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Cayito o el humor decente

LUIS XAVIER GRISANTI. El caudaloso talento de Cayito Aponte le permitió descollar como cantante lírico, actor y humorista en la televisión y el cine. Pero Cayito fue mucho más de todo lo que fue...

  • LUIS XAVIER GRISANTI

21/09/2018 05:00 am

Si bien es conocido por su singular caracterización de Carlos Andrés Pérez, el caudaloso talento de Cayito Aponte le permitió descollar como cantante lírico, actor y humorista en la televisión y el cine. Pero Cayito fue mucho más de todo lo que fue, al convertirse en un ícono cultural de la Venezuela decente, alegre y respetuosa. Nunca actuó por venganza, ni de su boca salió jamás una ofensa contra nadie. El suyo fue un humor sano y relajante, que sumaba y nunca restaba, que unía y no dividía, sazonado por la inteligente ironía de sus libretos, condimentados con su fresca espontaneidad. 

Rafael José Aponte Álvarez sintetizó lo mejor de la venezolanidad. Desarrolló su luminosa carrera artística desde los albores de la democracia. Nacido en La Victoria el 22 de abril de 1938, Cayito inició sus imitaciones siendo un niño en su ciudad natal. En el Liceo Aplicación se lució como cantante lírico, actor y comediante, perteneciendo al orfeón del liceo y al de la Universidad Central de Venezuela, la casa que vence las sombras, donde cursó cuatro años de arquitectura. 

Sus imitaciones de Renny Ottolina y Arturo Uslar Pietri se hicieron virales, como diríamos hoy, en la cátedra de humor que fue Radio Rochela, en RCTV, del cual fue cofundador con Tito Martínez del Box. Más tarde condujo el programa Cuéntame ese chiste, el cual parodió el proverbial buen humor de los venezolanos, sin chabacanería ni desplantes escatológicos. 

Como cantante lírico, se le recuerda en óperas clásicas como Caballería Rusticana, La Bohéme y El barbero de Sevilla, sin olvidar sus magistrales interpretaciones del Réquiem de Verdi y de Mozart, y su trabajo en musicales como El violinista en el tejado y El hombre de La Mancha. Como actor demostró sus aptitudes en telenovelas como Piel salvaje y películas como Cien años de perdón. Incursionó como empresario en dos pasiones de su vida, la arquitectura y la buena mesa, fundando restaurantes (La Guacharaca). 

El popular victoriano falleció en Caracas el 17 de agosto, a los 80 años. Le venció un cáncer; pero su trayectoria cultural y ciudadana perdurará por siempre en el recuerdo de los venezolanos. Y es que el buen humor es democracia, civilidad, tolerancia y decoro, y Cayito Aponte lo practicó torrencialmente. 

@lxgrisanti
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