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La educación y la energía

El país enfrenta un reto importante en el manejo del 20% de las reservas de crudo actual del planeta. No es cualquier cosa.

  • NICOLINO MODÉ

11/12/2018 05:00 am

Si partimos del principio de la Ley de Conservación de la Energía que establece “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”, y lo planteamos con el enunciado: “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”, dimensionamos el significado de la palabra energía. Definitivamente, hablar de la Educación construye el futuro de la Energía le da una fuerza transformadora a la palabra educación que se compara con la energía misma, lo que mueve al mundo. Todo parte de allí, la energía dispara la cadena dinámica en los procesos productivos, mercado y consumo del día a día, que se traducen en la cotidianidad de la sociedad; o sea, la base del inicio del proceso de transformación de la energía: su consumo y el progreso.

El país enfrenta un reto importante en el manejo del 20% de las reservas de crudo actual del planeta. No es cualquier cosa. En la matriz energética mundial el crudo contribuye aproximadamente casi el 40% del consumo diario de energía, siendo las demás fuentes como el gas, carbón y otras energías renovables, el restante 60%. Por si fuera poco, Venezuela tiene un potencial de contribución enorme también en ese 60% por su producción y reservas de gas a nivel mundial, así como la base de recursos de materias primas como el carbón, que sirven de fuentes para otros tipos de energía, entre ellas la nuclear. Luego podemos asegurar que Venezuela es una gran masa geográfica de pura energía, incluso si eventualmente la energía solar llegara a ser la predominante, dada la privilegiada ubicación que tiene el país en el planeta, seguramente también le permitiría contar con ventajas comparativas y competitivas envidiables. Pero para enfrentar ese reto se requiere estar en la vanguardia en términos de educación, y que esta conlleve la formación de excelentes profesionales para el desarrollo del sector energético.

Es difícil no recordar aquellos tiempos en que se le preguntaba a los compañeros de trabajo extranjeros por qué vinieron a trabajar en Venezuela. Muchos de esos profesionales comentaban que su elección se basaba en el potencial que veían en Venezuela en cuanto al desarrollo profesional y académico. Potencial que no habían reconocido en otros países en Europa, Medio Oriente y América del Norte. Habría que remontarse a esa época de los años 80, cuando Europa aún no salía de los debacles de la Segunda Guerra Mundial, el Medio Oriente mantenía una situación de tensión conflictiva y América del Norte era pionera en tecnología, pero en ninguno de los casos existía la brecha tecnológica y educativa que hoy existe en Venezuela.

Después de haber publicado numerosos artículos e informes nacionales e internacionales como autor y coautor, puedo decir con propiedad que por Venezuela pasó una gran cantidad de profesionales invaluables tanto en calidad profesional como humana. Cabe destacar, que muchas de esas publicaciones las realicé con colegas que actualmente son: miembros de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat, autores y coautores de libros y capítulos de libros, decanos y profesores líderes de departamentos de las mejores universidades americanas, canadienses e inglesas; profesionales que trabajan en centros de investigación de grandes industrias de diversos tipos, como la automovilística y la comunicacional, entre otras. Además de ganadores de premios nacionales e internacionales y demás reconocimientos.

Estos profesionales aportaron muchos de sus conocimientos a la educación, la tecnología y la innovación en el sector energético, que según el World Economic Forum, son pilares absolutamente necesarios para incentivar la competitividad, y así finalmente acercarse cada vez más a la excelencia.

No se puede seguir exportando activos tan importantes como lo son el talento y el conocimiento; hay que propiciar todas las condiciones y motivaciones necesarias para que el profesional pueda desarrollarse con altos estándares de vida y contribuya a mejorar las condiciones económicas y sociales del país, y asumir el reto de la construcción de la educación de la energía.

No es un secreto que las universidades mejor posicionadas en el mundo tienen una disciplina de sustentabilidad, y que además, el manejo del negocio universitario busca beneficios a través de alianzas con el sector productivo privado, y el estratégico del Estado, cualquiera que así se considere.

En conclusión, hay que lograr un fortalecimiento continuo de las universidades para así aportar al sector energético de la nación, a través del desarrollo de la competitividad, teniendo como norte siempre la excelencia. Dicha competitividad se alcanza brindando conocimiento al gobierno, a grandes empresas públicas y privadas, y en general a todo tipo de organizaciones; así como también, contribuyendo al soporte de pequeñas y medianas empresas de carácter regional, tanto en conocimiento como en la producción de fuerza de trabajo calificada para la industria local energética.

Colaborador de la Cámara Petrolera de Venezuela
www.camarapetrolera.org
informacion.web@camarapetrolera.org
@CamaraPetrolera
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