Brasil, Política Exterior y los BRICS
La globalización ha sido el verdadero tsunami de las últimas tres décadas. Alteró las cadenas de valor, desplazó centros productivos, fragmentó sociedades. Y lo hizo de manera desigual
Inicio este artículo, recordando desde la elección de Lula el pasado 30 de octubre del año 2022, que abrió a un viraje de la política exterior brasileña, no sólo a nivel bilateral, sino multilateral que efectivamente fue así no sólo ese sino además, también, a la posibilidad a que se eligiese a otro profesional de Itamaraty y entre varios candidatos(as) más escuchados o sonadas en los corrillos del Palacio de Itamaraty o la prensa sonaron en diferentes ocasiones, las Embajadoras María Luiza Viotti y María Laura Rocha, (finalmente escogida como segunda a bordo en el Palacio de Itamaraty) pero nunca se mencionó el nombre de Mauro Viera, y quien fue el finalmente el designado, para desempeñar el cargo. Debo hacer un paréntesis, todos tienen una amplia experiencia y hoja de servicios en el manejo de misiones diplomáticas en el exterior y una hoja de vida interesante de trabajo y experiencia vital, al interno de la corporación diplomática brasileña, uno de los requisitos fundamentales en Brasil para ser considerado, un candidato a ministro de Relaciones Exteriores como lo ha comprobado hasta ahora la amplísima historia diplomática brasileña contemporánea.
Esto fue una de las variables para que se retomen los temas tradicionales de la política exterior brasileña, que exponemos más abajo y que sustentan la acción exterior de Brasil y en el reto importante de liderar el BRICS en su reciente reunión acaecida hace Un par semanas en la bella ciudad de Río de Janeiro, en el hacer política exterior multilateral. En un entorno geopolítico complejo, la geopolítica vuelve, entre otras razones, por las siguientes: se ha vuelto a estudiar, por innumerables académicos y centros de investigación y la clave geografía y poder se vuelve actual,” La Trampa de Tucídides”, gracias al politólogo Graham Allison, con sus implicaciones en la economía, la política, la historia entre otras y como afirman en reciente artículo, los politólogos Juliana Montani y Juan Agulló…” La globalización ha sido el verdadero tsunami de las últimas tres décadas. Alteró las cadenas de valor, desplazó centros productivos, fragmentó sociedades. Y lo hizo de manera desigual. Mientras algunas élites globalizadas ganaron acceso a nuevos mercados y recursos, otras —más nacionales, menos móviles, pero no necesariamente las clases bajas, comenzaron a perder terreno. Trump, al igual que otras figuras como Bolsonaro, Le Pen o Milei, expresa esa tensión…” Este es el contexto de acción de los Brics y de la acción exterior brasileña, la cual se entremezcla.
Esto fue una de las variables para que se retomen los temas tradicionales de la política exterior brasileña, que exponemos más abajo y que sustentan la acción exterior de Brasil y en el reto importante de liderar el BRICS en su reciente reunión acaecida hace Un par semanas en la bella ciudad de Río de Janeiro, en el hacer política exterior multilateral. En un entorno geopolítico complejo, la geopolítica vuelve, entre otras razones, por las siguientes: se ha vuelto a estudiar, por innumerables académicos y centros de investigación y la clave geografía y poder se vuelve actual,” La Trampa de Tucídides”, gracias al politólogo Graham Allison, con sus implicaciones en la economía, la política, la historia entre otras y como afirman en reciente artículo, los politólogos Juliana Montani y Juan Agulló…” La globalización ha sido el verdadero tsunami de las últimas tres décadas. Alteró las cadenas de valor, desplazó centros productivos, fragmentó sociedades. Y lo hizo de manera desigual. Mientras algunas élites globalizadas ganaron acceso a nuevos mercados y recursos, otras —más nacionales, menos móviles, pero no necesariamente las clases bajas, comenzaron a perder terreno. Trump, al igual que otras figuras como Bolsonaro, Le Pen o Milei, expresa esa tensión…” Este es el contexto de acción de los Brics y de la acción exterior brasileña, la cual se entremezcla.
Ahora bien, sí repasamos entonces, ahora, los principios fundamentales de la política exterior brasileña, por lo menos hasta el año 2018, que hubo para algunos analistas una ruptura o interrupción, no sólo en los principios sino en la forma de ejecución de los mismos, lo que algunos diplomáticos jubilados o expertos en relaciones internacionales en Brasil, estimaron acertadamente y que, fueron retomados, y para ello, tenemos dos muestras; por un parte, Lula viajo a la reunión del COP27, sobre Clima en Egipto, como presidente electo y luego el año 2023 a Dubái al COP28, sobre el tema del cambio climático y el desarrollo sustentable, que es de alta prioridad para Brasil, en lo que se denominan los temas blandos de la agenda internacional, este año organizará la COP 30. Al respecto, a Lula el tema internacional le gusta, por ello él ejerce una activa diplomacia presidencial, estimo, que tuvo una intensa diplomacia presidencial, en casi tres años, año, como lo muestran los intensos contacto bilaterales y multilaterales a lo largo del tiempo.
