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Paquetazo

“Paquete”, como primera acepción del DRAE, es “lío” o “embrollo, enredo, confusión”: en Cuba y Costa Rica significa engaño. ¿Por qué ha mucho se habla en varios países del “paquete chileno”?

  • ALEJANDRO ANGULO FONTIVEROS

17/07/2025 05:00 am

La truhanería conocida como “paquete chileno” nació en los años setenta, durante el éxodo masivo de chilenos que huyeron de la dictadura de Pinochet, “que derrocó al gobierno democrático del presidente Salvador Allende, registrándose al menos 28 259 víctimas de prisión política y tortura, 2298 ejecutados y 1209 detenidos desaparecidos” según Wikipedia. “Los Angeles Times”, Associated Press, en “Sep. 5, 2023, Por Eva Vergara”, informó:

“Santiago — La dictadura de Augusto Pinochet dejó en Chile 3.200 asesinados y 1.162 desaparecidos, incluidos niños, tras un golpe militar que ha recibido la condena internacional y de muchos en el país.

Sin embargo, a punto de cumplirse 50 años del inicio de la dictadura, aún hay quienes la respaldan: ‘Afortunadamente Augusto Pinochet hizo el golpe’, ‘mejoró la vida’ ”. (Resaltado mío).

El truhan es un sinvergüenza que vive de engaños y estafas. El llamado “paquete chileno" se refiere a la fama que con razón o sin ella se le ha hecho a los chilenos de engañadores, con el propósito de al conjuro de su mise en scene o aparato teatral, lograr injustos beneficios propios con también injustos perjuicios ajenos y así perpetrar estafas consumadas. (Como cosa curiosa, Bancolombia advierte “Protégete del paquete chileno en Sucursales”). En este caso la generalización es injusta porque no todos los chilenos son estafadores. Pero lo cierto es que sí pesa sobre ellos, aunque reitero que el universalizar es con frecuencia inadecuado, aquella mala reputación...

Pero a pesar del muy comprensible temor que inspiran esos paquetazos que, según lo denunciado con reiteración en muchos países, suelen descargar algunos chilenos contra sus relacionados y hasta benefactores, aquí se acogió a la multitud de unos cien mil chilenos (y afortunadamente chilenas) que vinieron despavoridos e indigentes pero dignos. Se les acogió con la calidez y hospitalidad que ha mucho caracteriza a los venezolanos. Sin embargo, ahora, con detestable ingratitud, en “Chili” (como dice Boric) y de acuerdo con la información que dio el importante diario español El Mundo el 26 de junio de 2019, hubo o hay “Crisis migratoria por la desesperación del éxodo venezolano a las puertas de Chile: ‘¡Se lo rogamos, permítannos entrar! Centenares de venezolanos se quedan atrapados en la frontera por las restricciones impuestas por Chile’” (Daniel Lozano, @danilozanomadri). A Chile emigraron aproximadamente no cien mil sino treinta mil venezolanos.

Simón Bolívar –flor de raza y de siglo– sentenció en una de sus frases seculares como todas las suyas: “La ingratitud es el crimen más abominable”. A Venezuela vinieron chilenos en auténtica avalancha por más de cien mil: “Según cifras entregadas por organismos como la Comisión Chilena de Derechos Humanos, el número de exiliados/as durante la dictadura cívico militar ascendió a más de 200 mil personas”. Y los venezolanos, aunque sabedores de lo que se piensa sobre los chilenos y de la reputación que pesa sobre ellos por lo del famoso paquete, los acogieron muy bien y máxime a las chilenas, una de las cuales me comentó que “los chilenos son poco varoniles”. Con acento crítico le dije que cómo decía eso y ripostó con que daría una prueba: “Pronuncian la ‘e’ como la ‘i’. En Santiago tenía un novio que me preguntaba ‘¿mi quirís?’ en vez de ‘¿me querés?’”...

