Tu Bishvat. Año Nuevo de los Árboles
Debemos plantar nuestra semilla en un terreno fértil en el que crezca firme... De nosotros dependerá cultivar un campo que florezca, honrar y agradecer los alimentos que la tierra nos proveerá...
Tu Bishvat, el día 15 del mes de Shevat (Enero), es mencionado en la Mishná como el Año Nuevo de los Árboles. El año se calcula desde esta fecha en los asuntos referentes al diezmo del fruto del árbol y otras leyes semejantes. Una de las costumbres asociadas con este día es asegurarse de comer alguno de los frutos que crecen en Israel.
El jaruv (fruto del algarrobo), por ejemplo, se consume a menudo en esta festividad. También es costumbre que los niños participen en la plantación de árboles. Actualmente ha pasado de ser un mero acto simbólico a transformarse en una organizada y extensa campaña nacional de reforestación llevada a cabo por escolares y maestros.
La celebración de Tu Bishvat se distingue por la degustación de frutas variadas, acompañada de la lectura de diferentes textos, tales como versículos bíblicos, citas del Talmud y pasajes del Zóhar. En la obra de Perí Etz Hadar (el fruto de los mejores árboles), el séder (banquete familiar) se lleva a cabo en la víspera del 15 de Shevat, y se leen textos relacionados. A continuación referimos el significado de algunos alimentos y/o árboles, propios para este banquete. Se iniciará el séder probando un dulce o torta hecha a base de trigo o cebada.
Trigo: Aunque no se trata de un árbol, es la primera de las especies con que la Torá elogia la tierra de Israel. El trigo es la llave del lenguaje, pues se dice que un niño comienza a hablar a partir del momento en que lo prueba (tratado de Berajot, 40a).
Aceituna: El olivo es un árbol muy antiguo, milenario; simboliza el estudio y la sabiduría. Al exprimir la aceituna se obtiene el aceite de oliva, símbolo de la luz de la menorá y alma de la festividad de Janucá. También éste era utilizado para ungir al rey y al Kohén Gadol, y de ese modo consagrarlos para el cargo que ocuparían. La palabra hebrea Mashíaj deriva de la palabra “ungido”.
Uva: De la uva deriva el vino, la bebida por excelencia, escogida para formar parte del ritual judío. El vino sirve para la celebración de grandes ocasiones, como el matrimonio, y además para santificar el Shabat a través del kidush. Pero también puede conducir a la decadencia y a la degradación a través del alcoholismo. Las cosas tienen el valor y la finalidad que el ser humano les otorgue. La uva y el vino representan el acto de elegir, y por lo tanto son un símbolo de libre albedrío.
Almendras: La almendra es conocida por su rápida maduración: apenas tres semanas después de que el árbol de almendro pierde las flores.
Algarrobos: En cuanto a tiempo de maduración, el algarrobo es lo opuesto a la almendra. Su árbol es lo opuesto a la almendra. Su árbol tarda setenta años en dar fruto. Por eso simboliza el esfuerzo de las generaciones pasadas. También representa el tiempo y la dedicación que emplean los padres en la crianza de sus hijos y el maestro en la formación de sus discípulos.
Cuenta el Talmud lo siguiente: Un día alguien vio a un anciano que plantaba un algarrobo, y le dijo: “Hacen falta setenta años para que ese algarrobo dé fruto. ¿Acaso esperas poder comer de ellos? El anciano le respondió: “En mi juventud encontré algarrobos que plantaron nuestros antepasados y comí de sus frutos. Ahora me toca a mí plantar este algarrobo para que mis descendientes puedan comer de él” (tratado de Taanit,23a).
Debemos plantar nuestra semilla en un terreno fértil en el que crezca firme, “Sembrar hoy, para cosechar mañana”. De nosotros dependerá cultivar un campo que florezca, honrar y agradecer los alimentos que la tierra nos proveerá y, de este modo, heredar a las generaciones que vienen una cosecha cuantiosa y sostenible.
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