Es deber del chavomadurismo convocar a la oposición a las negociaciones para la formación de ese gobierno, con la disposición de celebrarlas en un plano de igualdad, porque esa es la situación, y lo es de la oposición la de acudir a ellas, porque eso es lo realista y lo patriótico.

SANTINUNEZ@Yahoo.com
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario