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La democracia de las mayorías

Según el Índice Venezuela se ubica en un proceso de des-democratización en marcha que se viene dando a la vista las mayorías y hasta con su silenciosa aprobación

  • REINALDO ROJAS

17/12/2018 05:00 am

La democracia nació en las ciudades griegas como poder local y la independencia de Venezuela se inició en el Cabildo en Caracas el 19 de Abril de 1810. Sin embargo, esa democracia, como ejercicio político de las mayorías, sufrió una rotunda derrota en los comicios electorales del pasado domingo 2 de diciembre al sumar la abstención el 72% de los votos. 

Por su origen etimológico, la democracia ha sido considerada como el gobierno del pueblo. Platón, en La República, nos recuerda que el Estado en un hecho histórico, sometido al cambio permanente. Por eso, en el “Libro octavo”, habla de una “revolución circular”, donde se aprecian cinco formas de gobierno: la Aristocracia, la Timocracia, la Oligarquía, la Democracia y la Tiranía. Cada forma de gobierno se corresponde con el carácter de los individuos, es decir, que el Estado es una persona moral que se mueve entre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo. De allí su afirmación: puesto que hay cinco especies de gobiernos, debe haber caracteres del alma que correspondan a aquello. 

Ambición de poder
La aristocracia, que es el gobierno de los mejores, de los sabios, está basado en las virtudes de la verdad y la justicia. La ambición de poder crea la timocracia y a la oligarquía, donde privan la sed de dinero y la avaricia. Frente al gobierno de los ricos la revolución de las mayorías impone la democracia fundada en la libertad. Pero cuando la libertad se transforma en libertinaje, pasamos a la tiranía. El círculo se mueve según las virtudes de los ciudadanos. Es una cuerda floja. 

Si para Platón el gobierno de las mayorías es lo peor, por lo del libertinaje, con el tiempo fue la democracia la que se transformó en el modelo de gobierno a seguir, porque se funda en la co-responsabilidad de todos. Cuando eso no existe, la democracia es una entelequia. Por ello, frente a ese resultado nos preguntamos ¿la abstención es causa o efecto de una crisis de la democracia? 

Según las cifras del Democracy Index 2017, que reporta anualmente el periódico británico The Economist, de 167 países estudiados, un 11,4% vive en democracias estables, un 34,1% en “democracias débiles”, un 23,4% en “regímenes híbridos”, que son países que viven un proceso de des-democratización y progresivo ascenso del autoritarismo y un 31,1% en regímenes autoritarios. La franja autoritaria es de un 54,5%. El índice se basa en procesos electorales con pluralismo; libertades civiles; actuación del gobierno; participación política y política cultural. En este Índice solo Uruguay aparece entre las 19 democracias estables y Venezuela en el puesto 118 es ya parte de los regímenes autoritarios. Pero en su fase aún híbrida de transición. ¿Hacia dónde? 

Des-democratización
Según el Índice Venezuela se ubica en un proceso de des-democratización en marcha que se viene dando a la vista las mayorías y hasta con su silenciosa aprobación. En este contexto, ¿cuál puede ser la lectura de los resultados electorales municipales? Cada bloque político se hace acreedor de un triunfo. El gobierno porque logró el acto y con una mínima participación logró el 90% de los ediles del país. ¿Una victoria pírrica? Para un sector de la oposición la abstención es igual a rechazo del gobierno. ¿No será más bien una muestra de desencanto democrático? Si es así, la que perdió fue la democracia venezolana en su conjunto. 

Por ello, cabe preguntarnos qué significa la palabra democracia para el ciudadano común y corriente. Carlos Matus decía que uno de los peligros que corría la democracia era su ineficacia de mostrar resultados. Y es que para la mayoría, lo político interesa en tanto sirva para resolver problemas concretos, sin hablar del aumento de los problemas de gobernabilidad y gobernanza que exige todo ejercicio democrático. Venezuela viene sufriendo un preocupante proceso de des-institucionalización que ha empezado a afectar a la democracia. 

Sometidos a las leyes
El problema no está en la Constitución, sino en la actitud ciudadana y sus valores. El voto y la elección se han manejado siempre como indicadores de democracia. Pero eso no basta porque la democracia supone, en primer lugar, la existencia de un efectivo Estado de Derecho y ciudadanos e instituciones sometidas a las leyes, no a los gobernantes de turno. La democracia es, además, una forma de vida que exige respeto a la divergencia, reconocimiento a las minorías y atención a los sectores más vulnerables de la sociedad. 

¿Cuántos derechos se violan cuando un jubilado tiene que pernoctar una noche frente a un banco para recibir parte de su pensión? ¿Qué piensa ese humilde venezolano del sistema que lo gobierna? Pareciera que la democracia se aleja cada día más del ciudadano común. Si es así, ¿dónde queda la democracia como gobierno de las mayorías? 

enfoques14@gmail.com
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