Brasil, por lo tanto hace acción exterior por los temas blandos de las relaciones internacionales: miseria, hambre, cambio climático y temas más duros como la gobernanza internacional y la paz y seguridad y como se pudo ver, en la declaración política en los temas plasmado en la declaración, por ejemplo el de la guerra Israel contra el grupo terrorista Hamas y el reciente conflicto de 12 días entre Israel e Irán y la acción militar quirúrgica estadounidense en Irán, en una acción que dejó mal paradas las defensas antiaéreas iranies y además, la inteligencia artificial, en una declaración de alta significación política.
Efectivamente, los principios rectores que han regido históricamente la política exterior del Brasil y que son sus ejes en la formulación e implementación son los siguientes, los cuales he mencionado en oportunidades anteriores son:
Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, la búsqueda de soluciones pacíficas negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para la obtención de resultados políticos o militares.
Universalismo: entendido este como el todo el acervo de contactos bilaterales y multilaterales que constituyen el patrimonio histórico y acervo del Brasil, que ponen de manifiesto su vocación universalista en la política exterior. También la diversidad de contactos bilaterales y multilaterales, sirve como sumatoria positiva para la realización de sus intereses nacionales.
Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la voluntad nacional.
Realismo defensivo, autonomía heterodoxa, pragmatismo: acciones vinculadas a los intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y desideologiza la acción internacional (cosa que en el gobierno de Bolsonaro no se hizo y Lula en su s tercer gobierno lo retoma)
Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter pacificista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su ejecutoria internacional, basado en la cooperación y negociación y en el tratamiento de la diplomacia multilateral.
Por lo tanto, hay una tradición de la praxis diplomática, la cual es radicalmente contraria a la intervención, el rechazo que podría dar el legitimar eventuales intervenciones o acciones correctivas dentro del sistema o ambiente de poder internacional. Se defienden en forma contundente los principios de autodeterminación y no intervención de los pueblos. Todo esto unido a un balance entre el ejercicio tanto de la diplomacia bilateral y multilateral, a lo largo de su historia diplomática y sobre todo, asentado en los últimos años de experiencia democrática.
Si partimos de los años noventa durante los Gobiernos de Collor, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso, podemos apreciar en esa política pública esos hilos conductores, que se afianzan en la época de Luis Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff y Temer, cuestionados por el presidente Jair Bolsonaro.
En los próximos años la economía brasileña buscará reinsertarse en una economía internacional altamente integrada y competitiva, hoy con fuertes tensiones ocasionadas por el COVID-19, la guerra de Ucrania y los imponderables del conflicto israelí-palestino, que ha quebrantado las cadenas de suministro y de valor y, además, por la creciente amenaza de estanflación, para el año 2023, como pronosticaron organismos internacionales y entre expertos como Nouriel Roubini. Queda ver cómo será el horizonte del año 2026. Vistos los balances y desafíos presentado en los últimos años tanto en los frentes bilaterales de sus relaciones con sus principales aliados, e inversores y en el frente multilateral G_20, Mercosur y los Brics.
Al respecto Brasil, asumió recientemente y más específicamente el 1 de diciembre pasado, la presidencia del Grupo de los Brics, reto importante para la diplomacia brasileña, que, en anteriores oportunidades, se ha lucido en la organización y preparación de este tipo de citas internacionales y que muestran el alto nivel y calidad del diplomático brasileño
Pacifismo: Se fundamenta en la no-confrontación, la búsqueda de soluciones pacíficas negociadas de las controversias, la condena del uso de la fuerza para la obtención de resultados políticos o militares.
Universalismo: entendido este como el todo el acervo de contactos bilaterales y multilaterales que constituyen el patrimonio histórico y acervo del Brasil, que ponen de manifiesto su vocación universalista en la política exterior. También la diversidad de contactos bilaterales y multilaterales, sirve como sumatoria positiva para la realización de sus intereses nacionales.
Juridicismo: respeto a los tratados y convenciones, entendidas como manifestaciones sacrosantas del Derecho Internacional y que son asumidas por la voluntad nacional.
