Espacio publicitario

La simpatía nunca ganada (O la antipatía de siempre)

Fuera de Israel los niveles de antisemitismo se han disparado. En las universidades de Estados Unidos han habido acontecimientos graves. Se sabe de financiamientos importantes de campañas contra Israel y contra judíos

  • ELIAS FARACHE S.

19/08/2025 05:03 am

La guerra que estalló el 7 de octubre de 2023 ha sido una victoria sin precedentes para quienes no simpatizan con Israel y con los judíos. Por decir lo menos. Luego de casi dos años de intensos combates, pérdida de vidas y daños de todo tipo, la victoria mediática sobre Israel es inminente.

El daño que ha sufrido Israel y los judíos en la opinión pública fuera de Israel es colosal. Las condenas a Israel y sus acciones son lo usual en medios de prensa, en universidades y en otros muchos espacios. Nadie hace mención del origen de este particular conflicto cuando fueron asesinados mil quinientos israelíes de forma brutal y secuestrados doscientos cincuenta personas de las cuales cincuenta aún son rehenes, unos vivos otros no. Alguien recuerda a los niños Bibas? Alguien menciona las fotos de Eviatar David de hace dos semanas?

En la opinión pública dentro de Israel la situación es también preocupante. Las encuestas acerca de eventuales elecciones, realizadas con frecuencia exagerada y poco edificante, muestran una sociedad partida en dos. Todos están de acuerdo en que sean rescatados o devueltos los rehenes, todos coinciden en que Israel fue agredido, pero las incriminaciones suben cada vez más de tono entre unos y otros. Al escribir esta nota tiene lugar una manifestación nacional en pro de la liberación de los rehenes. El éxito de los enemigos de Israel se acrecienta cuando logran dividir a los israelíes entre ellos mismos, asumiendo culpas ajenas y propias. Resulta algo contradictorio eso de ver a los ciudadanos protestar ante su propio gobierno porque la guerra no termina y los rehenes permanecen cautivos. Mientras, nadie en ninguna parte protesta a la contraparte. No se hacen llamados a deponer las armas. No se exige en las calles de los sensibles países de Europa que sean liberados los rehenes. No vemos manifestaciones ante ninguna embajada de ningún país que apoye a Hamas.

Fuera de Israel los niveles de antisemitismo se han disparado. En las universidades de Estados Unidos han habido acontecimientos graves. Se sabe de financiamientos importantes de campañas contra Israel y contra judíos. El lema de estar en contra de Israel y no de los judíos constituye una pantalla que se quiebra por lo evidente que resulta que no es es así. Judíos que pueden ser identificados como tales por su aspecto han sido victimas de agresiones graves en muchas partes, incluso perdiendo la vida.

Muchos inocentes atribuyen esto a la antipatía que generan las acciones de Israel en Gaza. Es muy cierto que las imágenes, los hechos mismos de una guerra con muchos civiles en medio y muchos daños colaterales genera antipatías. El aparato de información y esclarecimiento de Israel no ha sido lo suficientemente eficiente y eficaz como para explicar los hechos y mucho menos combatir las poderosas y muy financiadas campañas en contra.

Pero conviene recordar que las simpatías a Israel y los judíos se limitan solo a cuando son percibidos como víctimas indefensas, agredidas y a punto de perecer. Los judíos luego de la segunda Guerra Mundial gozaban de las simpatías propias de la lástima. Israel antes de la victoria en la guerra de los seis días, era un país que gozaba de amplias simpatías en virtud que su existencia estaba cierta y peligrosamente amenazada. Al convertirse en vencedora de la guerra, privó la antipatía.

Sin tener a Gaza antes de 1967, que estaba en manos de Egipto, ni tener la Margen Occidental que estaba bajo dominio de Jordania, ya Israel sufría de condenas y boicots. De países que no la reconocían, de firmas importantes y no tanto que se negaban a hacer negocios con el naciente país.

Israel clasificó para el Mundial de Futbol de México 1970 gracias a que varios de sus rivales se negaron a jugar con la selección nacional. Algunos eran países musulmanes, otros no. Australia, su selección nacional, se negó a jugar y eso le dio a Israel el pase al campeonato. Cómo se puede ver en este ejemplo, no han sido precisamente las simpatías lo que ha cosechado Israel en cualquier circunstancia. En nuestros días no vivimos ninguna excepción a la regla, en todo caso una exacerbación fuera de control.

Los judíos, agradecidos muchas veces solo por ser tolerados, e Israel como país que nunca olvida la votación de la ONU de 1947, no aciertan a comprender o quizás asimilar que entre sus increíbles victorias carecen aquella de la simpatía nunca ganada. La antipatía siempre tenida. Con suerte, acompañada a veces de admiración obligada.

Seguro mejor una simpatía no ganada que una lástima bien merecida.

Elias Farache S.
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario