El gobierno al que estamos sometidos no respeta la independencia de poderes. Un ejemplo es lo que ha hecho con una Asamblea Nacional electa, a la que ha dejado sin ninguna facultad. Aquí no hay control ni balance alguno, lo que configura una abierta forma de satrapía. Desde el poder se anuló al Parlamento, sin abolirlo, para no dejar más evidencias. Por ello no solo la declaró en desacato indefinido, sino que además se eligió una ilegítima Constituyente que está por encima, legisla y concentra las potestades en el Ejecutivo. Hay una burda sastrería legal, donde la complicidad del Tribunal Supremo, del usurpador Fiscal, del Contralor y de lo que queda de las ramas del poder público, hacen un traje a la medida, para la perpetuación.
Como el ladrón que entra de noche a robar y que no quiere dejar rastros, la presión sobre los medios de comunicación se hace de manera progresiva. Los informes de la Sociedad Americana de Prensa demuestran cómo año tras año van quedando más medios fuera del espectro. Solo en el 2018 más de 31 diarios han dejado de circular y ya hay al menos 3 estados donde no existe ningún periódico. Hay serios problemas donde se funden también la crisis económica y el costo del papel. La persecución llega a tal extremo que hay más de 17 detenidos por el solo hecho de tuitear. En un país donde las cifras hablan de 404 presos políticos, viven en zozobra todos aquellos que tienen espíritu disidente o vocación política.
Ante lo que padecemos en lo económico, lo político y lo social, muchos se preguntan si se aguanta un mandato más de Maduro, que comenzaría en enero y duraría otros 6 años más. Hecho insostenible. En los 40 años que precedieron a este régimen que ya tiene 20, hubo una lucha política fuerte, pero nunca a los niveles de odio que desde el gobierno se sigue sembrando.
Aquí el diálogo y la negociación directa no es posible, porque sabemos que desde el poder se burla e incumple todo. La única vía sería un grupo de países al estilo “Contadora” que reuniéndose con cada grupo ponga las cosas en su lugar y logre la realización de unas nuevas, libres y justas elecciones con la ONU y la OEA. Esto antes de la propuesta fácil pero de difícil implementación y con peores consecuencias, de golpe de Estado o intervención militar.
oscar.arnaln@gmail.com
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