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Reflejar la luz

En un mundo lleno de conflictos, la primera víctima de estos siempre es la verdad. Y solo esa situación lo daña todo, y hace casi imposible que pueda haber un mínimo de entendimiento entre partes en conflicto…

  • AGUSTIN ALBORNOZ S.

01/06/2025 05:02 am

Cada vez que vemos las noticias parece que estamos repletos de sucesos atroces. Esto podría causarnos rabia, tristeza o desesperanza. También hay comentarios como: qué cosa tan triste, u odio que pase todo eso. Aunque uno pudiese coincidir en ese tipo de afirmaciones, la realidad es que son inútiles para posibilitar que esas situaciones cambien. Además, si uno habla de los efectos nefastos de todas estas ¿en qué ayudaría eso a las personas afectadas por las mismas? Incluso a quienes nos enteramos de ellas, nos pueden llegar a afectar en nuestra salud mental o nuestra paz interior. Y si, como pasa muchas veces, nos colocamos en una posición activa dentro del conflicto, lo que hacemos es empeorar más las cosas, de paso haciendo lo mismo que criticamos en otras personas. Por otro lado, recuerdo que las veces que he hablado con otros sobre cómo los valores se han perdido en gran medida, he dicho que eso es algo que salta a la vista, para luego mencionar "y ¿qué estamos haciendo cada uno para recuperar a esos valores perdidos? Porque tendría que ser una labor de cada uno, no viendo lo que hacen o no otros, sino qué hacemos cada uno. Como dijimos al inicio, así como son inútiles los comentarios negativos sobre las situaciones conflictivas, igualmente señalar la ausencia de valores, en especial en otros, no sirve de nada para que la situación cambie. Es más, en un mundo lleno de conflictos, la primera víctima de estos siempre es la verdad. Y solo esa situación lo daña todo, y hace casi imposible que pueda haber un mínimo de entendimiento entre partes en conflicto… ¿qué hacer?

En la época en que vivió Jesús existían dificultades similares a las de hoy: enfermedades, sufrimiento, pobreza, crueldad, animadversión, etc. Sin embargo, día tras día Jesús por donde pasaba ayudaba, de acuerdo a lo que fuera la necesidad, a las personas que se cruzaban en su camino. Si bien algunas de esas ayudas fueron milagros de sanidad que no haríamos nosotros, hubo otras que se traducían en dar ánimo, un oído atento, un abrazo caluroso, una sonrisa genuina, una mirada tranquilizadora, así como una variedad de bendiciones más. Lo cierto es que en vez de hablar de lo feo que ocurre, o de ponernos a pelear con otros, podríamos hacer algo positivo como hizo Jesús. Con las personas que se cruzan en nuestro camino podríamos ser amables, sonreírles, hablarles con intención de afecto, hacerles un favor, y algo muy importante: escucharles con oído atento. En fin, podemos hacer un hábito de hacer el bien de verdad, de esa forma cada vez podremos reflejar la luz del amor de Dios, para así vencer a los males de hoy con el bien verdadero.

@viviendovalores
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