Espacio publicitario

Clandestino

En política, la clandestinidad no es un estado de gracia, no se vocea, no se invita a los demás a ejercerla... Muy por el contrario, se evita a toda costa. Nadie navega tanto en patera, para ser un clandestino de oficio

  • JEAN MANINAT

15/08/2025 05:03 am

Solo voy con mi pena, sola va mi condena/Correr es mi destino para burlar la ley/Perdido en el corazón de la grande Babylon/Me dicen “el clandestino” por no llevar papel.

(Clandestino, Manu Chao, 1998)

No hay glamour para quien intenta navegar a salvo en patera el Estrecho de Gibraltar, o llegar al puerto de Lampedusa, a pesar de que ambos nombres evoquen destinos exóticos y literarios. Cualquier novela de pretendido abolengo decadente y viajero podría transcurrir sus hojas navegando esas aguas, y con un poco de imaginación, el pasaje displicente y altivo desembarcar luego en vaporetto en El Lido, Venecia, junto a Tadzio, su madre y sus hermanas. Mas no, se han registrado más de 760 muertes y desapariciones en la frontera sur de Europa en el primer semestre de 2025, según la Organización Internacional para la Migraciones (OIM). Cientos de clandestinos buscando mejor puerto que el dejado atrás. No, no hay glamour, los que se salvan no bajan de la patera exclamando: estoy clandestino…

No hay glamour en los miles de miles que han desandado los caminos desde el Tapón del Darién hasta la frontera sur de la Yuma. Otros tantos, han desafiado el vértigo cabalgando La Bestia, los trenes que sirven de “patera” a miles de miles de migrantes centroamericanos para llegar a la frontera con los Estados Unidos. No hay una épica literaria todavía (un John Steinbeck que lo cuente, un Woody Guthrie que lo cante), tan solo un camino que tiene como premio la clandestinidad del ilegal al otro lado de la frontera. No, no hay glamour, la Migra no permite videos: Hola, me llamo Guadalupe y estoy clandestina…

No hay glamour en la secta clandestina donde militó Serguéi Necháyev, revolucionario, anarquista y nihilista. Solo la espesura de la suficiencia moralista que le oprime las sienes, le turba la mirada, le talla una mueca de autocomplacencia, una coraza que lo desconecta de las naderías de este mundo. Aprieta con fervor su Catecismo del revolucionario, su “artillería inmanente”. ¿Qué significa el aliento de Iván Ivanov en el torbellino revolucionario? Nada. No, no hay glamour en la clandestinidad de los predestinados, solo los demonios que tientan a quienes presumen una misión sagrada en su vida.

La clandestinidad no es una opción de vida, un voto de clausura, la elección de Siddhartha, una prueba de fe que enaltece. En política, la clandestinidad no es un estado de gracia, no se vocea, no se invita a los demás a ejercerla. (Mañana, de 12:00 a 17:00, todos a la clandestinidad, incorpora a tu mascota). Muy por el contrario, se evita a toda costa. Nadie navega tanto en patera, para ser un clandestino de oficio...

@jeanmaninat
Siguenos en Telegram, Instagram, Facebook y Twitter para recibir en directo todas nuestras actualizaciones
-

Espacio publicitario

Espacio publicitario

Espacio publicitario

DESDE TWITTER

EDICIÓN DEL DÍA

Espacio publicitario

Espacio publicitario