Descorbatados
La corbata es símbolo de elegancia y distinción y debe usarse en determinadas oportunidades para ser respetables y comportarse con la debida caballerosidad e incluso consideración por los demás
Los estadounidenses, quizá por estar apresurados a menudo, suelen vestir con algún descuido –excepto en Nueva York– como el abusar del chancletismo y shorts, muy especialmente en Miami (aunque allí la mayoría con semejante vestimenta son integrantes de la gran colonia latinoamericana), hasta para ir a oficinas importantes como por ejemplo bancos en los cuales, en abierto contraste, sus empleados visten con toda formalidad… Igual hacen, con mayor razón, los funcionarios y máxime los más altos. Próvido ejemplo el del presidente Trump, quien las más de las veces está con traje oscuro y siempre con corbata e incluso cuando asiste a competiciones deportivas –donde como es harto sabido no menudea este símbolo de la formalidad y elegancia– como, vaya coincidencia, en Miami el muy reciente 12 de abril, cuando asistió una vez más a las sanguinarias peleas del UFC (Ultimate Fighting Championship o “Definitivo Campeonato de Pelea”) donde, al igual que Trump, asistieron varios señores con corbata.
Trump ironizó a Zelenski (¿Zelensky?) cuando éste lo visitó en la Casa Blanca del todo ataviado informalmente –sin traje ni corbata– el 28 de febrero de 2025: el 2 de marzo de 2025 tituló BBC NEWS MUNDO (por autoría de Mike Wendling) “Cómo la vestimenta de Zelensky pudo haber alimentado la disputa con Trump en la Casa Blanca” e informó así:
“Fue lo primero que dijo el presidente Donald Trump cuando el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, salió de su auto en la Casa Blanca el viernes: ‘Hoy estás muy bien vestido’, señaló Trump al saludarlo, (…) Desde que comenzó la invasión rusa a gran escala de su país en 2022, Zelensky ha evitado los trajes, las camisas abotonadas y las corbatas, incluso durante reuniones importantes con líderes mundiales y en un discurso ante el Congreso de Estados Unidos. (…) Pero esto ha sido durante mucho tiempo motivo de irritación para los que critican la ayuda estadounidense a Ucrania, y después de años como tema de discusión entre algunos críticos de derecha, el tema llegó a la atención mundial de una manera espectacular durante la ahora infame reunión del viernes en la Oficina Oval con Trump y el vicepresidente estadounidense JD Vance. Con una pregunta a Zelensky, un reportero estadounidense lo acusó de falta de respeto al no llevar traje y esto cambió de inmediato la atmósfera en la sala, según los periodistas de la BBC presentes. Y minutos después, cuestiones más amplias de respeto y gratitud alimentaron la extraordinaria discusión que vio al presidente y vicepresidente de Estados Unidos increpar a su aliado europeo frente a las cámaras de televisión del mundo. Cuando la reunión se abrió a preguntas de los periodistas, Brian Glenn, corresponsal jefe de la Casa Blanca para la cadena de cable conservadora Real America's Voice, le planteó una pregunta: "¿Por qué no lleva traje?", preguntó Glenn. ‘Usted ocupa el puesto más alto en el gobierno de ese país y se niega a llevar traje. ¿Tiene usted un traje?, continuó. ‘Muchos estadounidenses tienen problemas con usted por no respetar la dignidad de esta administración’. El agresivo interrogatorio marcó el momento en que el presidente ucraniano, que hasta entonces parecía estar manteniendo una conversación diplomática, incluso amistosa, con Trump, se mostró cansado e irritado. ‘Usaré vestuario cuando termine esta guerra’, respondió Zelenski. (…) El presidente ucraniano lanzó entonces un ataque verbal al periodista. ‘Quizás usaré algo como el suyo, sí. Quizás algo mejor, no lo sé’, declaró, provocando risas en la sala. ‘Quizás algo más barato?’. La pregunta de Glenn abrió la puerta a una queja de larga data en el mundo de la política de MAGA (‘Hagamos a EE.UU. grandioso otra vez’), donde algunos -como JD Vance- sostienen que el líder ucraniano no parece estar mostrando suficiente gratitud o respeto a EE.UU. después de tres años de ayuda militar. (…) Después de la disputa en la Oficina Oval, Glenn publicó en internet que tenía ‘extrema empatía por el pueblo de Ucrania’, pero dijo que la falta de traje de Zelensky demostraba ‘su falta de respeto interior’ por Estados Unidos. Los defensores de Zelensky publicaron en internet fotos de Winston Churchill con ropa informal durante la Segunda Guerra Mundial. Las fotografías de la época muestran al líder británico vistiendo ropas tipo overol en una reunión con el entonces presidente estadounidense Franklin Roosevelt, y también vistió uniformes y trajes militares durante reuniones con líderes mundiales. (…)
Después de la pregunta de Glenn, la conferencia de prensa pasó rápidamente a otra pregunta sobre si Estados Unidos enviaría más armas a Ucrania. Al final de una respuesta, Trump volvió a referirse a la cuestión del traje. ‘Me gusta tu ropa’, bromeó, y señalando a Zelensky dijo: ‘Creo que está vestido hermosamente’.
Tras bambalinas, la actitud de Trump quizás fue ligeramente diferente, según los informes. El medio de noticias estadounidense Axios informó que antes de la reunión, el personal de la Casa Blanca solicitó que Zelensky usara traje y se ofendieron cuando no lo hizo. (…) Vance mencionó repetidamente el ‘respeto’ (se refirió a Zelensky como ‘señor presidente’, mientras que el líder ucraniano lo llamó ‘JD’) y dijo: ‘Creo que es una falta de respeto que usted venga a la Oficina Oval y trate de litigar esto frente a los medios estadounidenses en este momento’. A partir de ahí, la discusión fue cuesta abajo. El Zelensky que no vestía traje pronto fue expulsado de la Casa Blanca, con las relaciones entre los dos países alcanzando un nuevo mínimo en tiempos de guerra. Con información de Shayan Sardarizadeh, BBC Verify, y Bernd Debusmann y Myroslava Petsa en la Casa Blanca” (resaltados míos). Sobra el aclarar que el presidente Trump y el vicepresidente estadounidense JD Vance sí estaban de traje y corbata.
Es cierto que Churchill usó monos (resistentes trajes deportivos de una sola pieza, cómodos e informales) durante la pavorosa Segunda Guerra Mundial, en la que los ingleses se salvaron de la invasión nazi porque el enloquecido Hitler prefirió –muy craso y costosísimo error– invadir Rusia ¡¡en pleno invierno!! Pero el ilustre Churchill era informal y hasta ingería licor a diario y hasta antes de las batallas, durante éstas y después. Solía beber tres tragos de whisky escocés en el desayuno. En Churchill Project, del Hillsdale College, Michael Mcmenamin, el 18 de mayo de 2018, aseveró: “Es cierto que Churchill bebía mucho, y lo hacía a diario”.
“En la otra esquina” –como se anuncia a los boxeadores en el ring y en la inminencia de la pelea– los más altos dignatarios chinos, como el presidente Xi Jinping, también se distinguen por usar siempre traje negro u obscuro y corbata negra en actos públicos u oficiales. Igual hacen, por lo general, los ciudadanos japoneses. Los venezolanos son imitadores, según el eminente escritor Rufino Blanco Fombona, y añado que en especial de los estadounidenses y “mayameros” por lo cual éste es un país de pitiyanquis y descorbatados.
En realidad de verdad, sí es una falta de respeto el presentarse sin traje ni corbata y como empiyamado a visitar personas y lugares en determinadas circunstancias, como el ir a visitar al presidente o primer mandatario de un país. Exempla docent: o también si se va a dar un pésame y más durante el sepelio, o en el velatorio en un cementerio u otro sitio público, tal como en una funeraria, donde hasta trajeado y con corbata se puede cometer alguna patanería si, póngase por caso, ésta fuere roja porque este bello color, por lo general, simboliza júbilo o alegría. En acasos de muerte hay que guardar la debida gravedad y circunspección para mantener total compostura y así mostrar el indefectible respeto en ése tan doloroso trance definitivo. Respeto que se ha de observar no sólo cuanto a la indumentaria sino también y muy especialmente en la actitud porque –y esto se ve con frecuencia y desagrado– muchas veces parecieran algunos circunstantes estar en una celebración. Deben evitarse diálogos tan entusiastas cuan toscos que parezcan alegres y consiguientes risotadas, todo lo cual es gran desconsideración e indelicadeza y lapidaria prueba de pésimo gusto e incapacidad de sentir con finura, miramiento y respeto…
Publicóse una patética foto del presidente de Chile, Boric, descorbatado, con camisa de mangas cortas y en acto oficial –parecía ser un desfile porque había público– en el cual estaba escoltado por tres oficiales trajeados de forma impecable, con elegantes uniformes militares y, por supuesto, con sendas corbatas negras que ponían más en evidencia lo desaliñado e inelegante y hasta irrespetuoso de Boric. En relación con eso el profesor chileno Alfredo Enrione, escribió:
“¿Por qué el Presidente Boric no usa corbata incluso en las ceremonias más solemnes?
Nuestro presidente lleva algo mas de dos años en el cargo y, si bien ya debería haberme acostumbrado como parte de una "nueva normalidad", me sigue costando ver a nuestro Jefe de Estado sin corbata en ceremonias tan solemnes como la conmemoración de la Glorias Navales del 21 de mayo. (…) Podemos especular, pero lo que es claro (y demostrado por la ciencia y la práctica) es que la influencia de los líderes en su entorno es profunda y multifacética.
Lo que hacen y no hacen, lo que dicen y no dicen, e incluso lo que eligen usar y no usar, comunica poderosos mensajes en su entorno. Cada decisión, por mínima que parezca, puede moldear percepciones, inspirar cambios y reflejar valores y prioridades.
Por ello, la figura del líder no solo se define por sus acciones explícitas, sino también por los símbolos y gestos que eligen representar”.
También y extremando la lógica de la hipótesis, debe valer como mal ejemplo o paradigma invertido de lo que es apropiado, el que un profesor dé clases muy mal vestido o también que un médico o abogado (otrora con habituales sendas corbatas) atendieren consultas con una especie de disfraz, que ipso facto desnaturalizaría por desfiguración la forma lógica o natural que ha de tener la vestimenta de tales profesionales en determinadas ocasiones. Si un profesor universitario llega a dar clases en la Facultad de Derecho con guayabera y jeans ¿qué impresión causaría? Aunque muchos valores se han relajado, es probable que no muy buena cuanto a admiración y respeto. Caso contrario, esto es si va trajeado de acuerdo con los cánones, sí sería objeto de mayor consideración.
En suma: las gentes deben vestirse como corresponde. Y esto debe valer y regir sobre todo para aquellas personas que representen a otras personas e instituciones –como sería el caso del rector de una universidad– y con mucha mayor razón a quienes representen a su patria. Piénsese no sólo en quienes la presidan, sino en la figura de los embajadores que deben guardar de modo estricto el ceremonial (conjunto de formas de cortesía) y la etiqueta. Los Estados, en sus relaciones mutuas, respetan las formalidades externas con signos exteriores relativos a sus deberes y derechos en tal sentido.
Habrá quienes digan que estas son cuestiones de forma, superficiales y aun frívolas hasta cierto punto; pero en realidad envuelven un fondo mucho menos trivial de lo que pudieran parecer a algunos ingenuos esas reglas de cortesía y buena crianza, las recíprocas atenciones personales y, en fin, la educación social, que tiene muchísima más trascendencia de la poca que bastantes cándidos le atribuyen. Es de suma importancia la galantería –en términos de urbanidad– y la caballerosidad y educación consiguiente que, por lo demás, da significativos e innumerables beneficios en el trato social.
La cortesía o courtoisie que, como se sabe, es el acto o la conducta que demuestra el respeto que se le tiene a otra u otras personas, lo cual implica mucho mayor valor cuando se refiere a la relación diplomática con importantes dignatarios o con funcionarios, u otras personas de mucha prestancia o elevada categoría. Así se tiene que el condigno tratamiento o comportarse con distinción y saber estar en sociedad, supone de modo indefectible el guardar las debidas formas o adecuados modos o modales, lo cual debe principiar por evitar la ramplonería y mantener lo debido que resulta, al relacionarse con otra u otras personas, el llamarlas “señor” o “señora” e indicar su eventual título o rango correspondiente, que precederá al nombre propio para designar a quien corresponda. Y, desde luego, tratarlas de “usted” y prescindir del tuteo –cuyo abuso implica vulgaridad o chabacanería– a excepción de cuando haya confianza en el trato, bien sea por amistad o por la habitualidad y consiguiente cercanía en la interacción social. Aquella cortesía (inicio del párrafo) postula que toda visita de etiqueta y toda reunión de invitación exige siempre un traje enteramente serio y, por supuesto, el uso de corbata. La “etiqueta” es el conjunto de formas y maneras que debe presidir un educado trato e intercambio humano.
Hay el prurito, reitero, de que ir vestido al descuido o “deportivamente” según dicen, es sinónimo de personalidad e independencia de criterio. No hay tal: así se debe ir a una parrillada, póngase por caso, a la cual sería ridículo el ir de traje y corbata. Pero presentarse así a ciertos eventos es irrespetuoso. Incluso visitar la residencia de algunas amistades “en mangas de camisa” puede resultar indebido y sobre todo si el invitante –a un almuerzo por ejemplo– acostumbra recibir formalmente ataviado y más aún si es persona mayor. Peor todavía, repito, es presentarse a dar un pésame con ropaje afranelado e informal del todo, lo que revelaría pésimo gusto e indelicadeza y hasta una falta del debido respeto a los deudos.
Muchos descorbatados no sólo afectan con eso poses de sencillez sino de “modernidad” porque, ciertamente, las corbatas son de antigua tradición. Lo primero que habría que contradecir a esta antojadiza actitud, es que no todo lo moderno es bueno. Y que lo tradicional lo es porque ha mucho se ha considerado bueno y digno de mantenerse. Hay en verdad, como dije antes, la extendida creencia de que una vestimenta informal es demostración de sencillez. No es verdad. O al menos no es reflejo de una auténtica sencillez, que consiste en un fondo ideológico de no menospreciar a los demás ni sobrevalorarse y creerse acreedor a tratos especiales ni a privilegios personales, lo cual necesariamente redundaría en concretas actitudes de arrogancia y en la pretensión de siempre querer el ser atendido de forma prioritaria por ser persona de mucha importancia y bastantes merecimientos, aunque en principio esto es enteramente lógico. Y este modo de pensar se inscribe en una muy hermosa cualidad del alma, que adorna más en la medida en que la sencillez caracterice a personas muy virtuosas y bien meritorias por ende. La informalidad en el vestir no necesariamente implique sencillez y a veces hasta demuestra petulancia, como cuando algunos van a visitar a alguien muy importante y prefieren ir trajeados de la manera más informal, para que así el visitado no vaya a creer que se le tributa excesivo respeto y hasta sumisión…
Tornando al tema de la corbata, ha poco Bukele visitó a Trump en la Casa Blanca el 15 de abril de 2025 y, pese a las duras críticas con que desde varios orientes fustigaron a Zelenski por haber ido descorbatado a ver a Trump, Bukele hizo lo mismo (ir sin corbata) e incluso fue informalmente vestido y exactamente igual a Zelenski, es decir todo de negro, como si el par de visitantes se complotaran en un sombrío dístico –nada poético– o dúo con draculiano y siniestro acento lúgubre…
La ideal compostura también es usada por algunos en circunstancias bastante diferentes y en las que prevalece como regla general el uso de ropa muy informal, como en partidos de fútbol en los que, póngase por caso, el respetado técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti (muy probablemente el mejor del mundo), va siempre de traje –además negro– y corbata, aunque en tales escenarios deportivos, como es natural, la inmensa mayoría va sin traje ni esa muy elegante prenda de vestir.
Lo cierto es, reitero, que la corbata aporta elegancia y da un indiscutible toque de distinción al usuario porque es el acabado más elegante al vestir masculino.
Trump ironizó a Zelenski (¿Zelensky?) cuando éste lo visitó en la Casa Blanca del todo ataviado informalmente –sin traje ni corbata– el 28 de febrero de 2025: el 2 de marzo de 2025 tituló BBC NEWS MUNDO (por autoría de Mike Wendling) “Cómo la vestimenta de Zelensky pudo haber alimentado la disputa con Trump en la Casa Blanca” e informó así:
“Fue lo primero que dijo el presidente Donald Trump cuando el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, salió de su auto en la Casa Blanca el viernes: ‘Hoy estás muy bien vestido’, señaló Trump al saludarlo, (…) Desde que comenzó la invasión rusa a gran escala de su país en 2022, Zelensky ha evitado los trajes, las camisas abotonadas y las corbatas, incluso durante reuniones importantes con líderes mundiales y en un discurso ante el Congreso de Estados Unidos. (…) Pero esto ha sido durante mucho tiempo motivo de irritación para los que critican la ayuda estadounidense a Ucrania, y después de años como tema de discusión entre algunos críticos de derecha, el tema llegó a la atención mundial de una manera espectacular durante la ahora infame reunión del viernes en la Oficina Oval con Trump y el vicepresidente estadounidense JD Vance. Con una pregunta a Zelensky, un reportero estadounidense lo acusó de falta de respeto al no llevar traje y esto cambió de inmediato la atmósfera en la sala, según los periodistas de la BBC presentes. Y minutos después, cuestiones más amplias de respeto y gratitud alimentaron la extraordinaria discusión que vio al presidente y vicepresidente de Estados Unidos increpar a su aliado europeo frente a las cámaras de televisión del mundo. Cuando la reunión se abrió a preguntas de los periodistas, Brian Glenn, corresponsal jefe de la Casa Blanca para la cadena de cable conservadora Real America's Voice, le planteó una pregunta: "¿Por qué no lleva traje?", preguntó Glenn. ‘Usted ocupa el puesto más alto en el gobierno de ese país y se niega a llevar traje. ¿Tiene usted un traje?, continuó. ‘Muchos estadounidenses tienen problemas con usted por no respetar la dignidad de esta administración’. El agresivo interrogatorio marcó el momento en que el presidente ucraniano, que hasta entonces parecía estar manteniendo una conversación diplomática, incluso amistosa, con Trump, se mostró cansado e irritado. ‘Usaré vestuario cuando termine esta guerra’, respondió Zelenski. (…) El presidente ucraniano lanzó entonces un ataque verbal al periodista. ‘Quizás usaré algo como el suyo, sí. Quizás algo mejor, no lo sé’, declaró, provocando risas en la sala. ‘Quizás algo más barato?’. La pregunta de Glenn abrió la puerta a una queja de larga data en el mundo de la política de MAGA (‘Hagamos a EE.UU. grandioso otra vez’), donde algunos -como JD Vance- sostienen que el líder ucraniano no parece estar mostrando suficiente gratitud o respeto a EE.UU. después de tres años de ayuda militar. (…) Después de la disputa en la Oficina Oval, Glenn publicó en internet que tenía ‘extrema empatía por el pueblo de Ucrania’, pero dijo que la falta de traje de Zelensky demostraba ‘su falta de respeto interior’ por Estados Unidos. Los defensores de Zelensky publicaron en internet fotos de Winston Churchill con ropa informal durante la Segunda Guerra Mundial. Las fotografías de la época muestran al líder británico vistiendo ropas tipo overol en una reunión con el entonces presidente estadounidense Franklin Roosevelt, y también vistió uniformes y trajes militares durante reuniones con líderes mundiales. (…)
Después de la pregunta de Glenn, la conferencia de prensa pasó rápidamente a otra pregunta sobre si Estados Unidos enviaría más armas a Ucrania. Al final de una respuesta, Trump volvió a referirse a la cuestión del traje. ‘Me gusta tu ropa’, bromeó, y señalando a Zelensky dijo: ‘Creo que está vestido hermosamente’.
Tras bambalinas, la actitud de Trump quizás fue ligeramente diferente, según los informes. El medio de noticias estadounidense Axios informó que antes de la reunión, el personal de la Casa Blanca solicitó que Zelensky usara traje y se ofendieron cuando no lo hizo. (…) Vance mencionó repetidamente el ‘respeto’ (se refirió a Zelensky como ‘señor presidente’, mientras que el líder ucraniano lo llamó ‘JD’) y dijo: ‘Creo que es una falta de respeto que usted venga a la Oficina Oval y trate de litigar esto frente a los medios estadounidenses en este momento’. A partir de ahí, la discusión fue cuesta abajo. El Zelensky que no vestía traje pronto fue expulsado de la Casa Blanca, con las relaciones entre los dos países alcanzando un nuevo mínimo en tiempos de guerra. Con información de Shayan Sardarizadeh, BBC Verify, y Bernd Debusmann y Myroslava Petsa en la Casa Blanca” (resaltados míos). Sobra el aclarar que el presidente Trump y el vicepresidente estadounidense JD Vance sí estaban de traje y corbata.
Es cierto que Churchill usó monos (resistentes trajes deportivos de una sola pieza, cómodos e informales) durante la pavorosa Segunda Guerra Mundial, en la que los ingleses se salvaron de la invasión nazi porque el enloquecido Hitler prefirió –muy craso y costosísimo error– invadir Rusia ¡¡en pleno invierno!! Pero el ilustre Churchill era informal y hasta ingería licor a diario y hasta antes de las batallas, durante éstas y después. Solía beber tres tragos de whisky escocés en el desayuno. En Churchill Project, del Hillsdale College, Michael Mcmenamin, el 18 de mayo de 2018, aseveró: “Es cierto que Churchill bebía mucho, y lo hacía a diario”.
“En la otra esquina” –como se anuncia a los boxeadores en el ring y en la inminencia de la pelea– los más altos dignatarios chinos, como el presidente Xi Jinping, también se distinguen por usar siempre traje negro u obscuro y corbata negra en actos públicos u oficiales. Igual hacen, por lo general, los ciudadanos japoneses. Los venezolanos son imitadores, según el eminente escritor Rufino Blanco Fombona, y añado que en especial de los estadounidenses y “mayameros” por lo cual éste es un país de pitiyanquis y descorbatados.
En realidad de verdad, sí es una falta de respeto el presentarse sin traje ni corbata y como empiyamado a visitar personas y lugares en determinadas circunstancias, como el ir a visitar al presidente o primer mandatario de un país. Exempla docent: o también si se va a dar un pésame y más durante el sepelio, o en el velatorio en un cementerio u otro sitio público, tal como en una funeraria, donde hasta trajeado y con corbata se puede cometer alguna patanería si, póngase por caso, ésta fuere roja porque este bello color, por lo general, simboliza júbilo o alegría. En acasos de muerte hay que guardar la debida gravedad y circunspección para mantener total compostura y así mostrar el indefectible respeto en ése tan doloroso trance definitivo. Respeto que se ha de observar no sólo cuanto a la indumentaria sino también y muy especialmente en la actitud porque –y esto se ve con frecuencia y desagrado– muchas veces parecieran algunos circunstantes estar en una celebración. Deben evitarse diálogos tan entusiastas cuan toscos que parezcan alegres y consiguientes risotadas, todo lo cual es gran desconsideración e indelicadeza y lapidaria prueba de pésimo gusto e incapacidad de sentir con finura, miramiento y respeto…
Publicóse una patética foto del presidente de Chile, Boric, descorbatado, con camisa de mangas cortas y en acto oficial –parecía ser un desfile porque había público– en el cual estaba escoltado por tres oficiales trajeados de forma impecable, con elegantes uniformes militares y, por supuesto, con sendas corbatas negras que ponían más en evidencia lo desaliñado e inelegante y hasta irrespetuoso de Boric. En relación con eso el profesor chileno Alfredo Enrione, escribió:
“¿Por qué el Presidente Boric no usa corbata incluso en las ceremonias más solemnes?
Nuestro presidente lleva algo mas de dos años en el cargo y, si bien ya debería haberme acostumbrado como parte de una "nueva normalidad", me sigue costando ver a nuestro Jefe de Estado sin corbata en ceremonias tan solemnes como la conmemoración de la Glorias Navales del 21 de mayo. (…) Podemos especular, pero lo que es claro (y demostrado por la ciencia y la práctica) es que la influencia de los líderes en su entorno es profunda y multifacética.
Lo que hacen y no hacen, lo que dicen y no dicen, e incluso lo que eligen usar y no usar, comunica poderosos mensajes en su entorno. Cada decisión, por mínima que parezca, puede moldear percepciones, inspirar cambios y reflejar valores y prioridades.
Por ello, la figura del líder no solo se define por sus acciones explícitas, sino también por los símbolos y gestos que eligen representar”.
También y extremando la lógica de la hipótesis, debe valer como mal ejemplo o paradigma invertido de lo que es apropiado, el que un profesor dé clases muy mal vestido o también que un médico o abogado (otrora con habituales sendas corbatas) atendieren consultas con una especie de disfraz, que ipso facto desnaturalizaría por desfiguración la forma lógica o natural que ha de tener la vestimenta de tales profesionales en determinadas ocasiones. Si un profesor universitario llega a dar clases en la Facultad de Derecho con guayabera y jeans ¿qué impresión causaría? Aunque muchos valores se han relajado, es probable que no muy buena cuanto a admiración y respeto. Caso contrario, esto es si va trajeado de acuerdo con los cánones, sí sería objeto de mayor consideración.
En suma: las gentes deben vestirse como corresponde. Y esto debe valer y regir sobre todo para aquellas personas que representen a otras personas e instituciones –como sería el caso del rector de una universidad– y con mucha mayor razón a quienes representen a su patria. Piénsese no sólo en quienes la presidan, sino en la figura de los embajadores que deben guardar de modo estricto el ceremonial (conjunto de formas de cortesía) y la etiqueta. Los Estados, en sus relaciones mutuas, respetan las formalidades externas con signos exteriores relativos a sus deberes y derechos en tal sentido.
Habrá quienes digan que estas son cuestiones de forma, superficiales y aun frívolas hasta cierto punto; pero en realidad envuelven un fondo mucho menos trivial de lo que pudieran parecer a algunos ingenuos esas reglas de cortesía y buena crianza, las recíprocas atenciones personales y, en fin, la educación social, que tiene muchísima más trascendencia de la poca que bastantes cándidos le atribuyen. Es de suma importancia la galantería –en términos de urbanidad– y la caballerosidad y educación consiguiente que, por lo demás, da significativos e innumerables beneficios en el trato social.
