Homenaje a Luis Emilio Velutini Urbina... y otras cosas
Creo que Dios te debe tener en su Gloria porque, como dijo el Padre Ugalde, fueron miles los empleos que cocreaste con tus socios y muchas las obras de caridad en las que participaste
En el funeral de mi muy apreciado amigo, Luis Emilio Velutini Urbina, ocurrieron dos cosas que me impactaron como muy positivas y porque me tomaron por sorpresa.
La primera provino de las palabras del R.P. Luis Ugalde, S.J. en la homilía. El Padre Ugalde escogió un Evangelio de San Mateo conocido como el Juicio Final. “ Jesús dijo…Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver... Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
La primera provino de las palabras del R.P. Luis Ugalde, S.J. en la homilía. El Padre Ugalde escogió un Evangelio de San Mateo conocido como el Juicio Final. “ Jesús dijo…Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; era forastero, y me alojaron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver... Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
Este pasaje es una de las enseñanzas más claras sobre el compromiso de vivir la fe mediante obras concretas de caridad hacia los demás. Es decir, que no solamente nos podemos salvar por la fe, sino que también necesitamos hacer buenas obras. La fe no puede ser una patente de corso para no hacer el bien o hacer el mal y pretender salvarnos, simplemente por ser creyentes; como plantean algunas denominaciones cristianas.
Sin embargo, mientras el Padre Ugalde describía este pasaje, yo me preguntaba a qué venía eso en un funeral de alguien que, si bien practicó obras de caridad, lo que definió a Luis Emilio, por encima de todo, fue su espíritu emprendedor y su disposición a tomar grandes riesgos, de donde surgieron las grandes obras que lideró.
Pero aquí surgió la primera sorpresa: El Padre Ugalde nos dijo que, si bien había que reconocer que las obras de caridad eran muy meritorias, más meritorias aún eran las obras empresariales porque la caridad mitiga el dolor, pero las inversiones empresariales curan el problema de fondo: la pobreza, la falta de empleo y las situaciones de dependencia y minusvalía en que se encuentran los que no tienen oficio ni trabajo. Queda pues a nosotros los empresarios tomar conciencia de la magna función social que cumplimos y de que esa función debe hacernos velar por maximizar la calidad del trato, de participación, remuneraciones y condiciones de trabajo que ofrezcamos a nuestros colaboradores.
La segunda sorpresa que experimenté ocurrió porque, al salir del funeral, dos periodistas me pidieron mis comentarios sobre el perfil y las experiencias que compartí con Luis Emilio. Les dije lo siguiente, y lo dije de corazón y sin exageración alguna: “Conocí a Luis Emilio casi desde que nació y yo tendría unos siete años porque Guillermo su hermano y yo comenzamos el primer grado en ese año, 1953, como cohorte fundadora de Villa Loyola del Colegio San Ignacio en Chacao. Desde entonces recuerdo visitar la casa de los Velutini Urbina en Los Palos Grandes. Lo que más me ha llamado la atención y aprecio enormemente es que, a diferencia de otros casos en los que uno es amigo de una o dos personas de una familia, en el caso de la relación de la familia Velutini Urbina y yo el sentimiento de aprecio, admiración y gusto por compartir fue y ha seguido siendo, sin interrupción alguna, con todos los miembros de esa familia. A todos se nos ha iluminado la cara, se nos dibuja una amable sonrisa y nos sentimos especialmente bien cuando nos vemos, y esto incluye a Don Guillermo padre; a Josefina, la maravillosa y querendona mamá; la abuelita Abigail; y a mis amigos (todos): Guillermo hijo; a Abigail, “La Nena”; a María Josefina, madre de otro gran amigo, Giancarlo Pietri Velutini; y al más joven, Luis Emilio.”
Además, le confesé a mis entrevistadores que..: “En el caso de Luis Emilio, debo ser especialmente agradecido por el reconocimiento profesional y la confianza que depositó en mí cuando me contrató para facilitar las sesiones de planificación estratégica que, eventualmente, condujeron a la consolidación de la idea de desarrollar el Fondo de Valores Inmobiliarios que tanto éxito ha tenido en Venezuela y en otros países.”
Hasta ahí mis declaraciones en ese momento. Pero permítanme añadirles la razón para darle tanta significación a la confianza que puso en mí Luis Emilio en esas jornadas de planificación. En el análisis de datos realizado, nos dimos cuenta de que los precios por metro cuadrado de las oficinas de lujo eran los que más elasticidad presentaban; por encima de los precios de los locales comerciales y estos dos por encima de los valores de las viviendas. Además vimos que los precios de esos tres productos bajaban drásticamente cuando se aplicaban las políticas de control de precio y control de cambio, y subían en las etapas en que se liberaba la economía de semejantes exabruptos, perdón, controles. Nos encontrábamos a fines de 1995, pocos meses antes del 15 de abril de 1996, fecha en la que el entonces presidente Rafael Caldera II anunciaría el programa de Ajuste Económico denominado “Agenda Venezuela”. Lo que más le agradezco a Luis Emilio y a sus socios es la confianza que pusieron en el hallazgo, dado que, inmediatamente después de que caímos en cuenta de que el país iba a volver a aplicar un programa de ajuste económico y a liberar los precios y el cambio, se dedicaron a buscar el financiamiento y las oportunidades para invertir; unos seis meses antes de que se anunciara el cambio de políticas económicas. El Fondo de Valores hizo las inversiones y éstas se revalorizaron drásticamente a partir del momento esperado. Gracias Luis Emilio porque la confianza puesta en uno por los amigos es digna de agradecimiento.
Por tu parte, creo que Dios te debe tener en su Gloria porque, como dijo el Padre Ugalde, fueron miles los empleos que cocreaste con tus socios y muchas las obras de caridad en las que participaste.
Disfruta de tu Gloria amigo mío.
@joseagilyepes
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