Realismo defensivo, autonomía heterodoxa, pragmatismo: acciones vinculadas a los intereses nacionales. Se abandona la idea de construcción y el uso del papel de potencia del país, para ganancias internacionales, se despolitiza y desideologiza la acción internacional (cosa que en el gobierno de Bolsonaro no se hizo y Lula en su s tercer gobierno lo retoma)
Autodeterminación y no intervención: son alimentados por el carácter pacificista de la política exterior y sobre todo por el realismo que ilumina a su ejecutoria internacional, basado en la cooperación y negociación y en el tratamiento de la diplomacia multilateral.
Por lo tanto, hay una tradición de la praxis diplomática, la cual es radicalmente contraria a la intervención, el rechazo que podría dar el legitimar eventuales intervenciones o acciones correctivas dentro del sistema o ambiente de poder internacional. Se defienden en forma contundente los principios de autodeterminación y no intervención de los pueblos. Todo esto unido a un balance entre el ejercicio tanto de la diplomacia bilateral y multilateral, a lo largo de su historia diplomática y sobre todo, asentado en los últimos años de experiencia democrática.
Si partimos de los años noventa durante los Gobiernos de Collor, Itamar Franco y Fernando Henrique Cardoso, podemos apreciar en esa política pública esos hilos conductores, que se afianzan en la época de Luis Inácio Lula da Silva, Dilma Rousseff y Temer, cuestionados por el presidente Jair Bolsonaro.
En los próximos años la economía brasileña buscará reinsertarse en una economía internacional altamente integrada y competitiva, hoy con fuertes tensiones ocasionadas por el COVID-19, la guerra de Ucrania y los imponderables del conflicto israelí-palestino, que ha quebrantado las cadenas de suministro y de valor y, además, por la creciente amenaza de estanflación, para el año 2023, como pronosticaron organismos internacionales y entre expertos como Nouriel Roubini. Queda ver cómo será el horizonte del año 2026. Vistos los balances y desafíos presentado en los últimos años tanto en los frentes bilaterales de sus relaciones con sus principales aliados, e inversores y en el frente multilateral G_20, Mercosur y los Brics.
Al respecto Brasil, asumió recientemente y más específicamente el 1 de diciembre pasado, la presidencia del Grupo de los Brics, reto importante para la diplomacia brasileña, que, en anteriores oportunidades, se ha lucido en la organización y preparación de este tipo de citas internacionales y que muestran el alto nivel y calidad del diplomático brasileño
Cómo observamos de estas largas, pero necesarias citas serán tres los ejes de la acción internacional del Brasil, en el año 2024 y concretamente en lo que implica el reto de presidir el G-20, a saber: combate al hambre, pobreza y desigualdad, desarrollo sustentable, y uno muy ambicioso, reforma de la gobernanza global. Se organizarán encuentros temáticos y sectoriales, entre los países componentes del grupo y la cumbre a nivel de jefes de Estado se realizó entre el 18 y 19 de noviembre en la ciudad de Río de Janeiro, del año 2024. Todos estos objetivos de la presidencia del Brasil, en el G-20, serán los ejes que guiarán su conducta, falta saber qué países, no pertenecientes al grupo que invitará Brasil, como anfitrión de esta Cumbre, podrán complementarse en la reunión de los BRICS, que se efectúo el pasado 6 al 7 de julio del 2025.
Presidir el grupo de los BRICS, ha sido todo un reto indudable para la diplomacia brasileña, no solamente por la temática, sino lo complejo de armonizar los intereses de los integrantes de ese grupo heterogéneo que reúne tras de sí, democracias, regímenes con fachada democrática, pero autoritarios, regímenes teocráticos como el iraní, y monarquías milenarias como la saudí y el contexto internacional, que lo arropo donde esta cumbre se realizó, además con las ausencias de los jefes de estado China y Rusia, que revelan más preguntas que respuestas. Estaremos atentos, al desarrollo de cómo este tema se va a desarrollar, las consecuencias de la cumbre de los BRICS, a la evolución de las relaciones internacionales, sobre todo por el impacto de la geopolítica, en la inserción de este foro intergubernamental en la escena internacional.
jesusmazzei@gmail.com
Presidir el grupo de los BRICS, ha sido todo un reto indudable para la diplomacia brasileña, no solamente por la temática, sino lo complejo de armonizar los intereses de los integrantes de ese grupo heterogéneo que reúne tras de sí, democracias, regímenes con fachada democrática, pero autoritarios, regímenes teocráticos como el iraní, y monarquías milenarias como la saudí y el contexto internacional, que lo arropo donde esta cumbre se realizó, además con las ausencias de los jefes de estado China y Rusia, que revelan más preguntas que respuestas. Estaremos atentos, al desarrollo de cómo este tema se va a desarrollar, las consecuencias de la cumbre de los BRICS, a la evolución de las relaciones internacionales, sobre todo por el impacto de la geopolítica, en la inserción de este foro intergubernamental en la escena internacional.
jesusmazzei@gmail.com
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones