Hijo de músico, su padre era Maestro de Capilla en la Catedral de Caracas, fue sobrino del insigne preceptor del Libertador, Simón Rodríguez. En ese entorno familiar, la formación de Manuel Antonio fue rica en música y letras. Ya a los 13 años tocaba órgano en la catedral de Caracas, y a los 24 años fue nombrado Maestro de Capilla como su padre. Su vocación de educador también afloró en su juventud y le hizo fundar el Colegio Roscio en Caracas a los 29 años. Fue diplomático, escritor y político. Ministro de Relaciones Exteriores y Ministro de Hacienda. 

A los 41 años, en el año de 1853, la obra y la vida de Carreño se cimientan para la posteridad con dos acontecimientos que parecieran no tener nada en común, pero ambos lo colocaron en un sitial muy especial en la historia. Por un lado publica los tres primeros capítulos de su célebre “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras”, y por otro lado a finales de año su esposa dio a luz a una hija a quien llamaron María Teresa, cuya educación musical asumió directamente Manuel Antonio para convertirla en una referencia mundial de la música. 

El Manual de Carreño fue un éxito inmediato, recomendado su uso por el Congreso Nacional de Venezuela en el año 1855, y citado por numerosos estudios académicos en Latinoamérica como testimonio de la buena educación. Se trata de un libro que se convirtió en un clásico de la cortesía, civismo y honradez. En él, Carreño recoge los buenos modales de sus abuelos, haciendo énfasis en la educación. Los tiempos pasan, los escenarios y las formas son otras, pero la educación se debe mantener para poder convivir. Esa es la grandeza de su manual. Dirigido a la juventud, con el objeto de mejorar su formación cívica para provecho de sus hogares y de la patria. Las reglas o consejos contenidos en el Manual de Carreño, no están basados en otro principio que un profundo respeto hacia los demás. La cortesía y la educación no son vistas por Carreño como una actitud teatral o postiza que debemos tomar frente a la vida, sino como el “ejercicio de nuestros propios derechos con el menor desagrado de las demás personas”. El mayor valor transmitido en su manual es el del respeto por los demás. Las formas que tome ese respeto van cambiando con el tiempo, pero el fondo sigue siendo denso; el origen de la vida del hombre en comunidades radica en la benevolencia de las almas. Todo se resume en una gran consideración hacia el prójimo. El manual trata de que el lector descubra que ser bueno es muy gratificante, y que demostrar respeto hacia los demás es una forma de ser feliz. 

Curiosamente 14 años antes que el Manual de Carreño se editara en Caracas una obra le sirvió de inspiración: El Manual de Buena Crianza, Moral y Mundo, de Feliciano Montenegro y Colón. Montenegro fundó el mejor colegio de varones para la época, el colegio Independencia, donde estudió Antonio Guzmán Blanco, Arístides Rojas y los hijos del general Páez. El detalle es que Montenegro había sido coronel realista, y sus obras nunca tuvieron la simpatía de los gobiernos republicanos. 

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