Guadalupe Berrizbeitia, una mujer al servicio de Cumaná
Mucho más que un origen particular ha sido su constancia, su entrega, su determinación a favor de la causa de la cultura lo que ha distinguido su carrera en los últimos años
Señalaba un político de alta dimensión y quien fue presidente de Venezuela, de esos recios ciudadanos que conocieron a la patria y su historia, que no había mejor forma para dificultar e impedir en nuestro medio el avance, el ascenso, el logro de objetivos públicos que destacar las virtudes de una persona para que la envidia, la pequeñez, la indignidad realicen su trabajo descalificador, destructor y ruin.
Consideramos que, sin embargo, esa regla puede tener efectos entre la mediocridad, pero entre los muchos que apreciamos las virtudes, los logros, los méritos trascendentes de los otros, el reconocimiento de los demás sin egoísmo, por los valores que encarnan hombres y mujeres ejemplares, digno es exaltarlo, justo es promoverlos.
Doña Guadalupe Berrizbeitia es una venezolana de excepción, una ciudadana de altos méritos que realiza de manera extraordinaria una obra cultural sostenida, útil, valiosa, con criterio de significación y de apertura, de integración de una sociedad en torno a valores esenciales que la caracterizan, tal y como es el caso de Cumaná y del Estado Sucre en general, cuna del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, pero también sin desmérito alguno lo es también de extraordinarios poetas, escritores, científicos, historiadores, juristas, docentes, artistas, entre otros, de alta significación y que distinguen de manera singular al oriente venezolano y su aporte trascendental a Venezuela.
Guadalupe Berrizbeitia ha cumplido recientemente 80 años con una admirable actividad y hoja de servicios en el área de la cultura y el mejoramiento social, estudiantil, universitario y ciudadano, y 30 de ellos han estado y están al servicio de la Casa Museo Andrés Eloy Blanco.
Desde muchas perspectivas intelectuales y ciudadanas, Andrés Eloy Blanco representa uno de los mayores valores de la historia venezolana de todos los tiempos. Evocar su nombre que todos los venezolanos conocemos y distinguimos, es apreciar a uno de los más altos representantes de nuestro gentilicio por su obra literaria trascendente y quien, además, prestó su talento extraordinario al servicio de las reivindicaciones democráticas de la Nación, con aportes trascendentales en el proceso de la formación contemporánea de Venezuela, que no ha concluido, y que dramáticamente ha sufrido dolorosos retrocesos.
La Casa Museo Andrés Eloy Blanco es un símbolo, es un baluarte de la espiritualidad y la cultura de Venezuela. La misma ha sido producto de la iniciativa y el aporte del pueblo de Cumaná que exalta con orgullo permanente a su poeta, al poeta de todos, al poeta inmortal que hizo suyo como ninguno el alma nacional y defendió los derechos irrenunciables de un pueblo libre y verdaderamente civilizado, integrado, superior y democrático.
Esta tarea que han cumplido y cumplen los representantes, voluntariado y colaboradores de la Casa Museo Andrés Eloy Blanco es definitivamente admirable. No obstante las dificultades que se manifiestan, la inexistencia de significativos aportes para su gestión, no ha sido obstáculo para desarrollar una de las labores culturales más sólidas, constantes y valiosas del oriente venezolano en materia literaria, histórica, artística, educativa, musical, entre otras, presentando gratuitamente y de manera diaria, una programación de alto calibre que bien expresa esa particularidad de Cumaná como ciudad con noble condición, culta, con historia y gentilicio al servicio de Venezuela.
Guadalupe Berrizbeitia de Pérez, nació en Caracas el 18 de mayo de 1945, pero sus orígenes, sus ancestros, su trayectoria, su obra que es muchas veces lo que caracteriza e identifica a una persona, es esencialmente cumanesa.
Trabajadora social de profesión y habiendo alcanzado las más relevantes posiciones como Directora o Gerente es esa área, primero en la Escuela Católica de Caracas y, luego, en la Universidad de Oriente, su carrera ha trascendido y se ha desarrollado al servicio de importantes fundaciones, del voluntariado y de la actividad gremial, a favor de las mejores causas ciudadanas y colectivas.
Este compromiso de servir de la manera como lo realiza le viene de importante y reiterada tradición: diplomáticos, académicos, científicos de renombre en Venezuela y otras latitudes, forman parte de sus orígenes familiares. Manuel María Ponte fue un distinguido Rector de la Universidad Central de Venezuela; Inés Ponte de Mac Cong, fue fundadora y precursora del Trabajo Social en Venezuela, por ejemplo.
Mucho más que un origen particular ha sido su constancia, su entrega, su determinación a favor de la causa de la cultura lo que ha distinguido su carrera en los últimos años. Su personalidad integradora y laboriosa, su prestigio, su abnegación y su inmensa capacidad al servicio de la gente le han granjeado en la colectividad cumanesa aprecio, reconocimiento, respeto y afectos verdaderos.
De manera insólita, en días recientes, la Casa Museo Andrés Eloy Blanco, no obstante su emplazamiento al lado de la Gobernación del Estado Sucre, fue objeto de actos de vandalismo inadmisibles. La labor policial permitió la recuperación de importantes objetos, sin embargo, el llamado que Guadalupe formuló y la denuncia que al respecto hizo contribuyó a sensibilizar a la sociedad cumanesa sobre lo que la entidad que representa significa para el espíritu, la historia y la cultura cumanesa, produciéndose en consecuencia innumerables manifestaciones de afecto y solidaridad.
El apoyo y la solidaridad se hizo evidente. Entre las muchas manifestaciones de respaldo de distintos sectores y personas, la abogada Ana María Libertella escribió, una: “Oda por la profanación de la cultura, letras y poesía del poeta Andrés Eloy”, en la que se cuestiona el hecho: “Vandalizaron “Pintame Angelitos Negros”, “La Loca Luz Caraballo”, “Renuncia”, “Madre, si me matan”, “Los Claveles de la Puerta”, “El Huerto de la Epopeya”…”, señaló. Vandalizaron, decimos nosotros, lo mejor del orgullo cumanés, lo más elevado del alma nacional.
Otro hecho anterior se produjo en contra de la memoria del poeta del pueblo y de la historia y el sentimiento cumanés, un grave hecho tal y como fue el derribo del busto de Andrés Eloy Blanco en Cumaná en la plaza que lleva su nombre.
Solicitamos a favor de la historia, de la cultura, de los valores, del compromiso y la dignidad venezolana y cumanesa que las autoridades competentes en el Estado Sucre localicen el busto del poeta. Qué aparezca; que sea devuelto a su sitio original; que sea un acto de exaltación patriótica, de rescate de valores indispensables; que se eleve el orgullo nacional y regional con el rescate de ese monumento que resume la presencia inmortal de un hombre de la dimensión extraordinaria de Andrés Eloy Blanco. Que así sea.
jfd599@gmail.com
Siguenos en
Telegram,
Instagram,
Facebook y
Twitter
para recibir en directo todas nuestras actualizaciones