Empero, ratifico que a pesar del muy comprensible temor que inspiran esos paquetazos que, según lo denunciado con reiteración en muchas latitudes y longitudes, suelen descargar los chilenos contra sus relacionados y hasta benefactores, aquí se les acogió con la espontánea hospitalidad que ha mucho caracteriza a los venezolanos. Lujosa prueba de lo recién afirmado es lo dicho por ex Embajadores de Chile en Venezuela, quienes rechazaron la expulsión que hace Chile de inmigrantes venezolanos. El 19 de febrero de 2021, el diplomático e ingeniero chileno Pedro Felipe Ramírez (acérrimo adversario del Gobierno de Venezuela) rechazó en NTN24 la expulsión de venezolanos y antes expresó a la misma emisora “Vía Zoom Santiago de Chile”, el 17 de febrero de 2021, que estuvo exilado aquí de 1976 a 1980 y que “Venezuela fue uno de los países que más chilenos recibió en ese momento, de una manera extraordinariamente cordial, maravillosa. (...) Yo era ministro del presidente Allende y estuve tres años preso en cárceles y centros de tortura (...) y después pude conocer a ese maravilloso país y sobre todo ese maravilloso pueblo (...) Tengo un cariño por Venezuela enorme, como todos los chilenos que fuimos acogidos en esos años (...) fuimos unos diez mil chilenos por razones políticas y unos cuarenta mil por razones económicas y Venezuela no tuvo ningún problema en recibirnos a todos”.

“La ingratitud es el crimen más abominable”. Insisto en que este juicio fulmíneo calza a la perfección a Boric, porque en vez de agradecer la muy bondadosa solidaridad que se brindó a los más de cien mil chilenos cuando migraron aquí, en pleno apogeo económico de Venezuela (Trump dice que “Venezuela era el país más rico de todos”), cometió la canallada de arremeter contra el País de la Libertad y calumniarla con que Venezuela auspició la invasión de Estados Unidos por la banda llamada “Tren de Aragua”: esto constituyó una tan impúdica cuan vergonzosa ingratitud porque como esa banda delictiva, o similares, las ha habido en todas partes y también en Chile (cuando Pinochet, e incluso hace pocos años allá con la banda Tren de Paqueteros y la banda Jalisco Nueva Generación e intensivos paquetazos y hasta matamientos) o en Estados Unidos (remember Al Capone) e incluso ahora al compás del masivo Fentanilo, cocaína y demás drogas alucinógenas, que los mantienen alucinados u ofuscados o sin claridad mental e irrazonables.

Invasión sí le descargó Colombia a EEUU en modo continuado por medio del “Cartel de Medellín” y sobre todo desde 1980 a 1993, cuando mandaban enormes cantidades de drogas a EE.UU. –cocaína especialmente– por transportistas que entraban de lo lindo y a placer en ese país receptor e ¿impotente?, cuya pasividad cuanto a eso era y es increíble. Hasta el mismísimo Pablo Escobar se paseó a placer en EE.UU. durante 1982 y 1983, por Nueva York, Washington y Florida. En la actualidad sigue esa invasión “cocaínica”, entre otras cosas porque allá pareciera que no hay represión al respecto...

Con insistencia machacona se debe repetir que Agencias de inteligencia de EEUU desmintieron a Trump en su aserto de que el Gobierno de Venezuela tiene relación con “El Tren de Aragua”, falsedad pretextada como justificación de revivir la antiquísima y de guerra “Ley de Enemigos Extranjeros” y subsiguientes desmanes. Según The New York Times del 26 de febrero de 2025, las agencias de espionaje de EEUU concluían en que “Venezuela no controla esa banda”.

Al “Tren de Aragua” se le dio y da adrede mucha fama y con gigantografía se le transformó cual películas de Hollywood sobre gánsters, por lo que ya superó todos los récords mundiales delictivos, como los de los tenebrosos criminales ítaloestadounidenses (Chicago, 1929) que parecen niños de pecho comparados con los integrantes del “todopoderoso” Tren de Aragua: tremendo y tremendista montaje (con el que en ese pandemónium o “capital del reino infernal”) se perdió todo sentido de la proporción y del ridículo para seguir reforzando su abominable plan de “tomar” las inmensas riquezas de Venezuela según, nada menos, públicas e inauditas confesiones de Trump y Laura Richardson, que detallé en anteriores columnas y citaré después. Eso de “tomar” es eufemístico: eso, en román paladino, es robar.

Robar a Venezuela, por ejemplo, los doscientos noventa y cinco mil millones de barriles de petróleo que integran la mayor reserva petrolera del mundo. Por esto esa tan áurea tentación mora y enamora en una legión de personas propias y extrañas, que braman como la multitud de demonios mencionados que en la Biblia constituyen legión. Esa fantástica opulencia y abundancia de inmensas riquezas en este venezolano suelo prodigioso, conforma una sobra de bienes que dispara la ensoñación y congrua fantasía de atesorarlas. Y, por supuesto, desencadena una tentación irresistible para despojar a los legítimos propietarios al conjuro de avaros energúmenos foráneos...

