Oh, I’m an alien, I’am a legal alien
I’m an Englishman in New York

(Englisman in New York. Sting)

Ya nada nos puede sorprender, sacarnos un “Jesús mío” entre alarmado y suplicante del alma, un movimiento de cabeza en lenta reprobación, un chasquido de dientes conminatorio. Si en el espacio aéreo de nuestra ciudad se llegara a atravesar Superman volando, no nos preguntaríamos alarmados: ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? Diríamos casualmente: maric… mira, ahí va Superman volando. Hoy, toda conversación comienza o termina con una constatación liberadora: el mundo está loco, compadre, nada es lo que era.

Ni siquiera un enfebrecido zascandil como Fidel Castro, en cualquiera de sus solipsismos a dúo con la Historia, se le hubiera ocurrido soñar que algún día un autoproclamado “socialista democrático” llegaría a ser candidato del burgués y elitista Partido Demócrata, y para más yerbas aromáticas, en la ciudad símbolo de la perdición capitalista: New York , New York. La ciudad fundada por holandeses integristas cristianos, tiene fama de liberal -mejor dicho libertina-, reservorio y emisora de mucho de lo mejor que ha dado la cultura universal, transgresora y multicultural, tuvo, sin embargo, en un alcalde republicano, Rudy Giuliani, conservador y oportunista, a su mejor gerente, quien le dio seguridad y paz… la tranquilidad necesaria para transgredir felizmente.

Pero, estaremos de acuerdo, el prospecto de un alcalde socialista democrático, para colmo musulmán y llamado Zohran Mamdani, parecía como mucho exigir, aún para la ciudad que acunó al Bebé de Rosemary. Pero no, ganó las primarias demócratas y será el candidato del partido. ¡En pleno auge de la derecha, ultraderecha o como la quiera llamar!

El socialista democrático Mamdani hizo campaña interna con el Manual del buen populista como libro de cabecera (por cierto, está agotado) prometiendo que congelaría los alquileres, el pasaje de los autobuses sería gratis y el beneficio universal del cuidado de los niños sería una realidad, entre otras golosinas. Hasta ahora, en sus mitines no se ha entonado La Internacional, ni han mostrado afiches de Sacco y Vanzetti, o del Che. Ha sido todo relativamente apropiado, cuerpo a cuerpo, simpático y accesible, lo más alejado posible del estilo bonachón y puya-barrigas del inefable Andrew Cuomo, el gran perdedor en el partido que amenaza continuar la carrera como independiente. Lo cierto es que eso que una vez se denominó el Centro, ha perdido fuelle, incapaz de urdir un mensaje (¿una narrativa?, ¿un relato?) nuevo, atractivo más allá de los linderos allegados y esto parece ser universal.

(Si seguimos hacia la punta sur de Manhattan, digamos Battery Park, y la emprendemos hacia el sur del continente americano, en Chile las primarias de la izquierda las ganó la precandidata comunista, Jeannette Jara, con todo el peso histórico y simbólico que puede tener. Pero… parece que los lobos de ayer no asustan a los corderos de hoy).

Oh, I’m an alien, I’am a legal alien
I’m a socialist in New York

@jeanmaninat