Debiendo en la década de 2020 triplicar la mermada producción agrícola actual y asegurar la comida de los 36,1 millones de venezolanos de 2030, la promoción de la inversión privada en el campo no puede esperar más. En el caso de la ganadería y avicultura es de considerar, tal como señala el informe en referencia, que la producción y el procesamiento de ganado y aves de corral son cada vez más móviles. El capital y la tecnología pueden moverse a cualquier parte del mundo (¡donde estén seguros!) y las empresas ganaderas y avícolas se están convirtiendo en globales. En el futuro, es probable que unas pocas empresas ganaderas mundiales dominen la producción y el procesamiento globales. 

En cuanto a la tendencia a menos y mayores operaciones pecuarias y avícolas, las economías de escala en producción y procesamiento son significativas y conducirán al tamaño óptimo de fincas, instalaciones y empresas. Las economías a nivel de empresa se capturan con una gerencia efectiva de la cadena de suministro. Los pequeños y medianos productores que enfrentan serios desafíos de supervivencia para integrarse con éxito a la cadena de suministro, es posible obtengan mayores ingresos en mercados de valor agregado, compensando el mayor costo de sus pequeñas cantidades. Ellos pueden acceder al mercado y las ventajas de costo de productores más grandes al asociarse y actuar como un gran productor. Como vemos, desarrollar nuestra ganadería y avicultura exige también atraer y asegurar la inversión privada, tener suficiente escala, una gerencia efectiva y asociatividad de los pequeños y medianos productores. Toda la carne, leche, pollo y huevos que Venezuela requiere, podemos aquí competitivamente producir. 

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