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Trampa Jaula

JOSÉ ANTONIO GÁMEZ E. En un periodo no mayor a dos meses, se han flexibilizado, modificado y rescrito varias versiones de los convenios cambiarios. Al final de cada intervención de los ministros...

  • JOSÉ ANTONIO GÁMEZ E.

12/09/2018 05:00 am

Desde hace varios meses se ha hecho evidente la carencia de divisas en el mercado interno. No es casualidad que el régimen haya tenido que recurrir a la más grande devaluación de la historia. Sin embargo, a juzgar por aquello que señalan los economistas y especialmente por la reiteración de medidas, todo parece indicar que los dólares no llegan. No alcanzan. 

En un periodo no mayor a dos meses, se han flexibilizado, modificado y rescrito varias versiones de los convenios cambiarios. Al final de cada intervención de los ministros y encargados, viene la explicación de los especialistas. Teniendo en cuenta sus peculiaridades, las conclusiones son las mismas. Se flexibiliza en apariencia, pero nadie entiende de qué forma se podrán aplicar las nuevas medidas. Un sí pero no. Por lo menos, todavía no. Junto a las consabidas amenazas de control, penalización y criminalización que acompañan todas las intervenciones de la nomenklatura. 

Los resultados de estos intentos fallidos saltan a la vista. No hay importación, no hay incremento de la producción, no hay desaceleración de la hiperinflación, ni aumento en la capacidad de compra. Simplemente, no hay activación del aparato económico. Mientras tanto, sin que uno tenga datos ciertos, ni informaciones confiables, las mafias cambiarias y los mercenarios de extracción, continúan sacando provecho al daño de la mayoría. 

No somos pitonisos ni profetas para predecir lo que pueda suceder, después del último anuncio de renovación en la política cambiaria. Seguramente en un plazo no menor a una semana, tendremos un nuevo ajuste, flexibilización o corrección de la política anterior. Y así, una y otra vez. Se montará otro aparato de control, y nuevamente, no logrará la respuesta esperada. Un ejercicio que intenta atrapar a los incautos, o confundir a los desinformados. Triste pantomima de quien no puede renovarse, ni mejorar, por la simple razón de que desconoce el único mecanismo que permite el crecimiento. Esto es, la articulación de la libertad y la confianza.

jagamez@icloud.com 

@vidavibra
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