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Yo no voto…

O, ser ciudadano gringo, vea usted, y haber sufragado por el provinciano de William Jefferson Clinton, mejor conocido como Bill Clinton, el “rascal” más simpático, el político en estado puro, la sonrisa que siempre se salía con la suya...

  • JEAN MANINAT

23/05/2025 05:01 am

(En vista de una súbita sequía de inspiración, nos permitimos reproducir este texto anónimo aparecido furtivamente en el buzón electrónico de esta su columna semanal)

Yo no voto, como me hubiera gustado, en ninguna de aquellas grandes y deslumbrantes naciones que en algún momento fueron paradigmas de desarrollo y prosperidad, fulgurantes sociedades de trabajo y consumo, sólidas democracias liberales y participativas, comunidades abiertas a la cultura, la prensa libre y los derechos humanos, puntos titilantes en el Waze de la globalización, reservorios de la civilización y el desarrollo humano. (Hoy bajo acecho de la imbecilidad de los bípedos que heredaron las instituciones democráticas en el planeta Tierra).

Pero no, no tuve la suerte o la destreza para ser ciudadano digamos de… Francia y haber podido votar en su momento por François Miterrand, esa especie de Président Soleil, culto, de buenas y delicadas maneras, cínico y distante, benigno con los amigos e implacable con los enemigos, constructor de pirámides transparentes y bibliotecas sutiles. La intelectualidad de vuelo rasante lo calificó de Maquiavélico, cuando quiso crucificarlo.

O, ser ciudadano gringo, vea usted, y haber sufragado por el provinciano de William Jefferson Clinton, mejor conocido como Bill Clinton, el “rascal” más simpático, el político en estado puro, la sonrisa que siempre se salía con la suya, el mal querido que todos amaron odiar después, y que además fue un excelente presidente y líder mundial. Y por si fuera poco tocaba el saxofón, lo cual ya es mucho que agradecer a las deidades de la democracia.

Ni siquiera tuve el premio de consolación de poder votar en Italia, en medio del caos fellinesco romano, “pobre como un gato del Coliseo” al decir de Pier Paolo Pasolini, militando en el PCI, (el partido comunista más cool del comunismo), y con un poco de imaginación me habría cruzado con Luchino Visconti, o con Enrico Berlinguer y hubiera celebrado el triunfo histórico del Compromesso storico en el restaurante La Carbonara en Campo de Fiore, de no haber sido por el asesinato de Aldo Moro, y que estas líneas son una ensoñación despierta.

Pero no, me tocó votar en el sistema electoral de la Pequeña Venecia y así lo hice desde la primera vez que pude, y siempre que he podido lo he hecho por default. Pertenezco a la legión de lo que alguien denominó a modo de descalificativo ocurrente un Fundamentalista del voto, que a mí más bien me parecía un elogio, mas no, era sinónimo también de colaboracionista- electoralista, una subespecie de alacrán, el peor de los rastreros del universo arácnido electoral.

Tras el breve paréntesis del 28 de julio, cuando todos y todas votaron como un solo alacrán gigantesco, agarrados de sus pequeñas extremidades tóxicas, ha aparecido una nueva especie, los normalizadores o pasa página, insectos que insisten en votar a pesar de que NO es no… Y a mí que estoy a salvo ya que no podré votar porque no habito en la Pequeña Venecia, sin embargo me persigue una pesadilla recurrente: que por designios de una influencia extraña salgo de alacrán, pasa página y normalizador a votar, y con mi voto, paso la página y normalizo al que está en Miraflores, y me asocio con los pilletes que hasta hace nada eran del bando bueno, pero ya no, porque van a votar y ahora son del bando de los malditos, los culpables de que en estos momentos la Unión Europea, la OEA, las Naciones Unidas, la OTAN, y los Estados Unidos de Norteamérica tengan listo el Certificado de Origen Auténtico Democrático Controlado (COADC) para entregárselo públicamente al mandatario pequeñoveneciano en reconocimiento a su nuevo talante democrático y lo transparente y limpias que habrán sido las elecciones parlamentarias y de gobernadores en esa sucursal del cielo democrático. Y pensar que yo no voto…porque no puedo.

Fin del texto subrepticio.







@jeanmaninat
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