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Alberto Adriani y el petróleo. 1936-2025

Fue un político y estadista, a pesar de la corta edad de su obra y acción pública, en el estricto sentido de la palabra buscó en todas las iniciativas que llevó a cabo tratar de crear un orden institucionalizado y de modernización de las finanzas públicas

  • JESÚS E. MAZZEI ALFONZO

14/08/2025 05:00 am

Con este artículo, deseo recordar el fin de la parábola vital de Alberto Adriani, que el pasado domingo 10 de agosto del 2025, conmemoramos 89 años de su muerte, donde fue encontrado sin vida en el año de 1936 en el Hotel Majestic habitación 69, donde vivía, fue un aciago momento para la familia, el gobierno y el país en general, de cómo fueron las exequias en los días posteriores de acuerdo al registro fotográfico de la época. Contenido en la prensa de la época como el Diario El Universal de aquel entonces, es una muestra de la gran manifestación popular sentida que significó su fallecimiento.

Alberto Adriani Mazzei, quien en su ciclo vital, reflexionó efectivamente, sobre el cultivo del café, la inmigración, los problemas de la moneda, temas Internacionales y sobre economía en general, con motivo de conmemorar los 89 años de su fallecimiento hoy tocaremos el tema petrolero. Este tema no dejará de estar en la agenda de las políticas públicas, porque el país a pesar del desastre en el manejo del petróleo, en estos últimos 26 años seguirá siendo una economía petrolera, pero hay que integrarla más al circuito económico nacional, para recuperar ese músculo del 70% del PIB pérdido en estos años, de políticas públicas fallidas del chavomadurismo marxista-leninista, en materia económica he aquí sus tesis.

En efecto, Alberto Adriani, fue un político y un estadista, a pesar de la corta edad de su obra y acción pública, en el estricto sentido de la palabra, buscó en todas las iniciativas que llevó a cabo, tratar de crear un orden institucionalizado y de modernización de las finanzas públicas, y como poseedor de una gran auctoritas pudo emprender las tareas que llevó a cabo para tal fin, entre otros temas analizados por él, en su obra reflexiono también, sobre el petróleo, poco, pero lo hizo abriendo paso a la literatura en esta materia en los años por venir. El presidente López Contreras lo designa para formar parte de la comisión que elaborará el Programa de Febrero, allí da una muestra, de las dotes del hombre de estado, que será él, en el breve plazo, pero fructífero año 1936 (enero- agosto).

Por ello, en una excelente obra publicada hace más de 30 años por los Drs. Asdrúbal Baptista y Bernard Mommer, en el IESA, El Petróleo en el Pensamiento Económico Venezolano, están esbozadas algunas ideas de él, sobre esta materia y de otros ilustres venezolanos como Gumersindo Torres, Uslar Pietri, Rómulo Betancourt, Juan Pablo Pérez Alfonzo, que reflexionaron sobre este tema entre otros. Libro que estimo debe releerse y estudiarse, a la luz de la paupérrima situación económica y en particular de la petrolera en la venezolana actual.

Por otra parte, a pesar de que veía y era fiel creyente en la necesidad de contar con un vital sector agrícola y de cría, es decir, un sector primario robusto, como un área fundamental de la economía, consideraba que era un sector rudimentario que debía tecnificarse, para mejorar su productividad y en particular al café como cultivo y la posterior industrialización.

No es por causalidad, en una jugada maestra del presidente López Contreras, quien ya conocía a Adriani, y conocía sus ideas, reorganiza, pues, el Gabinete y lo nombra y se da el paso fundamental de inicio de funcionamiento del Ministerio de Agricultura y Cría, dando a la luz este novísimo Despacho Ejecutivo, en una reorganización ministerial importante (sugiero a los amigos lectores consultar la Gaceta Oficial N° 18.894 del 2 de marzo de 1936) que va a regir las políticas públicas en materia agrícola y pecuaria del país. Nos es de extrañar que Adriani Mazzei, sea el escogido y asuma Agricultura y Cría, ya que viene de tener una rica experiencia internacional y gerencial en la Organización Panamericana, como Primer jefe de la División de Cooperación Agrícola, desde 1928 hasta enero de 1930 y, asimismo, en las empresas de la familia Adriani-Mazzei de carácter agrario.