(El secretario de Estado Marco Rubio –íncubo azuzador– dijo que trabajó directamente con el gobierno de El Salvador “para deportar al mayor número posible de pandilleros peligrosos que se encuentran ilegalmente en Estados Unidos”. Y agregó: “Tengo la intención de seguir tratando de identificar otros países dispuestos a aceptar y encarcelar a tantos pandilleros como podamos enviarles”).

La suma gravedad de la acusación (terrorismo) hecha contra los migrantes venezolanos exigía pruebas apodícticas de que sí pertenecen a esa banda y no las hubo en absoluto. El Derecho es pruebas y su falta absoluta es potísima prueba de que tenía toda la razón el omnisapiente penalista español Jiménez de Asúa, reitero, cuando condenó a EEUU porque “En los EEUU no existe la ciencia del Derecho Penal”. Y máxime por haber sido bárbaramente deportados y traficados a la ignominiosa cárcel del CECOT (Centro del Confinamiento del Terrorismo) en El Salvador, donde, visto lo visto, los que entran no salen y morirán allí.

El Estatuto de Roma, en su artículo 7, establece lo siguiente:

“Crímenes de lesa humanidad.

1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por ‘crimen de lesa humanidad’ cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:

a) Asesinato;

b) Exterminio;

c) Esclavitud;

d) Deportación o traslado forzoso de población;

(…)”.


Pero mucho peor que la atroz deportación fue el arrebatar una veintena de niños (deben ser más) a sus padres y en EEUU entregarlos a “familias substitutas”: este crimen abyecto no lo perpetró ni Hitler. No obstante, los organismos como las NNUU, OEA, Corte Penal Internacional, UNICEF y similares (auténticas canonjías) no dicen ni mu. Vergonzoso.

Ahora Boric se colgó del tema referente al ya célebre (por el coro de éste con Trump) Tren de Aragua y se le debe recordar, cuando logre despertarse, la muy perjudicial existencia del más tristemente famoso chileno Tren de Paqueteros –en todo el ámbito cosmopolita–, estafando a diestra y siniestra. Porque el malhadado Tren de Aragua, maligno en verdad, es muy conocido en el nivel continental; pero el Tren de Paqueteros es harto conocido y sufrido en todo el universo mundo. A su vez Boric, al pretender denigrar e infamar a Venezuela, perpetró el crimen más abominable –al sabio decir de Simón Bolívar– que es la ingratitud.

Y conste que en Chile no sólo hay santos ni santurrones: es verdad que hay muchos chilenos buenos e íntegros; pero también es cierto que hay delincuentes como los chilenos que hace poco violaron en EEUU el domicilio del actor Brad Pitt y lo desvalijaron al completo.

Quien sí ha generalizado con frecuencia y torpeza es el presidente chileno Boric, al pretextar que muchos de los graves problemas que sufre Chile se deben al “Tren de Aragua” e hizo coro con el presidente estadounidense Trump, en dúo vociferante que aseguró que esta banda criminal (aparecida y dominada en Venezuela) tomó ambos países azuzada por Venezuela. Pero a Venezuela repugna el invadir países excepto para libertarlos y “et nunc et Semper” o nunca jamás para robar sus riquezas.

El país de la Libertad está enaltecido u honrado supremamente por su historia. Historia gloriosa e incomparable que causa dentera o grima y furia u otra sensación desagradable a ciertos individuos que al ritmo de tal retorcido estado mental, sienten gran pesadumbre que les fatiga el ánimo o lo retuerce y enardece al extremo de vomitar calumnias en serie por su incurable pesar del bien ajeno. Repito: Venezuela –caso único en la Historia universal– sólo invadió países para libertarlos a cambio de nada y bajo el integérrimo mando de Simón Bolívar, el Libertador, quien nació inmensamente rico y murió inmensamente pobre...

