Su existencia depende de los objetivos alcanzados. La conducta de los miembros de grupo es preestablecida. Controlada. En provecho de sus objetivos constituidos. 

El sentido gregario del ser humano se manifiesta tanto en lo individual como en el colectivo. El comportamiento colectivo “hace perder la fuerza de la individualidad como resultado de la expansión contagiosa de la emoción y la acción que genera el grupo”. “Los miembros de la multitud participan en la mente colectiva sustituyendo a la personalidad consciente”, tal como lo afirma Le Bon. Una multitud de protesta no está motivada solo por fuerzas motivacionales, sino también por el deseo racional de lograr objetivos específicos (Morales 1994). Los lazos afectivos con el líder constituyen la esencia de la mente grupal y forjan la unidad entre los miembros del grupo y su líder. Una persona se comporta diferente en un contexto individual y en uno grupal. 

Sociológicamente tres teorías resaltan en cuanto al comportamiento del individuo en grupo. La teoría del contagio, de acuerdo a Le Bon, se explica como el individuo se contagia por la masa y pierde sus particularidades propias y su capacidad de raciocinio. La teoría de la Convergencia. Señala que las personas con ciertas características tienden a converger en un grupo y eso las lleva a actuar de una misma forma. (Milgram y Toch. 1969). Teoría de la norma emergente. La conducta de las multitudes está regulada por normas que no vienen de afuera, sino que brotan de la misma dinámica del comportamiento de la multitud. (Turner y Killian, 1957, en Ovejero 1997). 

Como podemos observar, unos complejos y multidimensionales factores de naturaleza sociológica, política y cultural regulan la conducta individual y colectiva de los individuos en grupos y muchedumbres. A la luz de la teoría sociológica ¿Hay condiciones para una explosión social de protesta que pudiera hacer una crisis sociopolítica y deponer al gobierno? ¡Pareciera que no…! No hay escenario para una guerra civil. La FFAA tiene las armas y aparentan unidad ante el gobierno del presidente Maduro. El pueblo está desarmado y además la gran mayoría quiere resolver sus problemas por vía pacífica y electoral. El gobierno tiene el control de la clase D y E que forman entre el 70% y el 80% de la población. A ellos les envía sus misiones y programas. La gente mide sus posibilidades y sabe que no hay fuerza para un alzamiento y rompimiento de normas y reglas de la vida en sociedad. El temor ante un gobierno represivo los inhibe de tomar acciones violentas.