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El entusiasmo motor de vida

Con entusiasmo nos sentimos capaces de lograr lo que nos propongamos, de enfrentarnos a cualquier reto, confiados en que el entorno no será un obstáculo y seguros de que las condiciones jugarán a nuestro favor

  • ECCIO LEÓN R.

26/03/2025 05:00 am

Hace unos días, en una conversación, nos preguntamos qué produce el entusiasmo, por qué hay días en que nos sentimos motivados y otros no, incluso momentos en los que no sé de dónde viene esa sensación que nos hace sentir bien.

El entusiasmo es un estado emocional que puede surgir en cualquier momento; ocurre dentro de nosotros, y es de los más positivos que podemos experimentar; es cuando todo parece tener sentido, e identificamos claramente a qué se refiere nuestro deseo por que algo pase.

Una cosa es estar entusiasmado y otra es estar contento, son cosas diferentes: estar contento se produce cuando el resultado es el que tu cerebro espera en cualquier situación, cuando las cosas te salen bien; en cambio, el entusiasmo es anterior, es lo que nos lleva a hacer las cosas, esa chispa dentro de nosotros que nos activa. De hecho, la palabra entusiasmo viene del griego y significa “Tener a Dios dentro”; es una conexión interior que solo nosotros mismos podemos activar.

A lo largo de la vida siempre tenemos derecho a decidir si vivimos en función de las circunstancias, que es cuando el entorno nos define, o bien si, independientemente de lo que suceda en el exterior, elegimos nuestra mejor actitud. Eso es el entusiasmo, un motor del comportamiento que está a nuestro alcance.

Estar entusiasmado es una exaltación del ánimo, es traer al presente la posibilidad del resultado que nos propongamos, que nos gusta; es creer en nosotros mismos y en nuestra fuerza para concretar lo que nos proponemos; es la capacidad de creer que podemos transformar lo que nos rodea y convertirlo en algo positivo. Todos hemos sentido entusiasmo alguna vez, ¡recuérdalo!

Sin embargo, el entusiasmo no es infinito: hay que cuidarlo, buscarlo. Se llega a él mediante la calidad de los pensamientos. La normalidad es vivir con estrés, con presión, y esos son los enemigos del entusiasmo; debemos encontrar nuestros pensamientos claves, nuestra conversación interna. Estar motivados es algo que se ejercita y siempre nos va a producir felicidad.

Las emociones se generan espontáneamente, pero también podemos generarlas. Un estado emocional que todos quisiéramos generar y conservar, y que desearíamos para compañeros, familiares, amigos y colaboradores de trabajo u otra actividad, es el entusiasmo.

¿Qué es el entusiasmo?, ¿cómo definirlo? La definición que proviene de su etimología es “Dios contigo”, y la que se relaciona con la naturaleza de la emoción es “un estado emocional pleno de alegría, interés e ilusión”.

Con entusiasmo nos sentimos capaces de lograr lo que nos propongamos, de enfrentarnos a cualquier reto, confiados en que el entorno no será un obstáculo y seguros de que las condiciones jugarán a nuestro favor. El entusiasmo es el precursor de la motivación, que también inspira a otros, que contagia y motiva a los demás. Así que el entusiasmo es un elemento fundamental del liderazgo.

Sabemos que no existen trayectorias de vida, personales o profesionales, exentas de dificultades y retos, pero sí hay un elemento que ayuda a sobrellevarlos, es el entusiasmo, ese impulso de energía que motiva a actuar, que vence la apatía y que imprime pasión y dedicación.

Sin el ánimo de ser autorreferente, pero con la certeza de que los testimonios a veces son más clarificadores que la teoría, puedo decir que mi vida le ha regido el entusiasmo. Pero no siempre ha surgido de manera espontánea, he aprendido a generarlo. He aprendido que tener metas y darle sentido a mi trabajo, con la certeza de que vale la pena, me genera entusiasmo; que mantener activa mi mente, leyendo, estudiando o con conversaciones productivas, me ha permitido generar ideas y seguir desarrollando la creatividad, con entusiasmo. Y cuando llegan las adversidades, siempre he buscado esos aspectos que pueden valorarse, y una actitud de gratitud por ello me ha permitido ver, surgir o mantener el entusiasmo.

Creo que sentir entusiasmo no es necesariamente un acto de suerte o casualidad. Estoy convencido de que el entusiasmo es un arte que conviene cultivar, y en tiempos en que la depresión, el desánimo y la apatía han proliferado en las sociedades, sin duda aprender a cultivarlo puede ser un seguro de vida.

Cuando se trata de negocios o de cualquier otro proyecto serio, el entusiasmo debe ir de la mano de una buena dosis de análisis y planeación.

Eccio Leon
@el54r

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