La culpa no es del colectivo LGBT
Los grupos LGBT tradicionales son parte de nuestra cultura, de nuestra realidad, de nuestra familias, personas de familia, seres humanos extraordinarios que reconocen la importancia de la institución familiar y en su mayoría también promueven la fe
En los últimos años la izquierda se ha subrogado los derechos del colectivo LGBT, como si se tratase de una patente de exclusividad, es una causa que vende bien, y de paso la llevan de la mano con el tema del aborto, el calentamiento global, el wokismo, etc. Los políticos terminan utilizando a un colectivo que tradicionalmente ha sido respetado.
Como es normal se generan reacciones dentro de los heterosexuales, los verdaderos marginados. Cuando la propuesta no es la igualdad de oportunidades sino privilegios, la cosa es distinta.
Alrededor de esta causa hay un verdadero negocio, mucha gente chupando. Al final la mayoría responde en este caso han tenido que ser las voces de Vox, las encargadas.
“¿Por qué se debe tener una bandera de ese colectivo en los ayuntamientos, y plazas públicas?, ésa bandera ya no es neutra”, ni representa, por ejemplo, a todos los españoles, ni siquiera a todo el colectivo, esta bandera está siendo utilizada para soportar una ideología, es la bandera qué “promueve una concepción absolutamente destructiva de la persona y representa el totalitarismo que tiene que ver con el adoctrinamiento la corrupción de menores ,del victimismo y la desigualdad”. El matrimonio no tiene nada que ver con las uniones de personas del mismo sexo, eso es otra cosa y me parece bien que sea regulado.
Son tan falsos los que hoy dicen ser los representantes del colectivo que se manifiestan con banderas de palestinas en mano junto a la LGBT, son muy hipócritas y poco solidarios, no hacen nada en pro sus compañeros en Irán, en Siria y en todo el Medio Oriente, donde hay pena capital para los gays.
He tenido la oportunidad en España de estar cerca de la antesala a una manifestación del orgullo gay y los que están detrás de bastidores no tienen nada que ver con la gente que manifiesta. Antes de empezar se reparten unas cajitas felices, que contienen: pitos, banderas del colectivo, banderas de Palestina, la bandera ecologista, banderas norteamericanas e israelíes para quemarlas, y algunos panfletos ahora de grupos ovovegetarianos que pretenden que el mundo no ingiera nada animal, se les olvida que los mismos animales se comen entre ellos como parte de la cadena alimenticia.
Ya cuando hablas con algún ignorante de los que están marchando y antes que se ponga a tope con unos polvitos blancos que entran por sus fosas nasales, les cuento cómo es el tema del orgullo Gay en Tel Aviv, capital del orgullo gay en Medio Oriente y única ciudad en toda la zona abierta al tema y en la que la semana del orgullo gay ya es conocida como de las mejores del mundo, allí es cuando los convenzo y acceden a no mezclar la política con su causa.
Los grupos LGBT tradicionales son parte de nuestra cultura, de nuestra realidad, de nuestra familias, personas de familia, seres humanos extraordinarios que reconocen la importancia de la institución familiar y en su mayoría también promueven la fe.
Tengo gente muy cercana, muy querida y no bajo la guardia para estar siempre de su lado y evitar que sean rechazados por su condición.
¡La culpa es de quienes mecen la cuna!
Como es normal se generan reacciones dentro de los heterosexuales, los verdaderos marginados. Cuando la propuesta no es la igualdad de oportunidades sino privilegios, la cosa es distinta.
Alrededor de esta causa hay un verdadero negocio, mucha gente chupando. Al final la mayoría responde en este caso han tenido que ser las voces de Vox, las encargadas.
“¿Por qué se debe tener una bandera de ese colectivo en los ayuntamientos, y plazas públicas?, ésa bandera ya no es neutra”, ni representa, por ejemplo, a todos los españoles, ni siquiera a todo el colectivo, esta bandera está siendo utilizada para soportar una ideología, es la bandera qué “promueve una concepción absolutamente destructiva de la persona y representa el totalitarismo que tiene que ver con el adoctrinamiento la corrupción de menores ,del victimismo y la desigualdad”. El matrimonio no tiene nada que ver con las uniones de personas del mismo sexo, eso es otra cosa y me parece bien que sea regulado.
Son tan falsos los que hoy dicen ser los representantes del colectivo que se manifiestan con banderas de palestinas en mano junto a la LGBT, son muy hipócritas y poco solidarios, no hacen nada en pro sus compañeros en Irán, en Siria y en todo el Medio Oriente, donde hay pena capital para los gays.
He tenido la oportunidad en España de estar cerca de la antesala a una manifestación del orgullo gay y los que están detrás de bastidores no tienen nada que ver con la gente que manifiesta. Antes de empezar se reparten unas cajitas felices, que contienen: pitos, banderas del colectivo, banderas de Palestina, la bandera ecologista, banderas norteamericanas e israelíes para quemarlas, y algunos panfletos ahora de grupos ovovegetarianos que pretenden que el mundo no ingiera nada animal, se les olvida que los mismos animales se comen entre ellos como parte de la cadena alimenticia.
Ya cuando hablas con algún ignorante de los que están marchando y antes que se ponga a tope con unos polvitos blancos que entran por sus fosas nasales, les cuento cómo es el tema del orgullo Gay en Tel Aviv, capital del orgullo gay en Medio Oriente y única ciudad en toda la zona abierta al tema y en la que la semana del orgullo gay ya es conocida como de las mejores del mundo, allí es cuando los convenzo y acceden a no mezclar la política con su causa.
Los grupos LGBT tradicionales son parte de nuestra cultura, de nuestra realidad, de nuestra familias, personas de familia, seres humanos extraordinarios que reconocen la importancia de la institución familiar y en su mayoría también promueven la fe.
Tengo gente muy cercana, muy querida y no bajo la guardia para estar siempre de su lado y evitar que sean rechazados por su condición.
¡La culpa es de quienes mecen la cuna!
davidbittanobadia@gmail.com
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