Inteligencia Artificial y diplomacia
Sería necesario en Venezuela la aprobación del Proyecto de Ley sobre el Uso de la Inteligencia Artificial, pero también, una Carta como la europea sobre la IA, como más allá de la Carta Democrática y la Carta Social aprobadas por la OEA
En este 2025 y después de la elección en Estados Unidos del Presidente Donald Trump, el sistema internacional sufre un proceso disruptivo caracterizado por la inseguridad y la imprevisibilidad con la permanente amenaza de los conflictos y las guerras donde directa o indirectamente están implicadas las cuatro grandes potencias: Estados Unidos, Rusia, China y los 27 Estados de la Unión Europea; además de la importancia de las hegemonías regionales como es el caso de la India y Pakistán en Asia, en África Nigeria y Sudáfrica, en el medio oriente Irán y Arabia Saudita y en América Latina México, Brasil y Argentina. Se terminó la tradicional división de capitales imperiales en países desarrollados y periferias dependientes en el tercer mundo. Esta multipolaridad y el complejo dinamismo de las instituciones nacionales, regionales y mundiales obliga a una reflexión y acción consecuente, dentro de los parámetros de la libertad, la justicia y la solidaridad. Este triángulo político, ético y jurídico fue la exigencia para las sociedades del futuro por los teóricos filósofos y políticos de la Revolución Francesa de 1789. Hasta ahora las Constituciones de los 193 Estados de la ONU en sus Cartas fundamentales han desarrollado dos de los postulados inspirados con los mandatos de la libertad y la justicia con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y los Pactos de 1966 donde más allá de los derechos políticos se han establecidos los derechos económicos, sociales y culturales. A nivel continental tenemos la Declaración Interamericana de los Derechos Humanos, con su comisión en Washington y tribunal en Costa Rica. En Europa, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000), y con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y Derechos Humanos con sede en Luxemburgo. La principal carta de derechos humanos en África es la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos, también conocida como la Carta de Banjul.
Modelos históricos de la sociedad política, dentro del liberalismo que han conducido al capitalismo es el caso de la Constitución de los Estados Unidos y dentro del socialismo es su versión marxista fue la Constitución de la Unión Soviética de 1924 que condujo al comunismo. Después de la segunda guerra mundial, la arquitectura política, económica y militar de este tipo de socialismo se cerró con la caída del Muro de Berlín en 1989. Pero constituciones como la de México de 1917 y la de Alemania de 1919 permitieron en Occidente el desarrollo del constitucionalismo, del estado social y de derecho, el cual está vigente hoy especialmente en los países miembro de la UE y en gran parte de las constituciones del mundo democrático.
De la democracia liberal con la afirmación de la persona y la del socialismo, privilegiando la justicia, se ha reafirmado el modelo representativo y participativo del pueblo en sus gobiernos. Pero actualmente, en todo el planeta se reclama la solidaridad de una democracia del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología, que facilitaría la nueva cultura digital.
La cibernética con sus expresiones en la robótica y en la inteligencia artificial, podría facilitar la democracia plena, con los principios liberté, égalité, fraternité. La industria del software y todo el mundo digital, necesita de la dimensión ética y la normativa en todos los sistemas constitucionales y con leyes especiales a nivel local. El ejemplo mas importante, es la carta digital de los 27 Estados de la Unión Europea y el compromiso de sus gobiernos en el desarrollo del derecho virtual, dentro de un marco universal. Por ahora, ha sido ineficaz la ONU y los organismos internacionales y nacionales en este necesario control. Como recientemente señalaba la SwissInfo: “Concretamente, la admirable calidad de los algoritmos que dirigen nuestras redes inteligentes, coches, aviones, centrales eléctricas, bancos, centros de datos, redes sociales y teléfonos inteligentes debería importar mucho menos que su ciberseguridad”. Y agrega que los retos fundamentales son: la atención en los procesos educativos; el institucional, para hacer cumplir las regulaciones, como ha sido el caso de Suiza en el campo del derecho de las nuevas tecnologías; y diseñar alternativas seguras, reguladas democráticamente, como sucede con el algoritmo de Tournesol.
Modelos históricos de la sociedad política, dentro del liberalismo que han conducido al capitalismo es el caso de la Constitución de los Estados Unidos y dentro del socialismo es su versión marxista fue la Constitución de la Unión Soviética de 1924 que condujo al comunismo. Después de la segunda guerra mundial, la arquitectura política, económica y militar de este tipo de socialismo se cerró con la caída del Muro de Berlín en 1989. Pero constituciones como la de México de 1917 y la de Alemania de 1919 permitieron en Occidente el desarrollo del constitucionalismo, del estado social y de derecho, el cual está vigente hoy especialmente en los países miembro de la UE y en gran parte de las constituciones del mundo democrático.
De la democracia liberal con la afirmación de la persona y la del socialismo, privilegiando la justicia, se ha reafirmado el modelo representativo y participativo del pueblo en sus gobiernos. Pero actualmente, en todo el planeta se reclama la solidaridad de una democracia del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología, que facilitaría la nueva cultura digital.
