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La dialéctica de las culturas

El mercado no establece tradiciones porque por esencia se deriva de una obsolescencia, como tampoco puede crear vínculos societales o engendrar innovación social

  • TEÓDULO LÓPEZ MELÉNDEZ

30/04/2025 05:03 am

Estamos ante una situación de multiculturalismo, lo que requiere una mirada multidimensional. Y, obviamente, ese rescate rechaza lo global como simple homogeneización. Al fin y al cabo, lo global multiplica las interdependencias.

Manuel Castells (La era de la información, la ciudad y los ciudadanos, La galaxia Internet) insiste, en un análisis volcado hacia lo comunicacional, en una “virtualidad real”, es decir, los símbolos se convierten en experiencia real y donde cambia el concepto de poder y hasta la razón lógica. Es algo que podríamos llamar con Zigmunt Bauman (Liquid modernization, Globalization. The human consequences) el fin de la geografía, un fin que afecta desde el amor y los vínculos humanos hasta el arte mismo.

Frederic Munné, (De la globalización del mundo a la globalización de la mente) analiza el tema manejando puntos como las relaciones no lineales, dinámica caótica, organización autógena, desarrollo fractal y delimitación borrosa. Caótica, porque estamos ante un sistema hipersensible a las variaciones, aunque sean pequeñas, lo que indica que subyace el caos, lo que paradójicamente lleva a concluir que no se está en un desorden sino ante la génesis de un orden. La complejización aumenta la posibilidad de organización dado que en lo local pasa a residir la creatividad emergente, de manera que no hay posibilidad de repetición de mimetismo o de clonación, puesto que al fractalizarse la sociedad genera una iteración creadora.

El mercado no establece tradiciones porque por esencia se deriva de una obsolescencia, como tampoco puede crear vínculos societales o engendrar innovación social. La imagen del MacDonald en cada esquina nos llevaría a preguntar, por ejemplo, que ingredientes o condimentos o adaptaciones sufre la hamburguesa para adaptarse al gusto hindú en ese local que está en el centro de Nueva Dehli. La presencia de ese establecimiento en la India lo que indica es la existencia de una empresa transnacional que vende determinado tipo de alimentos, no una construcción de sentidos.

Lo que garantiza el progreso humano es una dialéctica de las culturas. Esta navegación global de las mercancías tiene, pues, un efecto limitado, si bien dentro de esa limitación modifica comportamientos, como lo hemos señalado, desde el lugar del trabajo hasta la manera de ejercerlo, desde modificaciones en la vieja organización familiar hasta cambios en la psicología dado que ahora tendremos una preocupación global adicional a los antiguos intereses. Todo eso es verdad y no negamos la existencia de un peligro, como siempre existió en todo cambio de la organización del hombre, en todos sus pasos, desde lo tribal, a la Ciudad-estado, al Estado-nación, sólo por mencionar tres.

No olvidamos serios problemas, como la concentración de un monopolio tecnológico, los derechos de propiedad intelectual, las patentes o hasta las acciones intencionales y planificadas dirigidas a absorber o a implantar. Hay que ejercer la defensa y ello pasa por la selección de lo que se quiere absorber desde un ángulo de la multiculturización lo que permita reestructurar en beneficio de un desarrollo humano sostenido.

@tlopezmelendez 
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