Así las cosas, al petróleo lo observará en primer lugar como una industria en manos extranjeras y segundo lugar, enclavada y no integrada en la economía nacional y con poca capacidad multiplicadora en términos productivos y económicos, para aquellos años 30, sin embargo, esa percepción la va a modificar al final de su vida, por su experiencia de gobierno. La veía como algo que no tenía vínculos orgánicos con el sector primario y el débil, sector servicios de la época y como mera industria extractiva y si se quiere precaria.

La economía rentística (que no debe ser una palabra anatema en la discusión petrolera venezolana) petrolera todavía en ciernes le da a Adriani la no comprensión del todo del negocio petrolero, debido a su mentalidad agroproductora. Antes de estar en Agricultura formó parte, luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, designado por López Contreras, como miembro de la Comisión que él preside que estudiaría el problema de las primas de exportación (para los productos agropecuarios compuesta e integrada, además, por Alfredo Jahn, Luis Monsanto, y Ramón León). Adriani, maneja la tesis de la devaluación del bolívar y se envuelve en un intenso y rico debate, con Vicente Lecuna y Henrique Pérez Dupuy, entre otros. La tesis de Adriani no triunfa, el bolívar no se devaluó. Este debate enfrentó a los productores y exportadores agropecuarios del país con los nuevos intereses rentísticos del petróleo vinculados a las exportaciones petroleras. El desarrollo y modernización del país se basará por el peso de esta industria naciente, que fue la opción ganadora a fin de cuentas y que moldeará el desarrollo de Venezuela en los próximos años.

La auctoritas en el manejo de estos temas demostró que Adriani, aunque no convenció a importantes sectores de la sociedad de aquél entonces, alcanza su más plena expresión cuando se sigue a alguien no tanto por lo que dice, sino por quién lo dice. La auctoritas no necesita razonar, ni convencer a cada momento: hay o hubo un convencimiento previo derivado de la certeza del argumento o de la eficiencia de los actos, a partir del cual opera la confianza, en cuya virtud se presume la razonabilidad o la eficiencia del portador de la auctoritas.

De aquí se entiende que la auctoritas deriva la capacidad efectiva y moral para dirigir, orientar o aconsejar. Y esto lo alcanzó Adriani, en un intervalo de poco tiempo, fue un venezolano adelantado y visionario, a su momento histórico. La tesis de sembrar el petróleo se le debe al Dr. Uslar Pietri, pero no muchos economistas e intelectuales, afirman como Guillermo Morón, Domigo Alberto Rangel, cuestionaron la paternidad de la frase que le pertenece a Adriani, como lo manifestó este último, en reiteradas oportunidades en su columna aquí en este medio El Universal en los año 1984-85.

Es probable que Alberto Adriani, si hubiera vivido en los años 40, se habría vinculado a varios eventos importantes de esa década, como lo he manifestado en múltiples oportunidades y ocasiones. Por ejemplo, observaría la dimensión que adquiría la Industria Petrolera: por una parte, la creación del Banco Central, donde fue un pionero en la realización de los primeros escritos y estudios, para crear una Banca Central, además, en la fundación de la escuela de economía de la Universidad Central de Venezuela y por consiguiente, hubiera sido un actor político de primer orden, en la transición venezolana de 1945, gracias a varias condiciones que reunía era andino (importante activo para la Venezuela de aquél entonces), bien formado intelectualmente y conocía, y había tratado a los emergentes líderes de aquel momento encabezados por Rómulo Betancourt, y tenía experiencia de gobierno, lamentablemente el destino fue otro, pero su legado está allí. Si se quiere era un puente entre dos épocas de aquel momento.

Hoy su pensamiento está más vivo y vigente que nunca, volvamos de nuevo a Alberto Adriani y la Fundación Alberto Adriani, es la guardiana y custodia de su obra y pensamiento.

jesusmazzei@gmail.com
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