La cortesía o courtoisie que, como se sabe, es el acto o la conducta que demuestra el respeto que se le tiene a otra u otras personas, lo cual implica mucho mayor valor cuando se refiere a la relación diplomática con importantes dignatarios o con funcionarios, u otras personas de mucha prestancia o elevada categoría. Así se tiene que el condigno tratamiento o comportarse con distinción y saber estar en sociedad, supone de modo indefectible el guardar las debidas formas o adecuados modos o modales, lo cual debe principiar por evitar la ramplonería y mantener lo debido que resulta, al relacionarse con otra u otras personas, el llamarlas “señor” o “señora” e indicar su eventual título o rango correspondiente, que precederá al nombre propio para designar a quien corresponda. Y, desde luego, tratarlas de “usted” y prescindir del tuteo –cuyo abuso implica vulgaridad o chabacanería– a excepción de cuando haya confianza en el trato, bien sea por amistad o por la habitualidad y consiguiente cercanía en la interacción social. Aquella cortesía (inicio del párrafo) postula que toda visita de etiqueta y toda reunión de invitación exige siempre un traje enteramente serio y, por supuesto, el uso de corbata. La “etiqueta” es el conjunto de formas y maneras que debe presidir un educado trato e intercambio humano.
Hay el prurito, reitero, de que ir vestido al descuido o “deportivamente” según dicen, es sinónimo de personalidad e independencia de criterio. No hay tal: así se debe ir a una parrillada, póngase por caso, a la cual sería ridículo el ir de traje y corbata. Pero presentarse así a ciertos eventos es irrespetuoso. Incluso visitar la residencia de algunas amistades “en mangas de camisa” puede resultar indebido y sobre todo si el invitante –a un almuerzo por ejemplo– acostumbra recibir formalmente ataviado y más aún si es persona mayor. Peor todavía, repito, es presentarse a dar un pésame con ropaje afranelado e informal del todo, lo que revelaría pésimo gusto e indelicadeza y hasta una falta del debido respeto a los deudos.
Muchos descorbatados no sólo afectan con eso poses de sencillez sino de “modernidad” porque, ciertamente, las corbatas son de antigua tradición. Lo primero que habría que contradecir a esta antojadiza actitud, es que no todo lo moderno es bueno. Y que lo tradicional lo es porque ha mucho se ha considerado bueno y digno de mantenerse. Hay en verdad, como dije antes, la extendida creencia de que una vestimenta informal es demostración de sencillez. No es verdad. O al menos no es reflejo de una auténtica sencillez, que consiste en un fondo ideológico de no menospreciar a los demás ni sobrevalorarse y creerse acreedor a tratos especiales ni a privilegios personales, lo cual necesariamente redundaría en concretas actitudes de arrogancia y en la pretensión de siempre querer el ser atendido de forma prioritaria por ser persona de mucha importancia y bastantes merecimientos, aunque en principio esto es enteramente lógico. Y este modo de pensar se inscribe en una muy hermosa cualidad del alma, que adorna más en la medida en que la sencillez caracterice a personas muy virtuosas y bien meritorias por ende. La informalidad en el vestir no necesariamente implique sencillez y a veces hasta demuestra petulancia, como cuando algunos van a visitar a alguien muy importante y prefieren ir trajeados de la manera más informal, para que así el visitado no vaya a creer que se le tributa excesivo respeto y hasta sumisión…
Tornando al tema de la corbata, ha poco Bukele visitó a Trump en la Casa Blanca el 15 de abril de 2025 y, pese a las duras críticas con que desde varios orientes fustigaron a Zelenski por haber ido descorbatado a ver a Trump, Bukele hizo lo mismo (ir sin corbata) e incluso fue informalmente vestido y exactamente igual a Zelenski, es decir todo de negro, como si el par de visitantes se complotaran en un sombrío dístico –nada poético– o dúo con draculiano y siniestro acento lúgubre…
La ideal compostura también es usada por algunos en circunstancias bastante diferentes y en las que prevalece como regla general el uso de ropa muy informal, como en partidos de fútbol en los que, póngase por caso, el respetado técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti (muy probablemente el mejor del mundo), va siempre de traje –además negro– y corbata, aunque en tales escenarios deportivos, como es natural, la inmensa mayoría va sin traje ni esa muy elegante prenda de vestir.
Lo cierto es, reitero, que la corbata aporta elegancia y da un indiscutible toque de distinción al usuario porque es el acabado más elegante al vestir masculino.
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