La infamia de asegurar esa dupla estadual que Venezuela mandó al “Tren de Aragua” a delinquir en esos países, está sólidamente desmentida –según el muy prestigioso diario New York Times, bastante conocido por su periodismo de investigación y sus numerosos premios Pulitzer– nada menos que por las Agencias de Inteligencia de los Estados Unidos, cuya muy difundida conclusión contradice absolutamente lo que afirmó Trump acerca de que “el Gobierno de Venezuela tiene vínculos con la organización criminal El Tren de Aragua”, lo cual, repito, fue invocado por el Gobierno estadounidense como “justificación” para desempolvar e invocar la vetusta “Ley de Enemigos Extranjeros”, para secuestrar a doscientos cincuenta y dos venezolanos enviados desde el 15 de marzo de 2025 a la monstruosa cárcel del CECOT (“Centro de Confinamiento de Terroristas”), paraíso de sádicos torturadores donde quienes entran no salen y morirán en esa tumba infecta e ignominiosa (de la cual no hay ni siquiera lejanas semejanzas en los fastos universales), donde permanecen sepultados con incomunicación total e indefensos por lo tanto.

Para consumación perfecta agotada del abominable delito de secuestro, los secuestradores “exigen” el pago del consabido rescate o cambio de los secuestrados por determinados presos en Venezuela y, por supuesto, señalados por los secuestradores. ¿Dónde están los fervorosos defensores de los derechos humanos? ¿Dónde están las campanudas instituciones internacionales reguladoras de las relaciones estatales según el Derecho Internacional? Su aturdidor silencio es ominoso y constituye un ludibrio universal.

Según un documento al que tuvo acceso The New York Times, reitero, con fecha del 26 de febrero de 2025, la opinión compartida de las agencias de espionaje de EEUU concluía en que el Gobierno de Venezuela no controlaba a la banda delincuencial. Y de acuerdo con información del mismo diario estadounidense –si no el mejor, uno de los mejores del mundo– “Sus padres fueron deportados, pero la niña de 2 años sigue en EE. UU. El gobierno de Trump envió a la madre a Venezuela y al padre a una prisión en El Salvador, mientras que la hija permanece en algún lugar de Estados Unidos”. (Por Julie Turkewitz e Isayen Herrera( 29 de abril de 2025). Una familia venezolana pide que una niña de dos años sea devuelta a su madre luego de que el viernes las autoridades estadounidenses deportaran a la madre a Venezuela sin la niña. La menor, Maikelys Antonella Espinoza Bernal, permanece en un centro de acogida en Estados Unidos, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés). Las autoridades dijeron en un comunicado que la niña fue separada de sus padres y removida del manifiesto del avión de deportación en el que iba su madre por su propia ‘seguridad y bienestar’. El gobierno del presidente Donald Trump dice que los padres de la niña son miembros del Tren de Aragua, una banda venezolana, pero no ha ofrecido pruebas que lo respalden” (resaltados míos).

Con su notable acierto, el eminentísimo penalista Jiménez de Asúa afirmó que “en los Estados Unidos no existe la ciencia del Derecho Penal”. Eso explica con la mayor plenitud que en los EE.UU. acusen de algo tan grave (¡¡miembros del Tren de Aragua!!) a más de un centenar de personas y nada menos que por boca de su mismísimo Presidente de la República e incluso a otras naciones ¡¡¡y no presenten pruebas de tamaña acusación!!!

Notabilísimo el descubrimiento estadounidense: para que los niños estén bien o “mejor”, lo ideal es que sean “separados de sus padres por su propia seguridad y bienestar”.

Informa “YouTube · Meganoticias” que “Brad Pitt sufre millonario robo en su mansión: Chilenos están entre los sospechosos. Chilenos en la mira por robo a Brad Pitt. La megaestrella de Hollywood sufrió un millonario robo mientras se encontraba de viaje promocionado su más reciente película. Autoridades sospechan de bandas de ladrones chilenos que ya han cometido robos similares (resaltados míos).

Y en Chile, según Noticias Fiscalías Región Metropolitana Occidente, irrumpió el “Terror narco a punta de fusiles, balaceras y muertes”: todo desatado por el chileno Cristian Aguirre Ramírez, más conocido como “Pablo”, quien también fue y es llamado “El Chapo Guzmán chileno” y mantenía distintos grandes lujos: “La caída de Jalisco Melipilla: La lujosa vida del chileno que soñaba emular a carteles mexicanos y que contaba con una fortuna valorada en tres mil millones de dólares. Fue condenado a cincuenta años de cárcel. El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Melipilla dictó sentencia condenatoria en contra de los líderes y miembros de la organización criminal denominada Jalisco Nueva Generación, por su responsabilidad en los delitos consumados de asociación ilícita para el tráfico de drogas, y lavados de activos, entre otros. Ilícitos perpetrados entre 2018 y noviembre de 2021, en la comuna” (17-7-2024). De Venezuela pudo haber salido al exterior una banda (Tren de Aragua) pero no “bandas de ladrones”.

