Un nombre dice mucho. Y de un Papa más, porque la institución que dirige tiene 2000 años y cada nombre de sus predecesores es una galaxia de significado. Como Prevost tiene días en el cargo, aún no ha dicho o hecho nada fundamental ni nombrado cargos relevantes, lo más significativo es por ahora su identidad y procedencia, primero, y su nombre.
Lo primero dice mucho de la situación actual de la Iglesia Católica. Pues los electores de esta autoridad no pueden ser más distintos y plurales, una verdadera muestra de toda la institución. Un cónclave es como una Asamblea General de la ONU pero de curas. Los hay de izquierda, de derecha, conservadores, ortodoxos o menos ortodoxos, viejos y jóvenes. De países ricos, emergentes y pobrísimos. De todo, pues.
Lo primero dice mucho de la situación actual de la Iglesia Católica. Pues los electores de esta autoridad no pueden ser más distintos y plurales, una verdadera muestra de toda la institución. Un cónclave es como una Asamblea General de la ONU pero de curas. Los hay de izquierda, de derecha, conservadores, ortodoxos o menos ortodoxos, viejos y jóvenes. De países ricos, emergentes y pobrísimos. De todo, pues.
Y decidieron escoger a un gringo.
Un gringo. Es decir, Trump influye hasta en la elección del Papa. Porque la sola conciencia de estar designando a un pontífice norteamericano implicaba que los cardenales estaban enviándole un mensaje al gobierno de USA. Pero, cuál mensaje?
Entre los favoritos a ser nombrados figuró desde el principio otro cardenal norteamericano, de una corriente cercana a los republicanos católicos hoy en el poder, como Vance. De haberlo elegido, el mensaje hubiera sido de apoyo, de respaldo al gobierno trumpista.
El nombrado fue otro norteamericano, lo que envió un mensaje muy distinto, casi pudiera decirse contrario. Un religioso agustino (pobreza), misionero en el Perú (teología de la liberación), obispo de Trujillo (tercer mundo). De ascendencia francesa y española (Europa), pero fanático de los Medias Blancas (gringo gringo). Sin ambajes: la Iglesia católica decidió ponerle límites al nuevo emperador.
Hasta aquí la Iglesia, en este caso los cardenales. Pero para más claridad en el mensaje, por si hiciese falta, el nuevo Papa escoge llamarse León XIV. Un mínimo de catecismo de primera comunión o de cultura asegura que todos sabemos quien fue León XIII: el Papa de los obreros, el pontífice que denunció los vicios de la explotación capitalista de los trabajadores por allá en 1880.
El nombre valió por la primer encíclica. Cuando el país más rico del mundo es gobernado por los hombres (todos varones, sí) más ricos del mundo y en favor de los más grandes negocios, mientras expulsa a los inmigrantes, suspende la ayuda exterior y les impone aranceles a los países más pobres de los pobres, el Papa es un ciudadano de esa República que quiere volver a ser Imperio, pero que está con los débiles y desechados. El Papa es el sucesor de Pedro y los demás pontífices, pero asume expresamente la herencia de León XIII. Así o más claro?
Algo de luz entre tanta tiniebla. Para los venezolanos, los más agredidos y perjudicados por Donald Trump y su gobierno, es encontrar un aliado que hable de justicia y espíritu, de valores y no de la bolsa de valores, de los últimos y no de me first.
Y si algo excepcional, nunca visto, ha hecho, fue rezar el Ave María en sus primeras palabras al mundo. God first.
@glinaresbenzo
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