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La negociación como solución en la guerra de los 12 días de Israel e Irán

Es tiempo para la negociación, para el diálogo. Dentro del imperativo de la libertad y de la justicia hacia un mundo de fraternidad. Así lo promulgó la revolución francesa de 1.879 con sus tres consignas: liberté, égalité, fraternité

  • JULIO CÉSAR PINEDA

26/06/2025 05:04 am

Por ahora se ha evitado el más grave conflicto entre Irán e Israel. Doce días de una guerra que hubiera podido convertirse en interminable y cuya escalada podría haberse utilizado armas de destrucción masiva, haciendo presente la destrucción mutua asegurada, como ocurrió en 1962 con la crisis de los misiles atómicos colocados por Rusia en Cuba y cuya respuesta por EEUU fue la de un ataque masivo con misiles nucleares a la Unión Soviética, si en trece días lo retiraban sus armas ubicadas en esa isla comunista del Caribe. Pareciera que la humanidad no ha comprendido la lección heredada de la I y II guerra mundial. Nadie en los conflictos gana, se destruyen vidas y bienes además se atenta contra la propia naturaleza, como ocurrió en la I guerra del golfo con el incendio de los pozos petroleros por el dictador Sadam Husein. En esa oportunidad después de la caída del Muro de Berlín hubo un acuerdo de todos los miembros del Consejo de Seguridad para expulsar de Kuwait al dictador Iraquí.

El 2025 y este mes de junio, si la guerra hubiese sido total pasaría a ser el más terrible año de la historia por la destrucción del planeta con el efecto mecánico, calórico y radioactivo de las bombas atómicas, como lo vimos en Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945. En este momento las cincos potencias atómicas que son miembros del Consejo de Seguridad de la ONU tienen con sus misiles y bombas la capacidad de destruir 5 veces el planeta; pero es que además tiene ojivas nucleares Israel, Pakistán, India, Corea del Norte y posiblemente Irán. Todos estos actores se hubiesen involucrado si la dinámica de la confrontación entre Tel Aviv y Terán hubiera continuado. Afortunadamente el presidente Trump anunció el fin de las hostilidades y el freno a los ataques continuados entre Israel e Irán. Fue fundamental la actitud prudente de Rusia y China como también de los 27 países de la Unión Europea para imponer el camino del diálogo y la negociación. Veremos en los próximos días si efectivamente pudiéramos hablar de una paz permanente o simplemente es una pausa en una evolución de la histórica confrontación entre el estado Judío y la república islámica. El mundo árabe contribuyó igualmente al esfuerzo de la negociación porque a pesar de la confrontación religiosa entre mundo chiita y el mundo sunita y sus alianzas con occidente y oriente se mantuvieron al margen. El cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán hubiera sido un drama para el mundo petrolero árabe e igualmente para consumidores como China, Asia y Europa de los hidrocarburos que circulan por el estrecho. De cada 100 barriles que se producen en el mundo, un cuarto a traviesa Ormuz.

Se impuso lo previsto en el artículo 33 de la carta de la ONU sobre la solución pacífica de las controversias internacionales, dentro de la estrategia global y el ajedrez de los grandes centros de poder. Es oportuno señalar la importancia de la negociación en la diplomacia en las relaciones internacionales. Por ahora ha sido eficaz con los acuerdos firmados entre Teherán y Tel Aviv, como también con la participación de EEUU y las conversaciones con China y con Rusia.

La negociación es parte fundamental de la actividad diplomática de los Estados. Desde la creación de las Naciones Unidas en 1945, la negociación se ha determinado como el más efectivo instrumento para la solución pacífica de los conflictos internacionales. Para los estados es una técnica esencial en el logro de los intereses nacionales y para la comunidad internacional en la búsqueda permanente de la paz y la seguridad.

En el sistema internacional la negociación es el pivote sobre el cual se ha construido la diplomacia bilateral y multilateral. No se explica el complejo mundo de las relaciones internacionales sin las necesarias negociaciones; así nació la ONU y las diferentes organizaciones mundiales y regionales como la Unión Europea y los mecanismos de integración de América Latina. El método de la negociación como fue el caso de la Unión Europea y los diferentes sistemas regionales de integración ha permitido la multiplicidad de tratados, acuerdos y convenciones entre los Estados. Los conflictos y sus soluciones son inmanentes a la existencia de la persona y de la sociedad, están en todas partes, entre individuos, entre grupos, entre comunidades, entre naciones. Desde las negociaciones acomodativas, colaborativas hasta los compromisos y siempre ha sido así desde la guerra de Troya en la antigua Grecia, hasta el reciente cese de fuego entre Israel y el movimiento Hezbolá en el Líbano y que pudiera llegar a un acuerdo con el Hamas de Palestina.

Además de la dimensión bélica de la negociación esta es fundamental en los organismos internacionales, en las empresas y entre los individuos. Tenemos la experiencia como diplomáticos de las negociaciones entre estados como fue nuestra participación en varios acuerdos de Naciones Unidas, y en las relaciones bilaterales, en mi caso como embajador de Venezuela en Kuwait, Corea del Sur y Libia. Pero igualmente la negociación diplomática está presente en acuerdos comerciales, alianzas estratégicas, colaboración cultural, científica y acuerdos de inversión.

El imperativo hoy en el plano internacional es el de la negociación y el diálogo entre culturas y civilizaciones ante el peligro nuclear, la crisis económica, las pandemias, la amenaza del terrorismo y el fenómeno del calentamiento global. Con el fin de esta época si la negociación está ausente en la relación de los Estados y de las Instituciones Internacionales podría producirse no sólo una Tercera Guerra Mundial, sino el verdadero fin de nuestra civilización y la nuestra historia. Por eso la importancia de la negociación en el presente conflicto de Rusia contra Ucrania y la delicada geopolítica del Medio Oriente donde más allá de un cese de fuego es necesaria una paz permanente con la aceptación de dos estados independientes y soberanos como son Israel y Palestina.

Roger Fisher, y William Ury, exponentes mundialmente famosos de la Escuela de Harvard, identifican tres etapas claves en toda negociación: análisis, planeación y discusión; caracterizando así este enfoque, llamado Negociación por Principios . Las características estructurales de todo proceso de negociación deben tomar en cuenta las diversas variables políticas, sociales, culturales, económicas e históricas, en aras de forjar verdaderos foros deliberativos y canales de diálogo, sinceros, transparentes, y audaces, capaces de llegar a consensos, entendidos estos, como el mecanismo principal para la resolución de controversias y como un franco ejercicio democrático.

Las crisis actuales son una oportunidad más para reflexionar sobre la importancia de la negociación y la diplomacia.

Es tiempo para la negociación, para el diálogo. Dentro del imperativo de la libertad y de la justicia hacia un mundo de fraternidad. Así lo promulgó la revolución francesa de 1.879 con sus tres consignas: liberté, égalité, fraternité.

jcpineda01@gmail.com
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