Los humanos en ocasiones somos muy contradictorios. Con todo lo que ha ocurrido desde hace tiempo, en un mundo lleno de pugnas y hostilidad a distintos niveles y lugares, deberíamos haber aprendido como mínimo a hacer las cosas de otra manera. Podríamos atender a lo que dijo Albert Einstein: Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. Al hacer las cosas de otra forma, con amor, humildad y perdón, en vez de con egoísmo, orgullo y condena, allí SÍ que veríamos resultados muy diferentes.
Es cierto que usualmente suelen ser guerras, grandes poderes e imperios los que cambian la historia y la realidad del planeta. Por eso, a veces puede que nos desanimemos y pensemos: ¿Y yo quién soy? ¿Qué puedo hacer? ¡Todo se ve tan irremediable! Pareciera que no hay nadie que pueda hacer algo para mejorar las cosas. Y nos preguntamos: ¿Para qué intentarlo? ¿Para qué hacer algo? ¿Es demasiado tarde, demasiado difícil? ¡Y así nos sentimos tentados a rendirnos y dejar que el mundo se vaya por un precipicio!
Sin embargo cada uno podríamos pensar y decirnos: Puede que yo no sea capaz de cambiar el mundo entero, pero sí podría cambiar mi parte del mundo ¡Si hemos cambiado una vida, habremos cambiado parte del mundo y habremos demostrado que hay esperanza de cambiarlo todo! Basta con que una vida haya sido transformada para demostrar que existe la posibilidad de transformar más vidas; muchas vidas pueden cambiar, regiones enteras pueden ser redimidas y el mundo puede transformarse, comenzando con una sola persona ¡quizás yo mismo!
¿Por qué no empezar conmigo mismo, con mi corazón, mi mente, mi vida? Por el solo hecho de cambiar mi vida, ya hemos cambiado todo un universo, el universo de mi cuerpo y la esfera en la que vivo. ¡El lugar y hasta el mismo ambiente que nos rodea cambiarán, aunque solo yo cambie mediante el poder del amor de Dios!
No solo puedo cambiar mi vida, sino también la de mi familia y hogar. Tendremos un nuevo hogar y una nueva familia, con vidas nuevas, corazones nuevos, espíritus nuevos, llenos de la verdad y el amor de Dios, la vida de Dios, las palabras del Dios vivo y verdadero.
¡Así habremos cambiado un mundo entero, nuestro mundo particular! Luego junto con nuestra pequeña familia, podemos comenzar a cambiar a los vecinos, amigos, compañeros de estudio, etc, es decir, a las personas que encontramos día a día ¿cómo? Alimentando sus corazones hambrientos con el cálido amor de Dios y la verdad de sus palabras.
¿Entonces será posible que cambiemos el mundo en que vivimos? ¡Claro que podemos! Lo podremos empezar a hacer, Dios mediante, cuando hayamos decidido abrir nuestros corazones al Dios vivo, a Jesús, y cuando hayamos sido fieles poniendo en práctica el #ModoConstruir en nuestro día a día, y todo lo que hemos venido aprendiendo a través de este, procurando con afán la guía de Dios en cada detalle en nuestras vidas ¡Comencemos hoy mismo! Seamos un testimonio de lo que nos ha sucedido, dondequiera que estemos, de lo que Dios ha hecho por nosotros, de lo que su amor y verdad han hecho por cada uno de nosotros; ¡y de esa forma empezaremos a cambiar nuestra parte del mundo!
@viviendovalores
@viviendovalores
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones