El Libertador, en el amor
En una noche de gloria y esplendor, en Quito, le fue presentada Manuela Sáenz. Se entregó a Él con toda la intensidad pasional. Las relaciones de Manuela con Bolívar fueron inolvidables
La consagración al servicio de la libertad de SIMÓN BOLÏVAR marca el inicio de esa búsqueda, consciente o no, de algo que fuera indispensable a su realidad de vivir, un amor que le brindara sosiego a su espíritu huérfano de sentimientos y pasiones. Así, llega a sus años de juventud, la mujer, con amores desbordados, impetuosos, que constituirían todo un mundo de emociones, unidas al amor a la gloria, al sentimiento puro y fuerte que surge cuando se persiguen grandes causas sociales.
Amor eterno e inolvidable la unión de nuestro LIBERTADOR con María Teresa, su esposa, amor puro que marcó el inicio de un hombre romántico, apasionado, que haría feliz a toda mujer que compartiera su vida.
Amor eterno e inolvidable la unión de nuestro LIBERTADOR con María Teresa, su esposa, amor puro que marcó el inicio de un hombre romántico, apasionado, que haría feliz a toda mujer que compartiera su vida.
Hermosos momentos vividos a su lado, tal como se evidencia en correspondencia del 4 de Diciembre de 1801 dirigida a Ella : “Amable hechizo del alma mía: usted debe complacerse que me hallo casi en el camino de alcanzar la dicha que con mayor ansia deseo, y cuya pérdida me sería más costosa que la muerte misma”. Pero todo se esfumó, María Teresa murió y BOLÏVAR recorrió durante cierto tiempo aquellos lugares que contemplaron su felicidad. Angustias, tristezas, dolor, en fin, soledad ¡ Y ese suceso, “ me puso muy temprano en el camino de la política “.
Es en 1804 cuando llega a París, según Él expresó, el más infeliz de los mortales, viudo, 21 años de edad, pero con esperanzas de hallar de nuevo la felicidad del amor. Y en ese estado nostálgico, aparece Fanny Du Villars, prima lejana, cuyo interés inicial más por compasión que por amor, convirtió en un afán de hacerle comprender a BOLÏVAR , que existían en la vida otros valores por los cuales luchar, amar y entregar la vida , si fuere necesario. Con Ella renacieron las alegrías, las esperanzas, los momentos deliciosos que Él recordaría eternamente, era quien más le amaba y le hacía intuir el glorioso destino que le estaba deparado. Le devolvió la alegría que tanto necesitaba, le rescató de su tristeza, y le colocó en un mundo donde la gente tenía ansias de vivir, un mundo del cual le fue imposible sustraerse.
En una de sus Cartas, 1826, Ella expresa :” Creo haber merecido todos los sentimientos que inspiré a usted, por la pureza y sinceridad de los míos. Con orgullo recuerdo sus confidencias respecto a sus proyectos para el porvenir, la sublimidad de sus pensamientos y su exaltación por la libertad. Todavía tengo la esperanza de volverlo a ver, de estrechar contra mi corazón al ser más digno, que ocupa todos mis pensamientos, el objeto de mi profunda admiración. Sólo me falta suplicarle que se conserve, para que algún día tenga yo otra vez la dicha de decirle de viva voz que nadie le ha amado ni le es tan cariñosamente adicta como yo”.
BOLÏVAR, a escasos días de su muerte, escribió a Fanny : “ Esta Carta la escribe la misma mano que estrechó la tuya en las horas del amor, de la esperanza, de la fe, ésta es la letra del Decreto de Trujillo y del Mensaje al Congreso de Angostura. Si yo hubiera muerto sobre un campo de batalla, dando frente al enemigo, te daría mi gloria. Estuviste en mi alma en el peligro; conmigo presidiste los Consejos de Gobierno; tuyos fueron mis triunfos y tuyos mis reveses. …..A la hora de los grandes desengaños, de las íntimas congojas, me hablas, y en tu voz oigo las dianas inmortales de Junín y Bomboná. ¿ Recibiste los mensajes que te envié desde la cima del Chimborazo? Adiós, Fanny! Juventud, ilusiones, sonrisas y alegrías se hunden en la nada; solo tú quedas señoreando el infinito, dominando la eternidad”.
Conoció luego a Bernardina, la cual usando como armas su inocencia y su virtud, dominó al vencedor de muchas batallas. BOLÍVAR le escribió :” no pienso más que en ti y en tus atractivos. Tú eres sola en el mundo para mí. Tu, ángel celeste, solo animas mis sentidos y deseos más vivos. Por ti espero con dicha y placer porque en ti está todo lo que anhelo”. Ella no contesta estas ardientes misivas porque andaba en amoríos con el Coronel Ambrosio Plaza. Quizá, hubiera sido la segunda esposa de BOLÍVAR, por la pasión que logró despertar en El!
En una noche de gloria y esplendor, en Quito, le fue presentada Manuela Sáenz. Se entregó a Él con toda la intensidad pasional. Las relaciones de Manuela con BOLÍVAR fueron inolvidables. A mediados de Abril de 1824 le escribió: “ Mi amor, estoy triste a pesar de hallarme entre lo que más me agrada, entre los soldados y la guerra, porque solo tu memoria ocupa mi alma, solo tu eres digna de ocupar mi atención particular…No ves cuántas locuras me haces cometer por darte gusto…..Te idolatro hoy más que nunca….Tu quieres verme , siquiera con los ojos. Yo también quiero verte, y reverte y tocarte y sentirte y saborearte y unirte a mí por todos los contactos. ¿A que tú no me quieres tanto como yo a ti?. Aprende a amar y no te vayas con nadie. A la mujer ÚNICA, como tú me llamas a mi”.
Todas esas mujeres, desempeñaron un papel histórico inspiradas en la fé de EL LIBERTADOR en un destino mejor, en una Patria libre y soberana. Ellas entendieron que la libertad unida al principio de Patria soberana, debía ganarse con esfuerzo, con sacrificio, con Amor, y eso hicieron!
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