Tik Tok Meganoticias, el 2 de julio de 2025, reportó que “Algunas cámaras de seguridad fueron captando, minuto a minuto, las fechorías de estos tres chilenos en Estados Unidos (...)”. El diario AS, el 27 de jun 2025, alertó sobre que “En febrero pasado siete ciudadanos chilenos fueron acusados en relación con una serie de robos a nivel (sic) nacional a varios deportistas”. Y “Vergüenza en el extranjero: chilenos son en la mira porque sospechan de bandas de ladrones chilenos” (You Tube, Tik Tok Meganoticias, el 2 de julio de 2025).

Pero ese prontuario y mala fama consiguiente no impidió que entre 1973 y 1980 los siempre solidarios venezolanos recibieran aquí muy bien a la avalancha de chilenos –estimada en la nadería de ¡¡cien mil!!– que vinieron en modo continuado y con muy buen ánimo, por lo conocidamente bastante hospitalarios que siempre han sido los venezolanos en general y, sobre todo, por la deslumbrante riqueza habida en Venezuela por la pródiga explotación del oro negro, además del cual esta “tierra de gracia” (como con todo acierto la llamó Colón al nomás verla desde su embarcación) atesora todos los cinco tipos de oro que determinan el patrón del dólar y el euro: oro azul (coltán); oro negro (petróleo); oro transparente (gas); oro dorado (oro) y oro radiactivo o uranio.

El presidente Trump aseguró que “¡¡Venezuela era el país más rico de todos!!” y en insólito “sincericidio” bramó: “Venezuela, ¿qué tal? ¡Estábamos comprando petróleo a Venezuela! Cuando terminó mi mandato Venezuela estaba a punto de caer. Venezuela estaba a punto de colapsar. Nos habríamos podido quedar con su petróleo, estaba tan cerca de nosotros... Pero ahora le compramos el petróleo a Venezuela. Hacemos rico a un dictador. Nadie puede creerlo” (vídeo de You Tube –se puede ver en Google– en 2023).

Y la audaz ex jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, confesó lo que en verdad quiere su país de América Latina: “¿Por qué es importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, tienes el triángulo de litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60 % del litio del mundo está en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile”. (Entrevista del 19 de enero de 2023 en Atlantic Council, principal asociación de apoyo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN).

Y de seguidas soltó la perla de que “la región tiene los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro. Tenemos los pulmones Amazónicos del mundo. También tenemos el 31 % del agua dulce del mundo en esta región”. (Resaltados míos). ¿“la región tiene”? “¿Tenemos”? ¡Qué olas tiene la mar!

Para abundar en el recuento de lo inverosímil y de acuerdo con lo publicado por el medio de comunicación español elDiario.es el 26 de junio de 2025, el Secretario General de la OTAN, Mark Rutten, llamó “daddy” al presidente Trump y con el acrónimo “pigs” (“cerdos”) a Portugal, Italia, Grecia y España (“Spain”): “Rutte se refiere a Trump como “papi” y la Casa Blanca difunde un vídeo en el que llama a la OTAN “la casa de papá”:

“El presidente de EEUU explota el 'peloteo' del secretario general de la OTAN: “Creo que le gusto”.

— Mark Rutte, el secretario general que hizo del servilismo a Trump una forma de liderar la OTAN.

— Los mensajes privados del secretario general de la OTAN a Trump: ‘Europa pagará a lo grande’”.

Y la Casa Blanca difunde un vídeo en el que llama a la OTAN “la casa de papá”..

Que Mark Rutte está encantado con Donald Trump no es ningún secreto. Primero el presidente de EEUU publicó en redes hace unos días una conversación con Rutte, secretario general de la OTAN, en la que este le adulaba hasta niveles –para muchos bochornosos– por el ataque de Estados Unidos a Irán.

Luego, ya durante el marco de la cumbre de la OTAN en La Haya, Rutte y Trump comparecieron este miércoles de forma distendida ante la prensa. Mientras el estadounidense trataba de explicar que veía el conflicto entre Israel e Irán como ‘dos niños en el patio del colegio’ a los que hay que dejar que se peguen un rato antes de calmarse, el secretario general de la OTAN le compraba el argumento, y apostillaba: ‘Sometimes, daddy has to use strong language’ (A veces, papi tiene que usar lenguaje fuerte)”. Este...
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