La cibernética con sus expresiones en la robótica y en la inteligencia artificial, podría facilitar la democracia plena, con los principios liberté, égalité, fraternité. La industria del software y todo el mundo digital, necesita de la dimensión ética y la normativa en todos los sistemas constitucionales y con leyes especiales a nivel local. El ejemplo mas importante, es la carta digital de los 27 Estados de la Unión Europea y el compromiso de sus gobiernos en el desarrollo del derecho virtual, dentro de un marco universal. Por ahora, ha sido ineficaz la ONU y los organismos internacionales y nacionales en este necesario control. Como recientemente señalaba la SwissInfo: “Concretamente, la admirable calidad de los algoritmos que dirigen nuestras redes inteligentes, coches, aviones, centrales eléctricas, bancos, centros de datos, redes sociales y teléfonos inteligentes debería importar mucho menos que su ciberseguridad”. Y agrega que los retos fundamentales son: la atención en los procesos educativos; el institucional, para hacer cumplir las regulaciones, como ha sido el caso de Suiza en el campo del derecho de las nuevas tecnologías; y diseñar alternativas seguras, reguladas democráticamente, como sucede con el algoritmo de Tournesol.
Sería necesario en Venezuela la aprobación del Proyecto de Ley sobre el Uso de la Inteligencia Artificial, pero también, una Carta como la europea sobre la IA, como más allá de la Carta Democrática y la Carta Social aprobadas por la OEA.
Algunos teóricos del derecho, como italiano Luigi Ferrajoli proponen una dimensión universal en esta materia con una Constitución Universal, porque hoy resultan anacrónicas las soberanías absolutas y se necesitan instituciones supranacionales. El caso de las vacunas contra la pandemia ha estado presente y exigiría ese nuevo orden mundial con una gran autoridad sanitaria y con patentes gratuitas.
Durante los años de la bipolaridad el predominio de Moscú y Washington fue total, pero en 1989 el modelo marxista leninista fracasó y son pocos los sistemas en el mundo que aún tratan de navegar en ese socialismo anacrónico. Pero también el capitalismo está en crisis, quedó atrás el inmenso crecimiento tanto de Estados Unidos como de Europa; la burbuja inmobiliaria y ahora la crisis de la pandemia obligan a una economía de mercado, pero con proyectos en beneficio de toda la sociedad.
Con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC’S) hoy la nueva diplomacia también ha entrado al mundo de lo virtual dentro de la universalidad y supranacionalidad del internet y las redes de comunicaciones. La data digital, la robótica y la inteligencia artificial, han impregnado las Relaciones Internacionales y los balances de poder. El poder actualmente más que en términos de riqueza o fuerza se expresa en la información, comunicación y el dominio del ciberespacio. El ciberespacio ya es parte del Derecho Internacional Público con tratados internacionales. Mientras más veraz sea la información y la comunicación la sociedad podrá vigilar mejor los actos de sus gobiernos, las actividades de sus representantes y representados y el desarrollo de los organismos internacionales. Recientemente, se ha propuesto si el internet va a estar al servicio de la democracia en todo el mundo, necesita contar con su propio gobierno global: un gobierno que podría vivir en línea y tener su sede en el mundo real en Ginebra, como tantos organismos internacionales e intergubernamentales como la OIT, la ONC, OPI y no gubernamentales como la Cruz Roja Internacional.
En las escuelas de diplomacia ya es obligatorio la enseñanza de la inteligencia artificial en la comprensión y explicación del dinámico y complejo mundo internacional. En los campos del Derecho Internacional Público y Privado, de la economía y el comercio internacional, de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario, la negociación y el arbitraje, y el uso adecuado de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
La imprenta y los libros decidieron fronteras universalizando el sufrimiento con consecuencias políticas como las Revoluciones Americana y Francesa en el mundo occidental. En el espacio del Islam el paradigma fue la revolución turca con su Estado laico y la separación de política y religión; la primavera árabe, invocando este antecedente en el panorama árabe fue producto de la nueva información y comunicación, es lo que ha ocurrido en Túnez, Siria, Egipto, Libia, Yemen y Afganistán. Internet, Twitter, Facebook, Instagram y todas las redes sociales han facilitado cambios de gobierno y de sociedades.
Vivimos la era de la comunicación y del espacio virtual. Todo el mundo está intercomunicado. 5.500 millones siguen la radio, 4.500 millones siguen la televisión, hay unos 4.000 millones de teléfonos inteligentes, todos dentro de la autopista de la información y la comunicación alternativa.
El próximo sábado en la Universidad Latinoamericana y del Caribe hay un conversatorio donde abordaremos estos temas de las nuevas tecnologías y su aplicación en el derecho, las relaciones internacionales, la diplomacia y la comunicación social. Convocado por la Academia Diplomática Euroamericana (ADEA), para más información escribir al siguiente correo: adeaydiplomacia@gmail.com
Jcpineda01@gmail.com
@jcpinedap
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