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Otra visión de la Venezuela de trabajo

Lo político se ha sentido durante los primeros días del año, con la elección de la nueva Junta Directiva de la Asamblea Nacional, sin repercusiones para el Ejecutivo.

  • TOMÁS SOCÍAS LÓPEZ

12/01/2019 05:00 am

• La Venezuela de trabajo y que se dedica a trabajar, se ha incorporado a sus actividades habituales en el 2019 en un ambiente de apreciaciones y opiniones controversiales, una vez más, con las incidencias del peso que se ejerce desde lo político . Es, como se escucha expresar en los más disímiles encuentros que se dan en cualquier parte del territorio nacional. La consecuencia también rutinaria que se percibe no ofrece atisbos de revisión, y, por enésima vez, lo que se manifiesta es que si lo político no cambia, tampoco cambiará lo económico ni lo social. La duda es qué haremos los venezolanos con Venezuela.

El diálogo toma cuerpo como inevitable

Definitivamente, la Información y opiniones en las que se apoyan quienes analizan e interpretan lo que ha estado sucediendo en Venezuela durante los primeros días del año en curso, también configuran un mundo de realidades muy diferente a lo que piensa y sucede internamente en el Ejecutivo; también a lo que difunden los diversos medios de comunicación social, al igual que las redes sociales, como lo que se trata en el seno del núcleo familiar venezolano.

Lo que luce predominante, es que el Ejecutivo se proyecta con un control absoluto a todos los niveles. Además de que, de la manera que sea -o como lo haya logrado- semejante dominio no luce cambiable. Y es la conclusión de lo actual, que se proyecta hacia la convicción de que semejante modificación tampoco se va a dar en tiempo cercano.

Lo político se ha sentido durante los primeros días del año, con la elección de la nueva Junta Directiva de la Asamblea Nacional, sin repercusiones para el Ejecutivo. Y ante cualquier apreciación especulativa de lo sucedido, no deja de hacerse sentir que se está dando un proceso de conversaciones entre el Ejecutivo y la oposición, y que los temas son: presos políticos, inhabilitaciones, partidos políticos, seguridad de dirigentes oposición y de diputados.

El diálogo con base en estos puntos y con nuevas facetas, será la nueva estrategia Gubernamental. Y lo está acometiendo apoyándose en su convicción de que también los opositores, para avanzar, están claros en que para negociar no hay camino distinto al de negociar.

Venezuela y el entorno internacional

Internamente, en el Ejecutivo hay confianza y seguridad de que no habrá problemas en el país que altere el ejercicio del poder. Tampoco lo habrá a nivel internacional. Además de que la oposición no logra cambiar su rostro de ser una expresión social desanimada, como consecuencia de la acertada estrategia que administró el Ejecutivo desde el año pasado y le permitió prácticamente anular la posibilidad de activar movilizaciones públicas.

Tal efecto pudo alcanzar que simpatizantes y radicales los motivan a salir a la calle para protecciones, y militares donde lo necesiten. Asimismo, los círculos están permanentemente pendientes para disuadir cualquier alteración, o dar la sensación de dominio y poder en las calles. Además de que en el país se percibe estar sin alteraciones del orden previstas a ningún nivel.

En el orden internacional, el Ejecutivo lucha alrededor de dicho tema teniendo perfectamente claro que los países no cercanos al Gobierno tampoco quieren romper relaciones radicalmente. Ellos ratificarán, antes y después, que la toma de posición es ilegítima, al igual que lo han hecho los países de la Comunidad Europea.

Persistirán declaraciones mediáticas que recorrerán el mundo, mientras que los países no cercanos al Ejecutivo, que están divididos entre quienes quieren retirar Embajadores y Encargados o disminuir la representación diplomática, se supeditarán a la otra apreciación de que el aislamiento no generará resultados distintos a los vigentes.

La presencia y la mediación

La presencia diplomática en el territorio nacional está claramente definida por una mayoría de países que considera mejor estar presentes en Venezuela. En primer lugar, porque hay que defender los coterráneos. Por otra parte, porque permite apoyar a la dirigencia opositora, darle soporte institucional a la Asamblea Nacional, como a la mediación internacional, y mantener la presión al Gobierno en lo que él denomina su nueva etapa, demandándole medidas y decisiones de mayores libertades, democracia y aceptación de mediaciones que contribuyan a canalizar soluciones.

A partir del 10 de enero, presión y sanciones serán los términos que no provocarán la desaparición del discurso político externo e interno, principalmente desde Latinoamérica y la Unión Europea, a la vez que se aguardará hasta mayo para hacer un balance de lo que hayan podido alcanzar los dos bloques.

Mientras que en el caso de Estados Unidos, habrá fuertes pronunciamientos diplomáticos, sin repercusión real, ya que no se contemplan medidas drásticas, como la de no comprarle más petróleo a Venezuela, o, inclusive, de prohibirle ventas normales de los Estados Unidos a Venezuela.

No se magnificará el peso político del nivel de las representaciones que hayan asistido al acto del jueves 10. Sí, en cambio, se hará lo contrario con la participación de los países no alineados, los tres aliados tradicionales en América Latina, y los países del Caribe que tiene y les apoyan. Asimismo, países tradicionales de alianzas como Rusia, China, Biolorusia, Irán, Corea del Norte, y otros.

Más allá del 10 de enero

Era previsible el rompimiento diplomático de un país Latinoamericano, no así de Colombia, que ha decidido finalmente continuar en el país, y mantener su representación para influir y estar presente de cerca, al igual que la mayoría, en la búsqueda de soluciones. El Grupo de Lima conversará constantemente después del 10-1, considerando la posibilidad de que se amplíen sanciones individuales, sin ausentarse de la importancia de continuar presentes, apoyándose en el uso de alternativas para activar mayor presión interna y externa.

Dos actores políticos europeos muy importantes pudieran hacer sentir sus voces a partir de las venideras semanas. Muchos recuerdan la mediación del Embajador de España con ciudadanos españoles secuestrados y otros amenazados en sus actividades comerciales en el país. Otros mantienen presente el esfuerzo de la participación del Embajador de Portugal, con los coterráneos detenidos y liberados a través de su intervención. A dichas representaciones, también les atribuyen mediaciones fronterizas, como participaciones en detenciones y representaciones comerciales.

A tales países europeos, por supuesto, ante tan valiosas y útiles recientes participaciones para solventar serios problemas que inciden en lo económico como en lo social, se les atribuye un rol valioso para los tres países y sus respectivas economías. Inclinarían la balanza internacional a seguir presentes en la medición alternando con la dureza del lenguaje en los reclamos y sanciones.

Analista Económico, Político y Consultor Empresarial
tsociasl@gmail.com
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