¿Cambio o crisis?
Me sitúo en la perspectiva que estamos asistiendo a un proceso en donde no está clara la relación entre el cambio y la crisis. Es decir, ambos factores se nos están presentando de una manera mezclada, cuyo porcentaje de cada cual no es nada seguro
Se abre una etapa en el mundo que por decir lo menos nos lleva hacia una gran incertidumbre. Lo primero que observamos es una terrible confusión entre el cambio y una crisis. Para algunos analistas el cambio es inevitable. La Inteligencia Artificial, la embestida estadounidense y las reacciones europeas van marcando una agenda impensable dos años atrás.
En este contexto, va aumentando un creciente número de publicaciones que desconfían del cambio y apuntan hacia el tema de la crisis. De alguna manera, se entiende que lo que está pasando es un deslave que está afectando el orden mundial alcanzado luego de la Segunda Guerra Mundial. La geopolítica fue sellada en la conferencia de Postdam y la regulación financiera y monetaria en Breton Woods.
En este contexto, va aumentando un creciente número de publicaciones que desconfían del cambio y apuntan hacia el tema de la crisis. De alguna manera, se entiende que lo que está pasando es un deslave que está afectando el orden mundial alcanzado luego de la Segunda Guerra Mundial. La geopolítica fue sellada en la conferencia de Postdam y la regulación financiera y monetaria en Breton Woods.
De acuerdo con esta narrativa, esas dos columnas de la estabilidad internacional se han resquebrajado y la humanidad entró en un período irregular, lo que ha llevado a una importante discusión: que viene primero, el cambio o la crisis. Quienes están a favor del cambio, lo ven como algo positivo. Quienes se sitúan al lado de la crisis lo ven como algo negativo.
Me sitúo en la perspectiva que estamos asistiendo a un proceso en donde no está clara la relación entre el cambio y la crisis. Es decir, ambos factores se nos están presentando de una manera mezclada, cuyo porcentaje de cada cual no es nada seguro. Algunas veces hay más cambio que crisis y otras veces, más crisis que cambio. Pero en verdad, prevalece la crisis.
Vamos a la historia. En ella encontramos situaciones en donde el cambio viene con una crisis. El Renacimiento y la Edad Moderna fueron dos momentos en donde hubo un cambio en la relación entre la Iglesia y el Príncipe. Esto generó una gran crisis política que fue parcialmente ajustada con la Paz de Westfalia y el orden estatal europeo.
Por el contrario, las dos crisis de Marruecos, la Revolución Rusa y la caída del Imperio Austro-Húngaro llevó, entre otros antecedentes, a la Primera Guerra Mundial que no pudo detener a la crisis y abrió las compuertas de la Segunda Guerra Mundial y al rearme alemán. El cambio llegó mucho más tarde con el orden bipolar, la Guerra Fría y la destrucción mutua asegurada.
En la actualidad estamos ante una disyuntiva. Se han juntado el cambio y la crisis. Lamentablemente hay más crisis que cambio. Hay muchos avances tecnológicos y vamos a llegar a Marte. Pero una parte sustancial del continente africano está pasando hambre, proliferan las guerras internas y el aparato estatal está cuestionado.
Por otra parte, las palabras claves del Siglo XX, desarrollo y democracia no encajan en este siglo lleno de autoritarismos y pobreza. Más de la mitad de los sistemas políticos no clasifican ni siquiera como democracias formales y menos de un cuarto de los países de la tierra han alcanzado niveles apropiados de desarrollo.
En este sentido, no queda sino esperar cómo se van a vincular el cambio y la crisis en los próximos años. Por los momentos se observa más crisis que cambio. Esta situación no es nada halagadora y tiene a muchos pensando cómo evitarla.
romecan53@hotmail.com
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